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La historia oculta del misterioso ruso Sergei Vagin y su red criminal en Colombia
Así operaba la estructura que durante años logró realizar un fraude millonario y masivo en las casas de apuestas. La Fiscalía también lo investiga por lavado de activos y espionaje.
Con un español fluido y un evidente don de mando, Sergei Vagin daba instrucciones precisas sobre cómo se debían conseguir a las personas que prestaran sus cuentas bancarias, el modo exacto para realizar las transacciones y el pago de las comisiones. Incluso, cuando podía, amenazaba con expresiones bastante colombianas a aquellos que incumplieran lo pactado por la red criminal que lideraba, dedicada al fraude en apuestas, pero que podría tener tentáculos en lavado de activos, financiación de las protestas y hasta búsqueda de información de inteligencia.
Todo quedó registrado en las interceptaciones telefónicas que hizo la Fiscalía, a las cuales tuvo acceso exclusivo SEMANA. Reflejan la manera de operar de la organización liderada por el ciudadano ruso. En las comunicaciones exige resultados, pide seriedad y celeridad para cumplir con el movimiento de dinero y con la búsqueda de nuevos ‘clientes’ para que presten sus identidades y operen en casas de apuestas deportivas en reconocidas plataformas online.
Para el ente investigador, Vagin, quien fue capturado el pasado 30 de marzo en el noroccidente de Bogotá, es la cabeza de una red criminal que delinquía entre Moscú, Bogotá y Medellín. Por años planeó la forma de obtener dividendos en el creciente mercado de las apuestas en Colombia. Conociendo de fondo cómo funcionaban y las estrictas normas que había impuesto Coljuegos –entidad del Estado–, Vargin creó un mecanismo para evadir los controles y lograr un enriquecimiento ilícito.
Con un infiltrado que resultó ser un agente activo del CTI de la Fiscalía, la red ‘trabajaba’ sin llamar la atención. Movía selectivas y pequeñas sumas de dinero que podían hacerse pasar como premios de apuestas, coordinaba la reclamación personal de la plata por parte de los supuestos afortunados ganadores ante las entidades pagadoras y entregaba una comisión por lo obtenido.
El ‘negocio’ generaba grandes dividendos. En uno de los audios registrados, Vagin –cuyo tono de voz se diferencia de todos los demás– le habla a una de las integrantes de la red sobre la necesidad de continuar con las labores de “reclutamiento y coordinación” para tener más personas que prestaran sus cuentas de ahorros y tarjetas con el fin de mover el dinero. La investigación de la Fiscalía da cuenta de 73 personas reclutadas, quienes participaron en las pretensiones ilegales de Vagin.
“Prestaron sus datos personales para la apertura de cuentas online en casas de apuestas”, precisó la Fiscalía, al señalar que la estructura disfrazaba el movimiento de dinero con supuestos premios. ‘Los pitufos’ –como se les denominó a los que prestaban sus datos personales para crear cuentas– eran los encargados de inscribirse en las 16 plataformas de apuestas legalmente registradas en Colombia.
El paso de Sergei
Desde noviembre de 2016, Sergei Vagin, quien tenía un permiso especial de estadía en el país, llegó y empezó a moverse entre Bogotá y Medellín realizando actividades relacionadas con las apuestas deportivas online. Su presencia en el país llamó la atención del Ejército, que pidió investigar sus movimientos. En el papel, según la Fiscalía, la red conformada por rusos y colombianos tenía como objetivo “mover dineros” para “generar un fraude masivo a las casas de apuestas” en Colombia. Por lo menos tres personas al lado de Vagin, según los audios en poder del ente acusador, estarían manejando estas actividades ilegales desde Rusia.
En otra charla con una persona identificada como Gonzalo, el ruso es claro y reiterativo en pedir “otro perfil” para seguir moviendo el dinero. Un perfil es una tarjeta de crédito que esté “limpia” y por medio de ella efectuar el movimiento sin despertar sospecha. El ruso da instrucciones claras sobre lo que se debe hacer para instalar dos tipos de software en un computador y así ocultar la dirección IP.
