POLÍTICA
La lista al Senado que quedó con una millonaria deuda tras las elecciones
Las colectividades que no alcanzan el umbral no tienen derecho a la reposición de votos que otorga el Estado.
En los días previos a las elecciones del 13 de marzo, las calles se vieron inundadas de publicidad política. Los rostros de los candidatos aparecían en publicidad en medios de comunicación y vallas, y se volvieron comunes los eventos masivos en los que abundaban las camisetas, los ponchos y las gorras con los logos de los candidatos.
Más allá de la incomodidad que podría haber generado esto en algunos ciudadanos, este fenómeno demuestra que las campañas electorales tienen un costo bastante alto en Colombia, o si no que lo digan las mujeres de Estamos listas, una organización política integrada solo por mujeres que presentó una lista al Senado, pero no logró obtener ni una sola curul y ahora están apelando a la solidaridad ciudadana para pagar la millonaria deuda con la que quedaron.
“Por falta de financiación, nuestra campaña no obtuvo los resultados esperados y, por lo mismo, hoy tenemos una deuda de 900 millones de pesos y ninguna reposición de votos”, señaló el movimiento.
El sistema de financiamiento de campañas en el país se basa en un modelo mixto. Por una parte, contempla los aportes públicos como una forma de garantizar la equidad en la contienda electoral, y por otra, los aportes privados como una forma legítima de participar en la democracia y de expresar libremente las preferencias políticas de los ciudadanos.
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En el caso de la financiación pública, esta es regulada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que luego de revisar el cumplimiento de requisitos otorga un anticipo a los movimientos políticos en contienda que así lo requieran. Este dinero se descuenta luego de la reposición de votos que por ley le corresponde a cada colectividad.
Sin embargo, la ley contempla que cuando un movimiento no alcanza el umbral del 3 % de la votación, no tiene derecho a reposición de votos.
Eso fue justamente lo que ocurrió con Estamos listas, organización que se endeudó para hacer campaña con la esperanza de superar el umbral y obtener reposición de votos para pagar estos créditos, cosa que no ocurrió.
Acudimos a la solidaridad de más de 1⃣0⃣0⃣ mil personas que confían en nosotras para reunir parte de nuestra deuda en una maratón de apoyos ciudadanos. 🐮🐷💵🕯️💜🦉
— Estamos Listas (@Estamos_Listas) March 16, 2022
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“Esta deuda incluye desplazamientos de campaña, pago a profesionales y compañeras de calle, insumos, logística de eventos, alimentación, asesorías, gastos administrativos y legales, entre otros. Apenas los gastos normales de una campaña”, indicó el movimiento feminista.
Así se financian las campañas
En Colombia, la información sobre el financiamiento de la política es pública, así que Cuentas Claras también ha contribuido a garantizar a la ciudadanía el acceso a esta información. Por ejemplo, durante el último año electoral se registraron 879.564 accesos de consulta ciudadana.
A lo largo de estos 10 años en los que ha estado vigente el aplicativo, por medio de los datos registrados se han podido identificar varios patrones en el sistema de acceso a recursos para financiar las campañas:
• Por el contrario, los aportes estatales vía anticipos son mínimos. En 2019 fue el 0,2 % y en 2018 el 6 %. Sin embargo, se presenta una excepción en las campañas presidenciales, donde se entrega el 80 % de los gastos máximos permitidos de manera anticipada para el desarrollo de las actividades electorales.
• Las empresas aportan más recursos a las campañas legislativas que a las territoriales. Para las elecciones territoriales de 2019 el aporte de privados fue del 29 %, mientras que en las elecciones legislativas de 2018 fue del 46 %.
• La mayor parte de los recursos de campaña se invierten en propaganda electoral. Desde el año 2011 las campañas legislativas y territoriales han reportado mínimo el 30 % de destinación a este rubro, mientras que en el caso de las presidenciales se supera el 60 %.