POLÍTICA
La incómoda Piedad Córdoba: ¿se le rebelará a Gustavo Petro en el Congreso?
Algunos compañeros suyos en el Pacto Histórico no quieren que se posesione el próximo 20 de julio, pero ella decidió que lo hará. ¿Cuál será su papel en el Congreso?
La senadora Piedad Córdoba está lista para pisar el Congreso el próximo 20 de julio, pese a que, desde el Pacto Histórico, los partidos que respaldaron su candidatura, hay voces que se oponen a su regreso al Senado.
Su reaparición en el Capitolio, después de 12 años de ausencia tras su destitución de la Procuraduría por la Farcpolítica, promete ser taquillera. “Como parezco una rockstar, estarán pendientes si me posesiono o no”, le dijo a SEMANA.
Gustavo Petro, con quien Córdoba ha sido aliada política durante años, mas no su amiga personal, se sinceró recientemente. Confesó que fue un error incluirla en la lista del Pacto Histórico y le pidió mantenerse al margen en su reciente campaña presidencial.
Las palabras del presidente electo evidenciaron otro distanciamiento con la congresista y se traduce en el temor que le asiste al mandatario que a la senadora le estallen algunos de sus escándalos por los dineros que le encontraron en Honduras; por sus presuntos nexos con Álex Saab, el señalado testaferro de Nicolás Maduro, o por la investigación de Farcpolítica en la Corte Suprema.
En medio de la campaña, Petro soportó las turbulencias que generaron los rumores sobre un supuesto pedido de extradición contra Córdoba, luego de que su hermano Álvaro fue capturado con esos fines por estar involucrado presuntamente en negocios de narcotráfico. Eso, sin contar con el ingreso de Córdoba a la cárcel La Picota para hablar con extraditables, al parecer, sobre la propuesta de perdón social de Petro, a cambio de votos en las pasadas elecciones.
Aunque ella insiste en su inocencia, es claro que Petro no quiere cargar con el lastre de que un miembro de su bancada termine en una cárcel cuando su principal bandera política ha sido el cambio. “Yo no tengo líos judiciales, eso es muy fácil de averiguar”, reiteró Córdoba.
La congresista electa ha sido clara en que se posesionará y no se mantendrá al margen de nada, como le dijo recientemente a SEMANA.
Córdoba y Petro no han hablado desde antes de abril de este año. De hecho, tardó en felicitarlo por su triunfo en las urnas. Aun así, Córdoba está pendiente de encontrarse personalmente con el mandatario a su regreso de sus vacaciones en Europa. Es incierto saber si Petro aceptará reunirse en privado con ella o si prefiere dirigirse a la congresista en un encuentro con toda la bancada del Pacto Histórico en los días previos al 20 de julio.
Córdoba sabe que la izquierda radical la respalda, entre ellos los senadores Iván Cepeda y Alexánder López, mientras Gustavo Bolívar ha sido prudente frente a sus escándalos. Otro sector encabezado por Roy Barreras la quiere lejos del Congreso. Los ‘petrovideos’ revelados por SEMANA desnudan el nivel de preocupación del senador, cercano a Petro, frente a las reuniones de Córdoba con presos en La Picota.
La congresista electa habla de montajes en su contra por parte de Barreras, un tema que la llevó a decidir que no votará por él a la presidencia del Senado. “Lo único que puedo decir es que no voy a votar por Roy Barreras al Senado porque conozco su catadura ética y moral”, anunció a esta revista.
Esa decisión le traerá dolores de cabeza al presidente electo, quien ha mandado un mensaje a su bancada sobre la necesidad de apoyar a Barreras, un hombre que le tiende puentes con otros partidos y le garantiza la aplanadora legislativa que necesita para el inicio de su administración y el trámite de todo tipo de reformas, muchas de ellas controversiales. “No voto por él. Lo puede decir el mismo papa”, afirmó la senadora.
El anuncio de Córdoba confirma lo que muchos están murmurando: la presidencia del Senado para Barreras no está totalmente garantizada. Gustavo Bolívar, por ejemplo, tampoco votará por él, mientras que el senador Alexánder López lo está pensando. En la lista, varios congresistas progresistas siguen dudando.
Si Barreras corona la presidencia del Senado, la pelea con Córdoba será para alquilar balcón. Ambos hacen parte del Pacto Histórico y los une la causa del cambio que promueve Petro, pero la senadora está dispuesta a mostrar los dientes cuantas veces sea necesario. “Que compre alpargatas porque lo que viene es joropo. Yo sí le destapo su juego”, advirtió Córdoba.
Ella, con voz que resuena en la prensa y con movidas que despiertan interés internacional, insiste en que, además de Barreras, algunos integrantes del Pacto Histórico le tienen miedo. “Soy mejor que ellos y no dependo ni de puestos ni de contratos”, dijo.
Pero Córdoba quiere llevar la fiesta en paz. De hecho, insiste en que una cosa es su diferencia con Barreras y quienes han querido apartarla del presidente, y otra distinta es Petro.
Aunque en su momento lo calificó como una “mala persona” y aseguró que jamás votaría por él, está agradecida con él.
El nuevo presidente se la jugó políticamente y la incluyó en un lugar privilegiado de su lista cerrada al Senado, en un momento en el que ella había desaparecido del mapa político y permanecía en su finca en Puerto Lleras (Meta).
Sin embargo, no es fácil sobrellevar el incómodo papel en el que está Córdoba. El 19 de mayo pasado, en el furor de la campaña política, le envió una carta a Petro en la que le propuso diálogos diplomáticos con Venezuela y los países fronterizos, incluyendo Nicaragua, entre otros temas, pero el entonces candidato no le respondió. Se mostró distante.
Petro es consciente de que el mejor escenario para el Pacto Histórico es que la congresista hubiera renunciado a su curul. En ese escenario, su curul la ocuparía Carlos Alberto Benavides, el siguiente en la lista del Polo Democrático.
Si Córdoba asume su curul y la Corte Suprema toma una decisión judicial en su contra, además del escándalo mediático contra el partido de Gobierno, el Pacto Histórico pasaría de 20 a 19 curules porque le aplicarían la figura de la silla vacía.
Si eso ocurriera, la coalición que impulsó Petro sufrirá una segunda baja. El Partido Liberal ya va a perder un cupo en el Senado tras la captura de Mario Castaño por liderar una presunta red de corrupción.
La congresista electa se dedica por estos días a estructurar el abanico de proyectos que presentará al Congreso, entre ellos la derogatoria del acuerdo entre Colombia y la Otan, un proyecto de ley de excarcelación y amnistía para personas privadas de la libertad por hechos relacionados con la protesta social, un acto legislativo que busca crear una circunscripción nacional de comunidades afro en el Senado, un proyecto de ley de zonas especiales fronterizas binacionales, así como una política estatal de la información, las comunicaciones y los medios.
Por ahora, sigue cercana al Gobierno y ha aplaudido todos los nombramientos del presidente electo, pese a su distanciamiento con Petro. Después del 9 de agosto, el escenario podría ser otro. “Primero que comience la administración y luego ya veremos”, dice.
Del trato que reciba internamente, de las movidas políticas del presidente electo y de cómo se vaya desarrollando el nuevo mandato, dependerá si se convierte en una defensora a ultranza de Petro o si, por el contrario, termina siendo una piedra en el zapato.