“Cada persona debe sacar 400 euros, después 100 de comisión para usted, 100 para Johana y 100 para mí. ¿Entiendes? Al final nosotros tenemos 800 euros para cada persona; 400 nosotros compartimos la comisión y 400 euros debe obtener la persona que está prestando el dinero” (sic), explica Vagin en uno de los audios interceptados. La red, de acuerdo con la investigación, tenía la meta de expandirse a México. Ya habían intentado cruzar las fronteras en el pasado, pero los resultados fueron nefastos. Enviaron una gran cantidad de dinero a Perú, pero la persona encargada nunca respondió. “Lo tuvieron que buscar por cielo y tierra. De hecho, Vagin participó activamente haciendo una búsqueda intensa (...) intentando ubicar a la esposa de esta persona para que devolviera el dinero”.
El plan para evitar sospechas estaba bien coordinado. El dinero era invertido en criptomonedas, lo que dificultaba el rastreo, debido a que el bitcoin es una moneda descentralizada de cualquier sistema bancario.
Problemas en el paraíso
Apelando al dicho de “ladrón que roba a ladrón...”, se empezaron a dar fuertes discusiones entre los integrantes de la red por falta de información sobre las comisiones, descontrol en la entrega y recolección del dinero, fallas en la recarga, falta de precisión sobre las casas de apuestas a las que estaban adscritos ‘los pitufos’, así como presiones desde Rusia para mover de manera más rápida las remesas. Vagin manifestó su malestar por lo que estaba ocurriendo. Ya eran muchas las quejas sobre la falta de control en torno al dinero que se estaba entregando, los reclamos por el pago de las comisiones y las demoras en la búsqueda de nuevos perfiles. Sabía que las personas no estaban usando correctamente el software recomendado y eso afectaba la operación.
En una conversación interceptada es clara su molestia. Le manifiesta a Gonzalo que necesita moverse para que las personas aprendan a utilizar los programas y trabajen desde sus computadores. “¿Por qué usted no puede funcionar rápido?”, reclama el ciudadano ruso.
En otro diálogo, tras conocer que uno de los integrantes de la red no estaba respondiendo por 45 millones de pesos, Vagin, con una amenaza entre líneas, asegura que espera que todo se solucione pronto porque la situación se podría salir de control. “(…) Habla entonces con su familia, este es un idiota, solo trae problemas, que vaya a buscar sus dientes bien rotos y los palos cortados, puedes decir eso”.
La misma tensión se destaca en una conversación entre dos personas de la red que cuestionaban la falta de control sobre “los apostadores”, así como los reclamos de una persona que creía que la comisión se le iba a pagar por cada movimiento de dinero desde su cuenta bancaria y no de manera general.
“Yo no entiendo ese chino por qué se embolata y da información como no es”, le asegura Giovanna a una mujer identificada como María Fernanda. “Si a mí me hubieran dicho que me podía ganar 100 premios, pero de estos solamente se podía reclamar 500.000 pesos, yo entiendo que el resto es para ustedes, pero a mí él me dijo otra cosa”, dice una de las mujeres reclutadas que no estuvo de acuerdo por el pequeño porcentaje que le asignaron por participar en el fraude.
La Fiscalía le imputó a este presunto delincuente ruso los delitos de transferencia no consentida de activos, concierto para delinquir y uso ilícito de comunicaciones, los cuales no aceptó.
Por el momento, según pudo establecer SEMANA, la Fiscalía tiene cuatro líneas de investigación sobre esta red: se quiere establecer quién es Dimitri o Dimitro, un ciudadano ruso que manejaría todas las operaciones desde Moscú; un presunto lavado de activos; la supuesta financiación a actividades vandálicas durante el paro nacional y, la más importante, para qué querían obtener información reservada de las Fuerzas Militares de Colombia.
En este último caso, se conoce que intentaron sobornar con 200 millones de pesos y un apartamento a un coronel para que entregara un dato sensible, “tanto, que el único receptor era el presidente de la república”.