REFERENDO

La estrategia uribista

Contrario a quienes están convencidos de que los tiempos del referendo no dan para reelegir al presidente Uribe, los escuderos del mandatario lo tienen todo fríamente calculado para seguir en el poder y tomarse el Congreso.

12 de septiembre de 2009

Mientras los críticos del presidente Álvaro Uribe hacen cuentas alegres de que los tiempos no le van a alcanzar al mandatario para ser reelegido, en los cuarteles generales el uribismo ya tienen clara toda la estrategia. Según sus cálculos no sólo van a lograr que Uribe sea coronado una vez más, sino que los partidos de la alianza uribista van a ganar por nocaut en las elecciones del Congreso.

Ni siquiera la gripa A que tuvo al Presidente recluido los últimos días, ha frenado el ímpetu reeleccionista. El martes, el mandatario ofreció una cena en la Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena a la cual asistieron los nueve magistrados de la Corte Constitucional. Era una invitación, en teoría, protocolaria para magistrados de tribunales constitucionales de América Latina reunidos en Cartagena. Pero no faltó el magistrado que pensó que era un gesto inadecuado en estas circunstancias. "Hace dos semanas hubo cumbre similar de Cortes de justicia en Cartagena y para ellos no hubo cena", dijo a SEMANA un magistrado.

Pero eso es sólo una anécdota.Cuando faltan apenas ocho meses para las elecciones presidenciales y al referendo le faltan tantos pasos por dar, la pregunta que muchos se hacen es si llegará un momento en que se tenga que romper el Estado de Derecho para sacarlo adelante. Columnistas como María Jimena Duzán ya lo insinuaron. "Por la vía institucional el referendo que impulsa el Presidente no tiene cómo ver la luz", dijo. Y el editorial del periódico El Tiempo, al referirse al rumor de depurar el censo electoral, advirtió: "Cortar de tajo un 45 por ciento de los votos requeridos para aprobar un referendo se ve como un intento de saltarse a la torera las normas electorales", dice.

A primera vista, sin duda, las cuentas no dan. Pero en política, las matemáticas no son exactas. Y, contra todo pronóstico, los plazos se pueden cumplir. Tal y como queda claro en los puntos más gruesos de lo que se podría llamar la estrategia de los uribistas.

1. Así van a ajustar los tiempos
Hay dos plazos que parecen imposibles de cumplir en el cronograma del referendo. El primero es el de inscripción de los candidatos a la Presidencia, que se debe hacer antes del 12 de marzo. Fecha para la cual es difícil que el referendo haya finiquitado su trámite en la Corte y haya sido votado en las urnas. Para subsanar este problema tienen un plan B y es el de inscribir al Presidente como candidato elegido tras una consulta interpartidista. Para este tipo de candidatos, la fecha límite de inscripción todavía no está definida y debe hacerlo el Consejo Nacional Electoral, de mayoría uribista. Por eso, tal vez no es extraño que Andrés Felipe Arias, después de oponerse con pies y manos a posponer la consulta interna de los conservadores, haya aceptado hace poco postergarla.

El segundo plazo de difícil cumplimiento es la exigencia que hace la Ley de Garantías al Presidente de anunciar su interés en reelegirse antes del próximo 30 de noviembre. Hacer este anuncio sin que esté aprobado el referendo haría incurrir al Presidente en una irregularidad. La respuesta de los uribistas en este caso es más sencilla. Simplemente dicen que la Ley de Garantías solamente entrará en vigencia cuando el Presidente tenga permiso legal para lanzarse por una nueva reelección. Y el 30 de noviembre, al no haber referendo, no habrá Ley de Garantías que cumplir.

Y a quienes reclaman que se necesita justamente una Ley de Garantías para evitar ventajas ilegales del Presidente-candidato frente a los candidatos de a pie, el ministro Fabio Valencia ya tiene también una respuesta. "El gobierno está listo a tramitar algunos aspectos con la oposición", anotó, a través de la ley estatutaria que debe entrar en los próximos días al Congreso. "El gobierno quiere llegar al mayor consenso para que se consoliden todas las garantías democráticas".

¿Y esa ley estatutaria puede ser tramitada a tiempo? Los uribistas parecen no haber olvidado ningún detalle. En la reforma constitucional dejaron bien claro que esa ley estatutaria debe ser tramitada con mensaje de urgencia y de insistencia y por ende puede tomarse sólo unos cuantos meses en el Congreso.

2. Así piensan tomarse el Congreso
Mientras el referendo distrae la atención de la audiencia política, detrás de bambalinas se están dando trueques políticos de alto impacto en el mapa electoral. "No se están dando cuenta, pero la oposición puede quedar con sólo el 25 por ciento de los congresistas", le dijo un senador uribista a SEMANA.

Este capítulo de la estrategia comenzó con la gabela que dio la reforma política de permitir que quienes ocupan cargos de representación popular puedan cambiarse de partido. El plazo vence esta semana y los partidos uribistas hicieron su agosto. Se cambiaron de equipo unos 35 congresistas (ver nota en la página 44). Pero para efectos de votos puede ser aún más importante la cantidad de ediles y concejales que también se trastearon. En solo dos días, el jueves y el viernes pasados, los de la U habían logrado reclutar 137 concejales. En total, según el senador Roy Barreras, la U recibirá unos 1.000 concejales nuevos.

La estampida ha sido tal, que se va a crear una especie de segundo partido de la U. O lo que en los círculos políticos ahora se conoce como el 'partido colchón'. La preparación va tan avanzada, que ya se propuso nombre, ADN, y logo (ver fotografía).

Como si fuera poco, también les va a ser de gran ayuda que en la misma ley estatutaria de la reforma a la política deben darle vía libre a la financiación anticipada a los partidos políticos. Así, podrían hacerse al pedazo más grande de un ponqué de cerca de 40.000 millones de pesos con los que se cuenta para ese fin.

3. Las cuentas del día de elecciones
Se ha dicho que sacar 7,3 millones de personas a votar el día del referendo, para que este sea válido, no es fácil. Por eso, los uribistas se han puesto en la tarea de atacar esta debilidad por varios flancos. En primer lugar, depurando el censo electoral (ver artículo en la página 42). En segundo lugar, haciendo coincidir la fecha de votación del referendo para la reelección con los otros dos referendos que están en trámite. Lo cual ya planteó el ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga. Si bien tratan temas polémicos como la cadena perpetua para violadores de niños y el derecho al agua, pueden arrastrar un número significativo de seguidores a las urnas. Y en tercer lugar, no han descartado hacer coincidir el referendo con las elecciones parlamentarias, lo cual podría hacerlo imbatible.

El jueves de la semana pasada se conoció el más reciente sondeo de la firma Gallup. Y si bien, a primera vista las cuentas no dan motivo de preocupación en las huestes uribistas, al leer la letra menuda se ve que la votación estaría más ajustada de lo que se cree.

Con este panorama se entiende por qué al ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, se le veía muy feliz en la cena del martes con la Corte Constitucional. El referendo ya pasó en el Congreso y el presidente Uribe ya parece haber aclarado su dilema en el alma. Además, si alguna pieza de este entramado falla, ahí está el otro plan B, el Estado de Opinión. ¿Qué más le puede pedir a la vida?.