MAFIA
La historia secreta del cartel de los Balcanes que ya está en Colombia
Organizaciones criminales como el Clan del Golfo se han asociado con esta poderosa mafia para enviar toneladas de droga a Europa, en donde el costo es cinco veces superior a lo que vale en Estados Unidos.
La reciente captura de Armus Ivan en Cartagena, procedente de Montenegro (Europa), fue un golpe a la estructura narcotraficante del casi desconocido cartel de los Balcanes, que hace presencia en Colombia desde hace varios años, pero había logrado pasar desapercibido amparado en la fachada de inversionistas exitosos y empresarios que buscaban codearse con la alta sociedad en ciudades como Cartagena, Barranquilla, Medellín, Cali y Bogotá.
SEMANA conoció informes de inteligencia de la Policía, que, trabajando en conjunto con agencias internacionales de Europa y Estados Unidos, ha desnudado una compleja red de tráfico de droga con destino al Viejo Continente, donde el negocio es más rentable. De hecho, en el documento se habla de Armus Ivan como uno de los integrantes del cartel de los Balcanes, quien al parecer tuvo que huir de España en 2018 tras verse implicado en un homicidio por ajustes de cuentas.
El destino escogido por Armus Ivan fue Colombia, a donde llegó en 2019. Se instaló en Cartagena y montó una fachada como heredero de una fortuna familiar, supuestamente propietaria de una cadena de hoteles en Europa. Detrás de esa apariencia de hombre de negocios estaba en realidad una tenebrosa organización que es una de las principales exportadoras de droga a Europa: el cartel de los Balcanes.
Armus Ivan se movía como pez en el agua gracias a su ascendencia europea, y era el encargado de contactar a los proveedores de cocaína en Colombia; su principal socio es el Clan del Golfo. En los informes de inteligencia aparecen en detalle los seguimientos. Con estos lograron determinar que Armus incluso llegaba hasta los laboratorios de producción de pasta de coca para verificar la calidad de la droga.
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Aprovechando su fachada de empresario, el delincuente organizaba encuentros con sus socios en lujosos hoteles de Medellín, Cartagena y Barranquilla. Allí cerraba las negociaciones del envío de droga desde los puertos colombianos, en donde contaminan la mercancía, en especial las frutas.
Las investigaciones llevaron a que en una operación de la Policía Antinarcóticos, junto con la Armada Nacional, se diera su captura en altamar, a bordo de una embarcación de nombre Opium Mar, de bandera panameña, que pretendía salir de bahía de Manga con cerca de media tonelada de cocaína. Los hombres de inteligencia realizaron un registro detallado, con el apoyo de perros antinarcóticos, y hallaron 25 tulas llenas de droga, lista para ser sacada del país. Armus estaba en compañía de dos colombianos, quienes también fueron detenidos.
La modalidad ya era conocida por las autoridades. En la red criminal le llaman ‘el tuleo’, que consiste en llevar las maletas cargadas de coca hasta un punto en altamar, para traspasarla a buques de gran calado en los puertos de Buenaventura, Urabá, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Desde ahí salen rumbo a puertos europeos. De acuerdo con las actividades de control de la policía, en lo corrido de este año, se han incautado 14 toneladas de cocaína.
Aunque poco se habla del cartel de los Balcanes, los altos mandos tienen pruebas concretas de que se trata de una gran red de tráfico de drogas. El común denominador de sus integrantes es que provienen del sur de Europa, de países como Albania, Croacia, Montenegro y Serbia. Los trabajos conjuntos con autoridades europeas han logrado determinar que se trata de “la red de tráfico más fuerte y sanguinaria de este continente, que cuenta con células en países como Holanda, Alemania, España, Bélgica, Francia, Italia, Grecia, Inglaterra, Turquía, Ucrania y Portugal”.
En los informes conocidos por SEMANA se indica que este grupo “ha logrado consolidar toda una red criminal con enlaces en Colombia, en donde les provén la cocaína directamente de los laboratorios que son controlados principalmente por el Clan del Golfo en el Urabá antioqueño, pero también hacen negocios con el ELN en el Catatumbo y con grupos residuales, entre los que estarían las disidencias de las Farc”.
Esta organización, según la información de las autoridades, también utiliza empresas de fachada comercializadoras de productos perecederos para mover vía terrestre la mercancía, ingresarla a los puertos y contaminar los contenedores. Ahí radica la capacidad para despachar grandes cantidades de coca en un solo envío.
De acuerdo con el director de la Policía Antinarcóticos, general Herman Alejandro Bustamante, “en la lucha contra la criminalidad, debemos asfixiar el sistema de drogas ilícitas desde la producción hasta la comercialización internacional, incluidos estos grandes carteles internacionales de narcotraficantes, como es el de los Balcanes, con la cooperación de agencias internacionales”.
El rastro de los Balcanes
La captura de Armus Ivan se suma al homicidio, hace casi un año, de otro ciudadano de origen Serbio llamado Dejan Stanimirovic, quien apareció en la vía cercana al municipio de Guamal (Meta) con varios impactos de bala. La sorpresa para los uniformados fue que se trataba del jefe del cartel de los Balcanes. Lo buscaban en 30 países, con circular roja de la Interpol.
Dejan Stanimirovic estaba reunido con un exparamilitar conocido con el alias de Soldado, y al parecer llevaban varios días consumiendo licor. Ante el hecho la policía hizo presencia, pero fue recibida a bala por los delincuentes. Murieron dos agentes y alias Soldado. También se dio con la captura de otras personas de la organización.
Para el Clan del Golfo y su máximo cabecilla, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, la negociación con el cartel de los Balcanes se ha convertido en una prioridad; el 60 por ciento de droga que llega a Europa es enviada por ellos. Y no es para menos, pues se trata de un negocio criminal muy rentable. Mientras en Estados Unidos el precio promedio de un kilo de coca es de 11.897 dólares, en Europa el valor se multiplica y llega a superar los 58.000 dólares.
Las investigaciones han identificado que los miembros del cartel de los Balcanes no solo tienen presencia en Colombia; su red también compromete países como Brasil, Ecuador, Perú, Panamá y México.
Las operaciones conjuntas entre la policía colombiana, Europol, Interpol y la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) han dado duros golpes en Europa. Puertos como el de Amberes (Bélgica), donde se detectó un contenedor con más de una tonelada de cocaína; el de Barcelona (España), con dos toneladas y media; Andalucía, donde se dio un fuerte golpe de más de seis toneladas; Hamburgo (Alemania), con cuatro toneladas y media; y Portsmouth (Reino Unido), donde fueron hallados 23 kilos, dan cuenta de la magnitud de este cartel y sus tentáculos en Europa.
Toda esta exportación de cocaína tiene de fondo un complejo aparato de lavado de dinero. Los silenciosos narcos europeos comienzan a asomar la cabeza, tal como sucedió en México, donde los carteles pasaron de ser simples compradores y eslabones en la ruta de la droga a asumir el negocio desde su origen. Eso está pasando con el cartel de los Balcanes, que ya tienen emisarios en Colombia negociando de manera directa con las organizaciones criminales.