NACIÓN
La exjefe de capturas del CTI en Medellín, Rosa Elsy Arango, dijo en La W que está lista a contarle a la JEP quiénes del GEA financiaron paramilitares
De acuerdo con Arango, desde 2019 ha querido hablar y esta es la hora que no la han escuchado. “No me han abierto la puerta”, aseguró.
Rosa Elsy Arango, exjefe de capturas del CTI en Medellín, habló con la emisora La W. Según denunció en la citada emisora, desde hace tiempo está buscando contar su verdad sobre quienes desde el GEA (Grupo Empresarial Antioqueño), presuntamente, financiaron a grupos paramilitares. De acuerdo con su relato, desde 2019 está esperando que la Jurisdicción Especial para la Paz la escuche.
“¿Quién se ve perjudicado con lo que yo hablo? Le devolvería la palabra. Si en un medio público y digo a quién puedo afectar, mañana no estoy viva”, aseguró Arango. “Eso sería una irresponsabilidad con mi familia, con la vida. Cuando a mí me preguntan cómo estoy, les respondo que viva. Por eso, en el sometimiento a la JEP, presentaría los informes y los borradores del libro que estoy sacando sobre la influencia de los paramilitares en la economía antioqueña”, agregó.
De acuerdo con su relato, el perfil de las personas involucradas en financiación a grupos paramilitares “es un perfil alto, es un perfil muy alto, muy, muy alto, con influencia en... ¿usted sabe qué es el GEA?... Por ahí va el perfil de estas personas”, aseveró Rosa Elsy Arango quien fue consultada respecto a si se refería al Grupo Empresarial Antioqueño y respondió: “hasta ahí le llego”.
“En los factores económicos existe la economía de frente y la economía subterránea. Es un tema que lo trabajamos demasiado y cuando usted comparece ante la JEP usted debe mostrar algo para mostrar su compromiso de reparación. De eso se trata, por eso hablo de la comuna 13, de la Operación Orión, yo soy contraguerrilla urbana, participé como jefe de capturas en la Operación Orión y Operación Mariscal”, insistió.
Cuando se le insistió en que probara cómo empresarios, supuestamente, financiaron a los paramilitares en Antioquia, la mujer señaló que sí tiene cómo comprobarlo “pero no me pregunte más, le estoy diciendo que es parte de un libro, no me pregunte nombres. Por decir algo senadores, exsenadores”. Posteriormente, dijo Elsy Arango, ella quiere dar su verdad sobre la denominada Operación Orión. “Se trata de reconstruir una verdad histórica por parte de una exfuncionaria que participó en esos operativos. Participé en las balaceras, yo era jefe de capturas y jefe de homicidios. Yo viví lo que viví en la comuna 13″.
Posteriormente se le preguntó a la mujer qué prefería, si contar su verdad primero ante la JEP o publicar el libro. Y, entre risas, dijo que ella era una mujer condenada, con detención domiciliaria y con permiso de trabajo, esto en el marco del proceso por la desaparición de una entrevista. Todo ello para posteriormente decir que prefería que su libro saliera primero. En seguida se le preguntó por las pruebas anexas a su relato y dijo que “un investigador no habla sin pruebas”.
El 16 de octubre de 2002 se inició la Operación Orión, recordada por muchos colombianos por una imagen. Cuando recién inicia la búsqueda de desaparecidos en La Escombrera, de la Comuna 13, cobró relevancia esta impresionante imagen captada por el fotógrafo Jesús Abad Colorado. Un hombre alto, vestido de camuflado, pero sin distintivos militares, señaló con su mano derecha hacia una casa. El brazo levantando a media asta significa, en el contexto de la fotografía, una sentencia inapelable. Con el gesto delator el personaje les indicó a los soldados que lo rodeaban, a plena luz del día, que “ahí es, que ahí están”. La escena no tendría nada de extraña si no fuera porque ese mismo hombre, detrás del cual hay un puñado de soldados de las Fuerzas Antiterroristas Urbanas, llevó la cara cubierta con una capucha. Los verdaderos uniformados cargaron chalecos antibalas, fusiles, cascos, prensillas, insignias. El encubierto, en cambio, exhibe un arma no menos peligrosa: el dedo que apunta.