Nación
La historia del carro que compró un amigo de Marelbys Meza, a quien sus comunicaciones también le fueron interceptadas
Se trata de Johnson Pineda quien ha sido llamado a declarar ante la Fiscalía, pero no está siendo investigado. Sin embargo, le han preguntado por el origen de los recursos con los que compró el vehículo.
La historia político judicial que se viene dando luego que SEMANA revelara del uso presuntamente arbitrario del polígrafo a Marelbys Meza, exniñera de la exjefe de gabinete Laura Sarabia, por un robo de dinero que se habría dado en su casa y que se convirtió en un gigantesco escándalo en el que también fueron interceptadas las comunicaciones de cuatro personas, entre ellas un amigo de Meza, llamado Johnson Pineda.
Él ha sido citado a declarar ante la Fiscalía, no en condición de indiciado o investigado, por el contrario, según conoció SEMANA, ha suministrado información y ha estado presto a colaborar con la entidad persecutora a través del aporte de datos de relevancia y trascendencia para el esclarecimiento de los hechos.
El hecho no pasó desapercibido, pues casi que coincidía por fechas el presunto robo en el apartamento de Sarabia, que fue denunciado el 30 de enero de este año, con la compra del automóvil.
Tendencias
Ante esta situación, Johnson Pineda fue indagado por los investigadores, y contó que lo compró justamente una semana antes del robo y explicó que lo hizo de contado y en efectivo porque fue la sumatoria de varias cosas. Un dinero que tenía ahorrado, el dinero de un CDT que tenía en el banco, y una “vaca” que hizo con su hijo para adquirir el carro familiar.
La chuzada a Johnson
SEMANA conoció que la Fiscalía encontró, en medio de los documentos y pruebas que se están estudiando en detalle, el informe de policía judicial con el cual se buscó dar soporte jurídico a las interceptaciones a personas cercanas a Meza, a sabiendas de que era una operación ilegal.
Hasta ahora, el país sabe que para justificar las ‘chuzadas’ a Meza y a Fabiola, las dos empleadas de la vivienda de Sarabia, les montaron, por parte de la Comisión Investigativa contra el Crimen Organizado (Cicor) de la Policía, con base en Medellín, encargada de perseguir las organizaciones criminales en el Pacífico, Chocó y Antioquia, un expediente según el cual eran colaboradoras del Clan del Golfo.
En este nuevo documento, que se está manejando con estricta reserva, se relaciona a Johnson Pineda, un viejo y cercano amigo de Meza. Lo señalaron de pertenecer y liderar una poderosa banda criminal, dedicada al robo de automotores, en especial motos. Tal como ocurrió en el caso de Marelbys, señalaron que la solicitud se basaba en información entregada por una fuente humana.
Los miembros de la policía judicial asignados al caso por el robo de dinero de Sarabia habrían elaborado este informe y acudieron ante la Fiscalía, que asumió inicialmente el caso Sarabia, con base en la denuncia que presentó su esposo, Andrés Fernando Parra, en enero pasado.
Con documento en mano, los miembros de la Policía Judicial le solicitaron a un fiscal de Bogotá la interceptación de manera inmediata del teléfono celular de Pineda para presentarlo ante un juez y que este diera vía libre, gracias a la argumentación de que era un peligroso criminal y era necesario escuchar sus conversaciones.
Lo que descubrió la Fiscalía fue que este trámite se surtió en tiempo récord y sin traba alguna para que el juez diera luz verde y así empezar a escucharlo. En el informe, hay incluso un detalle que llama la atención. Pineda era, según el burdo montaje, un jefe de banda. El alias que le pusieron fue el del ‘Nene’, justamente como lo llamaba Meza. A ella le pusieron el alias de la Cocinera. Al notar que Pineda se movilizaba en una motocicleta, se convirtió en un básico argumento para presentarlo como un ladrón de estos vehículos.
Pineda incluso fue citado a declarar ante la Fiscalía en dos ocasiones. Allí ha negado rotundamente tener nexos o formar parte de bandas criminales y, sobre todo, ser el jefe de una organización dedicada al hurto de estos automotores. De hecho, el ente acusador hizo sus propias indagaciones y confirmó que Pineda no era el criminal que presentaron para justificar las chuzadas.
Él reconoció su larga y cercana relación con Meza, pero negó, como se viene señalando, que tuvieran algún tipo de relación sentimental. Pineda, quien aparece en uno de los chats en los que hablan de dinero, afirma que no tiene nada que ver con ese asunto, incluso afirmó que lo único que carga encima es “un morral, un impermeable y el almuerzo”.