POLÍTICA
La insensatez del Comité de Paro
Tras 13 días de violencia, vandalismo y bloqueos, la protesta tiene a los colombianos sumidos en una gran incertidumbre. Las jornadas empiezan a adquirir una dimensión desconocida y peligrosa.
Aunque este lunes no hubo acuerdo entre el Gobierno y el Comité de Paro, tras una larga reunión en la Casa de Nariño, SEMANA confirmó que el presidente Iván Duque y sus funcionarios les ofrecieron a los líderes de la protesta instalar una mesa con una metodología y unos tiempos definidos para tratar de llegar a acuerdos.
Sin embargo, la propuesta del Gobierno, en presencia de la ONU y de la Iglesia católica, no fue escuchada. Por el contrario, los líderes del Comité de Paro dieron un portazo y al salir de palacio ratificaron que el paro continúa. Anunciaron que habrá manifestaciones masivas este próximo miércoles y se mantuvieron inamovibles en sus posiciones. Es más, según fuentes, se radicalizaron porque su pliego de emergencia de seis puntos se convirtió en una extensa lista de más de cien peticiones.
Hoy la situación en Colombia es extremadamente delicada. Según Indepaz, las protestas ya dejan 47 muertos, aunque la Fiscalía habla de 27 fallecidos. Cali es una ciudad secuestrada, con un desabastecimiento que ha desatado una verdadera crisis humanitaria. Mientras tanto, las pérdidas por los destrozos en las principales ciudades del país suman miles de millones de pesos, en medio de la peor crisis económica de la historia reciente.
Por si fuera poco, la pandemia está en su peor momento. Hoy, por ejemplo, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, visiblemente afectada y con su voz entrecortada, anunció al país que la ocupación de las UCI llegó al 96 % y la ciudad está al borde del “colapso hospitalario”.
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Entendiendo las necesidades que tienen los más vulnerables, el Comité de Paro debería cambiar de actitud y sentarse a dialogar con el Gobierno de manera ininterrumpida para lograr soluciones urgentes y concretas. La razón de ser del paro, que era la reforma tributaria, ya no existe. No solo se cayó el proyecto, sino también Alberto Carrasquilla, el ministro que la impulsó.
¿A qué juega el Comité de Paro? ¿Qué hay detrás de esa insensatez frente a la mayoría de los colombianos al no aceptar un diálogo directo con el Gobierno? ¿Qué otros intereses los están llevando a posiciones tan radicales que no se compadecen con la drama de millones de colombianos y la coyuntura de la pandemia? ¿Qué más tiene que pasar para que el paro se levante y se acepte el diálogo con el Gobierno? Sin duda, en la Casa de Nariño tendrán que ceder y eso se tendrá que ver, justamente, en las negociaciones, de frente al país y a la comunidad internacional.
Los líderes del Comité de Paro deberían estar a la altura de los jóvenes, principales protagonistas de justos reclamos que se deben tramitar por los canales institucionales y pacíficamente. Así mismo, se espera que estos líderes sindicales rechacen de manera contundente todo tipo de violencia y los bloqueos.
Con el paso de los días el Comité de Paro empieza a jugar con fuego y a tener que responder políticamente por alargar de manera indefinida un paro que ya se salió de control y que le está pasando una dolorosa cuenta de cobro a Colombia, en vidas humanas, en colapso económico y en una crisis humanitaria que no se sabe en qué puede terminar.