Nación
La historia que cuentan las víctimas del conflicto en las curules de paz | Parte 1
El espacio que se abrió este año para las víctimas de la guerra en Colombia develó experiencias horribles que hoy abren paso a un nuevo camino.
Los candidatos electos el pasado 13 de marzo llegaron este 29 de marzo al capitolio donde se ratificaron como congresistas de la República de Colombia, tanto quienes ganaron para ir al senado, como los representantes a la cámara, de igual manera en las circunscripciones de paz, indígenas y afro.
Estos espacios estaban habilitados únicamente en las zonas en que el conflicto armado hostigó a miles de familias, y quienes aspiraban a las curules de paz, debían cumplir ciertos requisitos, tales como: ser campesino reconocido por la unidad de víctimas, vivir en zonas rurales donde antes hubo grupos armados al margen de la ley y que nunca hubiesen aspirado a ningún cargo de elección popular.
Tal es el caso de Karen López, quien en diálogo con SEMANA, contó su historia y cómo conquistó más de 5.000 corazones de la zona del Urabá, en Antioquia, el pasado domingo cuando participó y ganó para ser la Representante a la Cámara de la circunscripción especial de paz, por las víctimas.
Una joven de 26 años, ”campesina a mucho orgullo y a mucho honor”, quien aunque nació en Sincelejo, Sucre, siempre ha vivido en el corregimiento de San Vicente del Congo, en el Urabá antioqueño. “Antes de que yo naciera, mis padres fueron víctimas del conflicto armado, mi historia siempre ha sido marcada por el conflicto” en Colombia afirma Karen.
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Sin embargo, el drama que vivió su familia en Antioquia a causa del conflicto armado, data desde mucho antes que naciera ella. Camilo López Salazar, hermano de Karen, contó a SEMANA, algunos de los traumáticos sucesos que vivieron en San Vicente del Congo antes que naciera la menor de los hijos.
“Toda la población se sentía amenazada, cualquier persona era un objetivo de guerra, en cualquier momento sacaban a alguien de su casa y le tocaba irse porque se iban a meter a su casa cualquiera de los grupos al margen de la ley. Por eso, mi papá, tomó la decisión de irnos a Sincelejo, Sucre. Yo tenía 4 años, mi hermano 2 años y mi otro hermano estaba recién nacido. Tiempo después, nació Karen y allí pasó su primera infancia hasta que regresamos nuevamente”, comentó Camilo, hermano mayor de la representante.
Desde que Karen retornó con su familia a San Vicente del Congo, vivió allí, hasta que la vida la volvió a llevar lejos de su corregimiento. “Cuando pasé a segundo grado me tocó desplazarme nuevamente, esa vez al casco urbano del municipio de Turbo, Antioquia”, cuenta Karen.
“Siempre he vivido en el campo, amo el campo. Yo soy del campo, soy de montarme en un palo de mango, soy de ir a ordeñar una vaca, ir a arrancarte una mata de yuca, de andar con animales, de dormir con los animales, siempre he sido una campesina eso me da orgullo decirlo” dice con gran coraje.
“Allí estudié 2 años en el colegio sagrado corazón de Jesús y viví en el barrio El Obrero, que era un barrio donde había mucha violencia y pandillas, era un barrio muy complicado. De ahí fuimos nuevamente a nuestro corregimiento y, aunque ya se había calmado el tema de los grupos al margen de la ley, ellos estaban presentes”, aseguró.
López aseveró que perdieron a “muchos familiares, muchos seres queridos” durante el tiempo del conflicto y recordó: “Con mi familia nos tocaba dormir en el monte y vestirnos a la una o dos de la mañana de negro, para salir corriendo a fincas o quebradas y dormir ahí porque venía la guerrilla bajando a nuestro corregimiento”.
“Entonces dormíamos allí con mis tres hermanos, pues yo soy la menor, hasta que amanecía y ya la guerrilla se había ido”, comenta Karen, cual cineasta narra la espantosa escena de una película de guerra.
Muchas personas piensan que porque alguien es víctima o es pobre no puede avanzar, “sin embargo yo considero que no somos pobres y los campesinos no son pobres porque la tierra misma te da la comida y te alimenta” aseveró la representante. Con mucho sacrificio logró terminar su carrera universitaria y hoy es Profesional en Odontología.
Sin buscar la política, terminó en ese camino, ya que los líderes de la zona norte de Turbo, Antioquia, encontraron en ella una persona ideal para que los representara, ellos querían a una mujer joven, “profesional y que hubiese vivido la guerra y Karen López era la candidata que queríamos porque cumplía con todo lo que buscábamos, además de los requisitos del estado”, según Eduar Rivera, víctima también del conflicto y gerente de la campaña.
En sus oraciones a Dios rogaba que si las cosas debían ser, no tuviera ningún problema, sino que todo se diera, y efectivamente, todo fluyó a su favor, logrando alcanzar con el movimiento Yo Soy Urabá, 5.518 de los 10.576 votos de la lista con los que alcanzó una de las curules de paz.