Nación
La historia que cuentan las víctimas del conflicto en las curules de paz | Parte 2
La familia de líderes en su zona fue víctima del conflicto armado que azotó al país por tantos años.
Este año, la llamada fiesta de la democracia abrió varios escenarios nuevos, en los que se le dio participación especial a diferentes sectores a los que no se les tuvo en cuenta durante años, y se crearon nuevas curules denominadas por circunscripción de paz, esto con el fin de permitir que las víctimas que fueron azotadas por el conflicto armado en Colombia, también tuvieran voz y voto en el congreso.
En ese sentido, entre los elegidos el pasado domingo 13 de marzo, para la curul número 16 que cubre al Urabá antioqueño, en donde operó por años la guerrilla de las FARC, el EPL, e incluso, los paramilitares, logró llegar una mujer joven con quien las víctimas se sintieron identificadas debido a sus trágicas vivencias tan similares.
La electa representante a la cámara por circunscripción de paz, Karen López, su hermano y su gerente de campaña, en diálogo con SEMANA, contaron la historia de cómo desde antes que ella naciera, la familia López Salazar ya era víctima de la guerra interna.
Eduar Rivera, víctima del conflicto también y además su gerente de campaña, contó que en Pueblo Bello, ”en su momento, la guerrilla de las FARC, el frente 5° y el 58°, eran quienes tenían el control sobre esa zona, sin embargo, las autodefensas, autodenominadas Tangueros, también operaban allí” en el corregimiento aledaño a San Vicente del Congo, en el municipio de Turbo, donde él ha vivido siempre.
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“En una ocasión, la guerrilla de las FARC bajó de un camión un ganado perteneciente a los Tangueros, esto fue en la zona de Pueblo Bello. Tiempo después, el 14 de enero de 1.990, a las 8 p. m., dicho grupo de autodefensas, tomó represalias contra la población, llevándose 43 hombres en camiones”, según Eduar.
“Para completar la cantidad de hombres, sacaron a unos que se encontraban en iglesias (porque a esa hora se reunían en la presbiteriana) y a otros en reuniones familiares, los esposaron y los montaron a un camión. Pero como solo eran 43 y ya llevaban 44, entonces a uno lo dejaron tirado en el piso, amarrado, es decir, cambiaron las vacas por los seres humanos”, añadió Rivera.
Por esa gran masacre hay una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde los condenan a responder por los hechos, pues hasta la fecha solo se han entregado 17 cuerpos a los familiares. Los demás, siguen desaparecidos. En el pueblo hay un mural en honor a los 43 hombres que nunca más regresaron.
“Mi papá en esa ocasión se salvó porque se escondió detrás de un árbol, él en ese momento era educador de ese corregimiento y estaba sentado en un filo, en una loma y por eso no se lo llevaron”, intervino Karen.
Y continuó diciendo que “en ese tiempo hubo una ocasión en la que uno de esos guerrilleros gustaba de mi mamá y alguien le dijo: “mona, mira vete, que mañana viene la guerrilla y se van a meter al corregimiento”. Mi mamá hizo caso y ese mismo día se fueron de la casa. De hecho, en el techo de mi casa, en el corregimiento del Congo, aún hay huecos de balas, porque esa misma noche la guerrilla vino y entró a nuestra casa, buscando a mi mamá”.
“Allí en Sincelejo, Sucre (donde nació Karen) estuvimos poco tiempo, porque mi padre es teólogo y siempre trabajó como educador, pero allí no consiguió trabajo en colegios, sino como jornalero o albañil. Entonces regresamos a San Vicente del Congo”, comentó Camilo, el hermano de la congresista.
“Jaime López, mi papá, ayudó a parcelar los cultivos de los campesinos; creó la asociación de parceleros y ayudó a gestionar lo que necesitaban para sembrar y trabajar en los cultivos, como pica, pala, machete”, añadió Camilo López.
La representante electa, afirmó que sus padres desde siempre han sido líderes en la región, “mi padre, fue concejal dos períodos del distrito de turbo desde 2002 a 2008; mi mamá, Marly Salazar, ayudó a implementar los comedores comunitarios, es la presidenta de la junta de acción comunal en el corregimiento, ella lidera el proceso de ayuda a ancianos de la tercera edad, para que no tengan que desplazarse en largos trayectos y recibir ayudas, siempre hemos estado en ese rol de liderazgo”.
“Ella también organizó todo para celebrar las fiestas del maíz, porque no existían en la región. Abriendo campo a lo cultural, gastronómico y deportivo. El evento es diseñado sin ánimo de lucro para sus organizadores, sino más bien, para activar la economía, porque la gente sale y vende sus productos, cerveza y todo lo que produzcan. Ya ha crecido bastante, ahora los asistentes se desplazan hasta la zona norte del distrito de Turbo, en Antioquia”, explicó Camilo, hermano de Karen López.
La historia de cómo llegó al congreso y conquistó más de 5.000 corazones en la zona norte de Turbo, Antioquia, continua.