POLÍTICA
La nueva andanada de monseñor Darío Monsalve contra el Gobierno
El arzobispo de Cali aprovechó la operación militar contra 11 supuestos disidentes de las Farc en Putumayo para lanzar pullas al Gobierno.
No hay escenario de controversia que involucre al Gobierno del presidente de Iván Duque que desaproveche el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve, para lanzar dardos. Él, recordemos, es uno de los religiosos más críticos en el país contra la derecha, un sacerdote a quien el uribismo le ha dicho que “la sotana no es para hacer política”.
Este lunes, Monsalve madrugó a cuestionar al Gobierno por la operación que le costó la vida a 11 presuntos disidentes de las Farc en zona rural de Putumayo, según informó el ministro de Defensa, Diego Molano.
Aunque el funcionario y la cúpula militar han sostenido que los fallecidos tenían relación con las disidencias, la izquierda contradice y reitera que se trataba de líderes comunitarios. En esa misma línea, parece que está el jerarca católico.
.@COL_EJERCITO informa: operativo no fue contra campesinos, sino disidencias Farc. No fue contra inocentes indígenas, sino narcococaleros. No fue en bazar, sino contra criminales que atacaron soldados. Defendemos a colombianos. #PetroEmbustero de qué lado está? #OperacionLegitima https://t.co/TSHk0j4Qhx pic.twitter.com/tWFDCnbmvO
— Diego Molano Aponte (@Diego_Molano) March 30, 2022
Monseñor dijo que “las víctimas de ‘El Remanso’, en el Putumayo, le griten al mundo entero cómo manos criminales institucionalizadas puedan sacar a este país de la criminalidad subversiva, paramilitar, narco-terrorista y de la espantosa inseguridad creciente. ¡Por Dios, gobiernos dignos del mundo”, expresó.
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Las palabras del arzobispo, sin duda, molestarán a varios sectores de la derecha y al propio Ejército, que ha venido argumentando con fotografías y videos durante la semana cómo los fallecidos eran disidentes de las Farc. En las imágenes se observan a varios hombres con armas de fuego, horas antes de fallecer, en una casa de tablas, donde además ingerían licor.
Las víctimas de “El Remanso”, en el Putumayo, le griten al mundo entero cómo manos criminales institucionalizadas puedan sacar a este pais de la criminalidad subversiva, paramilitar, narco-terrorista y de la espantosa inseguridad creciente. ¡Por Dios, gobiernos dignos del mundo!
— Dario Monsalve (@arzobispodecali) April 4, 2022
Llamar al Ejército “manos criminales institucionalizadas” es una denuncia de grueso calibre porque la Fiscalía llegó hasta el lugar, practicó el levantamiento de los cuerpos, actualmente adelanta las investigaciones y no ha llegado a una conclusión sobre dicha operación militar.
Monsalve, quien se dedicó a cuestionar al Gobierno durante el estallido social del 28 de abril de 2021 y estuvo del lado de los manifestantes que intentaron destruir a Cali ―la ciudad donde él oficia sus labores religiosas―, no ahorra esfuerzos para atacar a las autoridades del Estado.
Recientemente dijo que “¡una fuerza pública mandada a bombardear a su propia nación, so pretexto de la seguridad interna amenazada! Un pueblo expulsado de sus territorios, sometido a represión Esmad, a fraude y asesinatos selectivos, sin tregua ante tragedia alguna: ¿es esa la patria que llaman a defender?”.
El religioso también se molestó con el Gobierno por no avanzar en los diálogos de paz con el ELN, una guerrilla que mientras hablaba de negociación secuestró, intimidó, extorsionó y hasta atentó el 21 de enero de 2019 contra la Escuela de Policía General Santander en Bogotá, un bombazo que dejó como saldo 23 muertos y 87 heridos.
A mediados de 2020, Monsalve lanzó un fuerte señalamiento contra la administración Duque. “El Gobierno nacional busca una venganza genocida para destruir lo pactado en La Habana”. No obstante, lo que dijo no es cierto.
El propio Emilio Archila, alto consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, dijo que “desconocer los avances de la implementación no construye paz”. Y mostró las millonarias inversiones que la Casa de Nariño inyectó al cumplimiento de los acuerdos.
Esa afirmación llevó al uribismo a enviar una carta a la Conferencia Episcopal Colombia, quien desmintió a Darío Monsalve y dijo que su posición no correspondía al de la Santa Sede.
De Monsalve, amado por uno y odiado por otros, se rumoró que podía ser trasladado de Cali, pero actualmente sigue en la capital del Valle desde donde lanza críticas ácidas contra el Gobierno y la derecha ideológica.