JUSTICIA

Esta es la fortuna que Otto Bula amasó en más de tres décadas

Uno de los protagonistas del escándalo por los sobornos de Odebrecht en Colombia es un excongresista que lleva muchos años realizando millonarias y sospechosas inversiones. Su nombre aparece en el historial de más de 30 propiedades en Sahagún, Montería, Medellín y Cartagena. Exclusivo.

Johanna Álvarez Quintero
18 de enero de 2017
| Foto: Fotomontaje SEMANA

El nombre del excongresista Otto Nicolás Bula Bula lleva años en el radar de las autoridades en Colombia. Tanto, que sorprende que apenas ahora sea investigado formalmente por la justicia en medio del escándalo de Odebrecht, cuando desde hace décadas aparece mencionado en diferentes expedientes al lado de colaboradores de grupos paramilitares, como parte de empresas de acumulación de baldíos e, incluso, cercano a grandes capos de la mafia.

Semana.com tuvo acceso al millonario entramado de propiedades en las que aparece el excongresista, que fue heredero de la curul de Mario Uribe en el Senado y que hoy se declara inocente de los delitos de cohecho y enriquecimiento ilícito por el soborno de Odebrecht, que tiene convulsionada la política nacional.

Desde hace más de tres décadas, el nombre de Bula aparece relacionado a la compra de lotes en Sahagún. Desde 1981, Bula comenzó a amasar y acumular una fortuna, que aparece casi siempre atada a algún gran escándalo en el país.

Según la Corte Suprema, gracias a las alianzas con Bula Mario Uribe logró incrementar en el 2002 su capital político en Sahagún, Montelíbamo, Planeta Rica y Chinú. Bula fue suplente de Uribe en el Congreso entre 1998 y el 2002.

Paralelamente a su ascenso en la política, su capital económico también se dispara. En el 2004, Bula realizó una importante inversión de 793 millones de pesos en Montería, en la que adquirió una finca de 22 hectáreas, un lote de 48 hectáreas y el predio conocido como La Bomba, de cinco hectáreas. Ese mismo año se hizo a una finca de 25 hectáreas en San Pelayo, por 178 millones de pesos.

Este incremento importante de capital vino acompañado con la creación de la empresa Agropecuaria La Central, una entidad que más tarde, junto con Alimentos Bijao S. A., terminó comprometiéndolo en las investigaciones por acumulación de baldíos en los Montes de María.

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Donde primero comienza a aparecer La Central es en las propiedades que Bula compra en en el 2015 en Caucasia, varias de las cuales fueron baldíos. Por su poder pasaron al menos seis propiedades, entre parcelas y fincas, que en medio de una cadena de propietarios aumentan tres y cuatro veces su valor inicial. Así, el excongresista está en los registros de un lote en Cacerí, de 375 hectáreas; de las parcelas 3, 5, 6, 7 y 8, cada una de aproximadamente 50 hectáreas. También adquirió propiedades en el 2005 en Sahagún por 100 millones y 180 millones. 

El incremento más notorio de su fortuna se dio después del año 2007, una época en la que desapareció del mapa político al parecer para dedicarse a sacar otros negocios. 

El excongresista para ese momento tenía un depósito y pequeños lotes en Medellín, ese año se trasladó a la capital paisa y comenzó una serie de inversiones sin despertar mayor sospecha de las autoridades: adquirió una lujosa casa en El Poblado por 1.000 millones de pesos; una casa en el barrio Lleras por 300 millones; una oficina en el lujoso edificio Forum P.H, en El Poblado, por 210 millones, y un apartamento en Calera Alta por 735 millones. En Sahagún también compró ese año un predio de 290 hectáreas por más de 1.000 millones de pesos.



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Incluso, Bula aparece vinculado directamente en la compra de un predio por 970 millones de pesos en el 2007 a Jesús Antonio Mejía Jaramillo, un nombre que está asociado a narcotraficantes del norte del Valle, como “Don Diego”, y señalado como testaferro de la familia Urdinola. Posteriormente, Bula lo vendió a Jesús María Jaramillo, quien a su vez lo transfirió por un valor de 1.100 millones de pesos a Évert Veloza, alias “HH”, jefe paramilitar extraditado a Estados Unidos. Sin levantar sospecha alguna, Bula queda en la mitad de una millonaria transacción de una casa vieja ubicada entre Medellín y Envigado, que ahora está en poder de la Unidad de Víctimas. 

En Sahagún también se repiten los movimientos: aparece como pequeño propietario de varios lotes sin cuantías superiores a 25 millones y locales en Córdoba. Hasta el 2007, cuando hizo una compra de 1.000 millones de pesos que incluye un lote en la vereda Colomboy, en Sahagún, y el predio La Llanura, de 19 hectáreas. En esta compra también aparecen dos predios que lo hicieron saltar en el 2013 a los expedientes de la Fiscalía. Los investigadores lo encontraron asociado a los hermanos Ignacio y Juan Fernando Álvarez Meyendorff, quienes con testaferros construyeron un narcoemporio de más de 1,2 billones de pesos en Colombia. 

Entre los predios que fueron ocupados por las autoridades en los que aparece vinculado Bula están dos fincas en Sahagún, cuyas transacciones sumaron más de 300 millones de pesos. En los documentos de estas propiedades, el nombre del excongresista aparece al lado del Consorcio Agroganadero del Valle del Sinú, una empresa de papel que es investigada por haber sido usada para el blanqueo de capital.

En el año 2009, Bula invirtió en Cartagena. Pagó por una casa de dos pisos ubicada en la Avenida San Martín, en Bocagrande, 1.650 millones de pesos. También adquirió un lote de 37 hectáreas en San Pelayo por 87 millones de pesos.

Un año más tarde, mientras el capo Juan Carlos el "Tuso" Sierra acusaba a Bula en Estados Unidos de haber sido testaferro de Mario Uribe, Otto Bula compraba un lote de 290 hectáreas en Sahagún por el que desembolsó 593 millones de pesos. Además de una propiedad en San Pelayo, de 352 hectáreas, por la que habría pagado 1,196 millones de pesos.

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Estas serían sus últimas adquisiciones a título personal. Las autoridades lo señalan de haber recibido entre el 2013 y el 2014 cantidades superiores a 4,6 millones de dólares producto de las coimas de la constructora brasileña, sin embargo, el excongresista prácticamente paralizó en estos años sus movimientos de propiedades. Y en vez de seguir acumulando, algunas de sus valiosas propiedades aparecen como vendidas en el 2016.

Ahora, sentado en el banquillo de los acusados, el hombre que logró escabullirse del radar de las autoridades deberá responder por el escándalo de las dimensiones de Odebrecht y por los movimientos que durante años lo mantuvieron jugando al lado del poder.