Judicial
La historia detrás del colombiano que protagonizó el emblemático y millonario robo de una joyería en Brasil
En su contra existen anotaciones por robo en Tailandia, Brasil, Estados Unidos y Colombia. La Corte Suprema avaló su extradición.
Durante varios años Jefferson Geovanny Ortiz González fue uno de los hombres más buscados por las autoridades en Tailandia. El nombre de este colombiano estaba finamente relacionado con los millonarios robos a las más prestigiosas y exclusivas joyerías en Bangkok.
Junto a su banda, conformada por otros compatriotas, había empezado realizando robos a los miles de turistas que visitaban ese país asiático. Sin embargo, como lo reveló un informe de inteligencia, Ortiz Gonzáles fue ampliando sus dominios hasta llegar al robo de joyas, en los que encontró una verdadera mina de oro.
Teniendo en cuenta el gran comercio de la capital tailandesa, la variedad de joyas que se consiguen en el mercado y los contactos que tenía en el bajo mundo, este colombiano logró montar un imperio criminal junto a su socio, Andrés Manuel López Pataquiva, también de nacionalidad colombiana.
Sin embargo, cuando sus rostros empezaron a hacerse cada vez más conocidos en las noticias y existía una orden de captura, decidió buscar nuevos horizontes, llegando -con gran parte de sus cómplices- hasta Brasil. Para ese momento López Pataquiva ya se encontraba en una cárcel tailandesa por cargos de hurto calificado y Ortiz no quería, esta vez, seguir sus mismos pasos.
En Brasil continuó con su plan de robar joyerías, pero utilizando la tecnología. En poco tiempo lograron desocupar bóvedas completas con todo tipo de joyas. Fue así como, y otra vez en compañía de su socio López Pataquiva, realizaron el 25 de junio de 2021 el emblemático robo la joyería Tania Joias, ubicada en un exclusivo sector de Fortaleza, en el norte de Brasil.
En la acción se quedaron con relojes, anillos, diamantes y collares; un botín avaluado en 9 mil millones de reales, algo así como 8 mil millones de pesos colombianos. El robo, según alertó la policía brasileña, se destacó por la rapidez, solamente 40 minutos, y por el uso de una sofisticada tecnología que le permitió clonar los sensores de las alarmas de las tiendas vecinas para ingresar sin hacer ningún tipo de ruido.
Como si fuera poco, bloquearon todas las señales de celular y alertas para pasar desapercibidos y evitar que si alguien los veía llamara a las autoridades. Era la primera vez que algo así se registraba en el centro comercial Iguatemi, ubicado en el sector de Ceará, que debido a su exclusividad, tenía todo tipo de medidas de seguridad.
“Las imágenes de vídeo muestran que dos hombres entraron en la tienda de al lado, activando el portón, sin necesidad de forzar la entrada. Luego fueron directamente a romper con un taladro el muro que separa nuestra tienda de la vecina”, señaló a medios brasileños la dueña del local. “Es una pared reforzada, de unos 25 centímetros de espesor, que instalamos nosotros mismos cuando llegamos al centro comercial. Definitivamente había mucho ruido y es extraño que nadie de seguridad lo escuchó”.
Uno de los integrantes de la banda portaba, mientras todo ocurría, el uniforme de los trabajadores de una tienda vecina para ir coordinando el robo y verificando que nadie se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo. Para las autoridades brasileñas el robo no fue hecho por aprendices sino que estuvo marcado por la sofisticación y precisión en cada momento.
No era para menos, durante 15 días estuvieron en una posada recolectando toda la información, movimientos de los trabajadores del sector, rutas de escape y demás para ejecutar el golpe. Las pistas dejaron al descubierto que se trataba de la misma banda que en el 2018 había robado otra joyería en Salvador Bahía, una de las zonas más turísticas de Brasil.
Tras el robo que ocupó los principales titulares de prensa de Fortaleza, la banda llegó hasta el Aeropuerto internacional Pinto Martins con rumbo a Sao Paulo, “utilizando documentación falsa” para la compra de los boletos de avión y embarque”.
Todo esto generó que se emitiera en contra de cada uno de los integrantes de la banda una circular roja por parte de la Interpol, para dar con su captura. El primero en caer fue Andrés Manuel López, quien fue ubicado en Paraguay, junto a su esposa, cuando estaba a punto de huir a otro país.
El 26 de mayo de 2023, Jefferson fue ubicado cuando se movilizaba por el aeropuerto El Dotado de Bogotá. De nada le sirvieron los documentos falsos que portaba, los informes de inteligencia eran contundentes: era el hombre que llevaban buscando por tantos años y que era solicitado en extradición por el Tribunal de Justicia del Estado de Ceará.
Tras revisar toda la documentación, la Sala Penal de la Corte Suprema avaló su extradición para que responda por los delitos de hurto, hurto calificado y agravado, así como uso de documento falso y concierto para delinquir. En la actualidad dos de sus socios siguen prófugos de la justicia.