Judicial
La macabra historia detrás del ‘Garavito ecuatoriano’. Fue capturado en Colombia y será extraditado para que responda por cerca de 120 violaciones sexuales
SEMANA revela detalles del expediente contra Luis Fernando Morales Andrade, uno de los hombres más buscados por las autoridades ecuatorianas y que tiene un prontuario comparable con el mismísimo Luis Alfredo Garavito.
En marzo de 2019, Luis Fernando Morales Andrade entró en la lista de los diez hombres más buscados en Ecuador. Y no era para menos, en contra de este taxista de profesión existían un centenar de denuncias por violación, secuestro simple, extorsión y amenazas en la ciudad de Quito entre 2018 y 2019.
Pese a su extenso prontuario, la gravedad de su conducta y el arsenal probatorio, fue dejado en libertad condicional en medio de una muy cuestionada audiencia en septiembre de 2018, en la que solamente se le hizo firmar una constancia y un comportamiento de buena conducta.
Desde ese momento, su paradero se convirtió en un total misterio, hecho que llevó a que la Unidad Judicial Penal del Distrito Metropolitano de Quito solicitara con urgencia la ayuda de Interpol para emitir las respectivas circulares azul (ubicación) y roja (captura).
SEMANA revela detalles del escabroso expediente judicial en contra de este hombre de (edad) que fue detenido el 2 de febrero de 2024 en medio de la operación Fénix 38, liderada por la Policía y la Fiscalía General, en un hotel de “mala muerte” de Yumbo, Valle del Cauca, donde pernoctaba desde hace varias noches.
En los documentos conocidos en primicia por este medio se estableció que Morales Andrade tiene una anotación de “prófugo buscado para proceso penal” por las autoridades ecuatorianas para que responda en dos procesos por violación, uno en contra de una joven y otro contra una menor de edad.
Sin embargo, en su contra –como confirmaron las autoridades- existen 112 denuncias por lo que en la actualidad se adelanta una titánica labor de ubicar a las víctimas para que amplíen sus declaraciones y así se cree una noticia criminal.
El caso tiene una gran complejidad, puesto que la mayoría de las denunciantes son menores de edad y no han contado con un acompañamiento psicológico ni jurídico para que amplíen sus denuncias, lo que representa recordar ese doloroso episodio cuando fueron retenidas, torturadas, amenazas y abusadas sexualmente por este taxista.
El arsenal probatorio señala que el hombre, a quien califican en su país como un “depredador sexual”, tenía un modus operandi definido que consistía en ubicar a sus víctimas en pasajes solitarios, tras recogerlas las amenazaba con un cuchillo o una pistola, para acto seguido llevarlas a un motel, que ya está en miras de las autoridades, ubicado en el sur de la capital ecuatoriana para abusarlas sexualmente.
Después las obligaba a bañarse para que se quitaran cualquier rastro de ADN y, posteriormente, las transportaba hasta un lugar solitario donde las amenazaba para que no denunciaran nada de lo ocurrido.
“Solo durará dos horas”
En la solicitud de extradición firmada por la Corte Nacional de Justicia de la República de Ecuador, y conocida en su totalidad por SEMANA, se cita el caso cometido contra una menor de edad y que indignó a toda la sociedad ecuatoriana por la sevicia del acusado y las amedrantaciones que hizo en contra de la víctima.
Los hechos se presentaron en la noche del 7 de septiembre del 2018, cuando la víctima, en el sector de Carcelén tomó el taxi para un “recorrido corto” rumbo a su hogar. A las pocas cuadras, Morales Andrade “de manera astuta le hace saber que está armado con un cuchillo al costado derecho del asiento y con amenazas con discurso agresivo e intimidante le atemoriza a la víctima lo cual le deja en total indefensión, el procesado durante el recorrido le dijo insistentemente a la víctima que es linda que le gustó y que debe estar tranquila para que no le pase nada sino mataría a ella y su familia”.
Diciéndole –agrega la acusación- una y otra vez que “eso iba a ser únicamente dos horas. Sin embargo, la víctima pensó en un momento correr al mismo tiempo le dio miedo lo cual le hizo temer por su vida, ya que si huía podía haber sido arrollada, en circunstancias de altísima inseguridad e impotencia”.
El taxista, “bajo fuerza y amenazas” la llevó en contra de su voluntad “a un motel llamado Mi Cielo, ubicado en la calle Aceitunos y Juncal, en el sector de la Avenida Eloy Alfaro. Lugar donde la mantuvo dos horas aproximadamente”. En ese lugar, según reza la denuncia, la joven fue abusada sexualmente en “dos ocasiones consecutivas, tanto anal y vaginalmente (…) luego de la agresión sexual obliga la víctima a bañarse y posteriormente le lleva hasta las instalaciones de la universidad donde le deja y la víctima se baja y le advierte que le estará esperando hasta que salga y que cuidado con denunciar”.
Como si no fuera suficiente con todo lo que ya había pasado, y en muestra de una rampante deshumanización, obligó a la víctima a “que le dé su número de celular. Luego de unos 20 minutos (Morales Andrade) insiste llamando al celular (…) ante el temor que le invadía su mente como un medio de protección y ante la atroz agresión que había vivido le escribió un mensaje de texto a su agresor con la finalidad de que deje de esperarle y es por este temor que permaneció por más de cuatro horas en el interior de la universidad”.
Para sustentar la solicitud de extradición se anexaron 17 elementos materiales probatorios, entre documentos periciales y testimonios, que permitieron identificar plenamente al taxista como el autor de estos atroces hechos. Entre estos, los informes realizados por los expertos en genética forense del Servicio Nacional de Medicina Legal; el documento firmado por el médico legista de la Dirección Nacional de Política Criminal.
Así como el informe psicológico forense y la misma declaración de la víctima ante la Unidad Judicial Especializada contra la Violencia a la Mujer y la Familia No. 2; y los testimonios de varios familiares y amigos de la menor de edad: “A partir de las pruebas recaudadas, el funcionario judicial encontró estructurada la presunta materialidad del delito y la posible autoría de Luis Fernando Morales Andrade en su realización, al igual que la necesidad de mantener la orden de prisión preventiva para asegurar la comparecencia”, señala el pedido de extradición.
Extradición exprés
Pese a que, al momento de su captura, las autoridades le pusieron de presente que de no contar con un abogado de confianza le iban a proporcionar uno de la Defensoría del Pueblo, el “taxista violador”, como lo llaman en su país, prefirió defenderse por sus propios medios. En dos meses, sorpresivamente, le hizo llegar a la Corte Suprema de Justicia un oficio en el que pedía una extradición simplificada.
En el estudio del caos, el alto tribunal determinó que los hechos por los que es requerido se ajustaban al Acuerdo de Extradición firmado en 1911 y que hace referencia a cargos como “rapto, violación y otros atentados contra el pudor”.
Esto se suma al hecho que Morales Andrade es requerido por cargos con agravante, como lo son la violación y el secuestro, por lo que se enfrenta a una pena mínima de 40 años de prisión.
Tras el trámite, que será vigilado por el Ministerio de Justicia, el taxista deberá presentarse ante el juez de la unidad judicial penal de Parroquia de Cercelén de Quito que ya tiene lista la orden para enviarlo a prisión.
Mientras tanto, las autoridades esperan seguir recaudando las otras pruebas para abrir los otros cientos de procesos penales pendientes en contra de este violador en serie.