La historia de los intendentes asesinados en el aeropuerto de Cúcuta: se habían salvado de morir hace tres meses

En el municipio de El Tarra, Norte de Santander, el pasado 2 de septiembre se conoció la alerta de un vehículo que estaba frente a la Estación de Policía cargado de explosivos. Inmediatamente, el comando del departamento de Policía decidió enviar a los mejores técnicos explosivos de la región con lo equipos correspondientes ingresaran vía aérea.

El intendente William Bareño y el intendente David Reyes, quienes este martes murieron en el ataque terrorista en el aeropuerto de Cúcuta, fueron los elegidos para esa misión y lograron salvar decenas de vidas, por lo que recibieron el reconocimiento al Heroísmo en una condecoración interna que se realiza dentro de la institución. Ambos estaban preparados para defender la vida de la comunidad por encima de la propia. Siempre de la manera más profesional y altruista estaban dispuestos a servir.

En un video que conoció SEMANA de la noche de la condecoración, Reyes narró parte de aquel día en que salvaron a la población de El Tarra, tan golpeada por la violencia. “Se decidió hacer una operación técnica con el robot, realizando una verificación y retirando la polisombra que tenía el vehículo en la parte trasera y se logra observar cinco medios de lanzamiento”, describió el uniformado.

El intendente Bareño sabía que no estaban frente a una tarea sencilla, incluso contó que durante el desplazamiento fue asesinado un soldado del Ejército Nacional porque un francotirador de grupos ilegales estaba custodiando el camino a la carga explosiva.

“Lo que nos ratificó que teníamos que llegar al objetivo con visores nocturnos”, dijo. Resaltaron que este era un acto que pretendía hacer mucho daño incluso a en varios kilómetros cuadrados alrededor, no solamente por la onda explosiva, sino por la sevicia en la que fue diseñado el macabro plan, pues lo que había al interior del carro eran cilindros de gas propano y al interior de ellos había cantidades altas de nitrato de amonio, si este lograba detonar convertiría el cuerpo metálico del cilindro en cuchillas afiladas que saldría en todas las direcciones, explicó Reyes.

Estaban frente a una carrera contrarreloj. “Nuestro gran temor, es que estaba próximo a amanecer lo que colocaba en riesgo nuestra seguridad”, dijo en su momento uno de los uniformados que esa noche sintió la muerte de cerca. Tras varias horas de angustia, con heroísmo lograron desactivar más de 300 kilos de alto explosivo lo que se resume en varios pobladores con vida. Mamás que pudieron abrazar a sus hijos, abuelos que oraron al saber que una vez más uniformados les salvaron la vida y policías que pudieron llamar a sus familias para contarles que les debían su vida a dos compañeros.

Los intendentes, por sus destrezas y servicio a la comunidad, fueron asignados a una de las zonas de conflicto armado más álgidas en la actualidad. Por eso fueron catalogados como héroes en la Noche de la Excelencia Policial 2021, el pasado 17 de noviembre, pero antes de cumplir un mes de aquella exaltación donde reafirmaron su orgullo por portar un uniforme con el que ellos le servían a la patria, una fuerte explosión en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta acabó con sus vidas en segundos.

Según relatan las autoridades, ellos llegaron a inspeccionar el lugar luego de que a las 5:25 a. m. se conociera una primera detonación. Cuando se acercaron, encontraron que un hombre había metido un maletín con carga explosiva, esta se activó y junto al paquete estaban los restos de quien al parecer había sido enviado por los grupos criminales. Justo en ese instante se escuchó la segunda explosión y en esta oportunidad los intendentes fueron las víctimas mortales.