JUSTICIA

La JEP le cierra la puerta a Salvatore Mancuso

El exjefe paramilitar ya purgó su pena en EE. UU. y esperaba ser admitido en la jurisdicción de paz. Los magistrados lo rechazaron porque no fue financiador sino combatiente orgánico de las AUC.

4 de junio de 2020
Salvatore Mancuso fue uno de los jefes paramilitares con más poder. | Foto: Archivo SEMANA

El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso esperaba retornar a Colombia y ser acogido procesalmente en la Jurisdicción Especial de Paz, JEP. Sin embargo, los magistrados acaban de cerrar esa puerta con el argumento de que contrario a su argumentación en la que sostiene que fue financiador de las Autodefensas Unidas de Colombia, en realidad él fue un combatiente raso y por tanto no tendría cabida en la JEP. 

La petición de sometimiento de Mancuso fue rechazada por la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la JEP. Mancuso había solicitado admisión como "tercero civil colaborador o financiador del paramilitarismo entre 1989 y 1997, antes de su vinculación a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)", organización de la que fue su último comandante.

La Sala de Reconocimiento, a través del auto 90, concluyó que su papel en este periodo fue la de un “miembro orgánico de la estructura criminal, desarrollando una función continua de combate”. En la solicitud no se demostró que las conductas de Mancuso correspondieran a las de un tercero civil financiador o colaborador de un grupo armado ilegal sino, por el contrario, evidencian su participación directa en las hostilidades al ejercer una función continua de combate.

Para llegar a esta conclusión, la Sala de Reconocimiento revisó no solo la solicitud de Mancuso, sino también examinó los procesos seguidos en su contra en la justicia ordinaria, en la jurisdicción de Justicia y Paz (creada para el sometimiento de los paras) y a partir de investigaciones extrajudiciales, como la del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Todos esos prontuarios confirmaron que su participación en el conflicto armado interno entre 1989 y 1997 constituyó lo que en el Derecho Internacional Humanitario se llama una “función continua de combate”, que demuestra su participación directa en las hostilidades.

Mancuso en tres: de jefe para activo, en el proceso de paz y en la prisión en Estados Unidos.

Para la JEP es claro que Mancuso patrullaba con un grupo armado compuesto tanto por miembros del Ejército Nacional como por antiguos guerrilleros y otros combatientes, portaba armas largas y participaba directamente de manera efectiva en acciones armadas con fines contrainsurgentes, no solo con el aporte de información. Los magistrados concluyen que "esta participación no fue esporádica sino, por el contrario, tuvo una vocación de permanencia y mayor sofisticación a medida que pasaba el tiempo".

En consecuencia, al no tratarse de conductas realizadas por un tercero civil sino por un combatiente paramilitar, para la Sala la JEP no es competente respecto de los delitos cometidos por Mancuso Gómez.

La defensa de Mancuso había argumentado que este fue informante del Ejército en 1989 y colaborador del mismo. También describió el entrenamiento militar que le dio el mayor del Ejército Walter Fratini Lobacio, comandante del batallón de contraguerrilla de la IX Brigada del Ejército, así como la participación de Mancuso en patrullajes contrainsurgentes ilegales, realizados con Frantini y con soldados y exguerrilleros.

De acuerdo con la solicitud, a la muerte de Fratini, Mancuso asumió el mando de este grupo especial. En 1994 Mancuso conoció a los hermanos Fidel y Carlos Castaño Gil, jefes de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), y se unió a ellos.

SEMANA se comunicó con el penalista Jaime Paredes, abogado defensor de Mancuso, quien dijo que esperan conocer la integridad de la decisión pero desde ya anuncia que presentarán una apelación. "Vamos a esperar que nos notifiquen y a conocer el contenido completo de la decisión pero de ante mano nuestra determinación es la de presentar apelación". Ante el recurso de insistencia, la decisión de cierre le tocaría tomarla al Tribunal de la JEP.

Mancuso permanece en una celda de paso a la espera de ser embarcado de regreso a Colombia.