Bogotá
La dura carta de los padres de alumnos del colegio Liceo Francés, cansados por los robos y la inseguridad en Bogotá
En una carta dirigida al general Eliécer Camacho Jiménez, comandante Policía Metropolitana de Bogotá y a Aníbal Fernández de Soto, secretario de Seguridad de la ciudad, piden intervención urgente para mitigar la criminalidad que ha llegado a “niveles desconcertantes en las últimas semanas”.
En medio de la preocupante situación que vive la capital del país por la inseguridad que se ha presentado en la que los ladrones ya parecieran no tener vergüenza del delito, los padres de familia del Liceo Francés claman a las autoridades intervención urgente cerca a la institución educativa y así evitar que sus hijos sean víctimas de atracos, teniendo en cuenta que son menores de edad y tienen desventaja frente a personas inescrupulosas que incluso atemorizan con armas de fuego para lograr su cometido.
La carta que presentaron tiene el carácter de ‘urgente’ “por la angustia con la que estamos viviendo los padres de familia del Liceo Francés y, en particular, los vecinos del sector del barrio La Cabrera en la localidad de Chapinero, generada por el número imparable de atracos que se están presentando a diario en el sector, cuyas víctimas son en su gran mayoría nuestros hijos menores de edad. Específicamente nos referimos a los alrededores del Liceo Francés, ubicado entre las calles 86 y 87, entre carreras 7 y 8”, dice el encabezado de la misiva que conoció SEMANA.
Citan además los hechos que se han registrado en las últimas semanas. Las cifras oficiales muestran 4.715 hurtos a personas en Chapinero, solo superadas por Suba y Usaquén hasta el mes de agosto. La UPZ que registra mayor número de casos es la de Chicó (2.574 casos), superando con creces las de La Sabana, Bosa, Las Nieves y El Rincón. Denuncian que hay atracos con arma blanca o armas de fuego a sus hijos, quienes indefensos son víctimas de estas bandas.
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Lo anterior, aseguran, hace vulnerables a la población infantil y de adolescentes. “Nuestros hijos se ven obligados a caminar desde o hacia sus casas a la salida de clases y se ven expuestos a diario a la violencia de atracadores que aprovechan su vulnerabilidad”, añade la misiva.
“Estas bandas de hampones actúan de manera organizada”, señalan en el documento, argumentado que en los casos en que los jóvenes se encuentren en frente de sus edificios, miembros de la banda de atracadores distraen a los celadores con falsos domiciliarios mientras otros intimidan y roban.
En otros casos, es el parrillero de la moto quien los amenaza con armas de fuego. Se tiene identificado también un lugar por donde los atracadores bajan de la Carrera Séptima, que es la pequeña zona verde al final de la calle 87, también conocida como el “triángulo”; por su fácil acceso peatonal, los atracadores atacan a diario a cualquier persona que se encuentre, así sea de paseo con su mascota, y emprenden la huida por la calle con total impunidad.
Indican que parte de la problemática que atraviesan no solo los alumnos y familiares, sino también los habitantes de los barrios La Cabrera y El Nogal, es la falta de miembros de la Policía, lo que dificulta una acción inmediata en la que el delincuente reciba la sanción correspondiente. “Todos los casos son reportados, pero al no haber efectivos de la policía en el sector, la zona entre las calles 85 y 90, y entre las carreras 7 y 9, se convirtió en un lugar invivible para nuestros hijos”.
La solicitud puntual a la administración distrital es presencia policial permanente. “Específicamente pedimos la ubicación de un CAI en la mencionada zona verde del final de la calle 87 con carrera 7, de forma que se pueda contar con apoyo de efectivos policiales de forma permanente y así controlar la desbordada ola de atracos que estamos viviendo”.
Cabe recordar que en las últimas horas salieron a las calles 300 uniformados de la Policía Militar a reforzar los controles de seguridad en el suroccidente de Bogotá, pero la inseguridad, además, no discrimina estratos ni barrios. Está en todas partes. Días atrás a la propia exfiscal general Viviane Morales la atracaron violentamente en su apartamento, en el norte de la ciudad, donde estaba en compañía de sus dos hijos. Los ladrones ingresaron por la ventana de la cocina. “En un momento, detrás de mí veo a través del ventanal a un hombre encapuchado, vestido de negro, y a otro que se lanza sobre mi hijo para tratar de inmovilizarlo, porque era el único hombre en ese momento”, contó. “Nos tuvieron amordazados durante más de una hora mientras encontraban todo lo de valor; pasamos por una situación bastante traumática”, narró Morales.
“Todos vivimos en el miedo, la zozobra. Mi hija me dijo una frase: ‘Voy a la calle con miedo’, pero no pensaba que tenía que vivir esa misma situación en mi casa. Hay falta de autoridad, descontrol”, dijo la exfiscal.