NACIÓN
La nueva RAE
Este año se caracterizó por la forma como varias personas acomodaron el lenguaje para su beneficio o lo redefinieron por el poder de sus hechos.
Alcohol: las penas altas y las campañas de cultura ciudadana no impidieron que siga siendo el fatal copiloto de demasiados conductores a lo largo y ancho del país.
Duelo: práctica del Viejo Oeste que el abogado uribista Jaime Restrepo reencauchó en agosto, para retar públicamente al senador del Polo Iván Cepeda.
Incidente: así llamó el ELN los disparos, en plena carretera, que en febrero recibió la caravana de la política izquierdista Aída Abella, en Arauca.
Mermelada: desde el 2014, ya no se come con pan, ni galletas, sino con contratos y favores políticos.
Ñoños: dejó de ser un término para describir a una persona disciplinada, a convertirse en el apodo de los parlamentarios más votados del 2014: Musa Besaile y Bernardo Elías.
Pique: macabra práctica de descuartizar personas en casas abandonadas en Buenaventura.
Secuestro: término proscrito en La Habana. Según las FARC, se debe reemplazar por retención, especialmente si del caso del general Rubén Darío Alzate se trata.
Space: se volvió el emblema de la irresponsabilidad de unos constructores que pusieron en riesgo las vidas de miles de personas.