NACIÓN

La nueva táctica del Clan del Golfo para asesinar policías

Cuando intentaban matar a otro uniformado varios sicarios de la banda narcotraficante fueron detenidos. Nueva fase del plan pistola.

17 de mayo de 2017
| Foto: Archivo SEMANA

En la tarde de hoy miércoles 17 de mayo, dos hombres llegaron hasta la casa de un policía en Sincelejo, Sucre. Llevaban un paquete en la mano y le pidieron a la persona que abrió la puerta que lo llamaran para hacerle entrega de una supuesta encomienda. Desconfiado porque no estaba esperando nada ni a nadie el uniformado, que estaba de descanso, sacó su arma de dotación y disimuladamente la escondió.

Cuando estaba a pocos metros vio que no conocía a los hombres y quitó el seguro de su arma. Al percatarse los dos hombres desenfundaron sus pistolas y empezaron a disparar. En una de las casas vecinas, vivía un compañero, también policía, que se percató de la situación. Ya en igualdad de condiciones los uniformados empezaron a perseguir a los asesinos en medio de las balas y lograron arrestarlos. Eran dos narco sicarios que hoy fracasaron en su intento de cumplir el macabro plan pistola ordenado por los capos Dairo Úsuga, alias Otoniel, y Roberto Vargas, alias Gavilán, jefes del banda criminal de traficantes conocida como el Clan del Golfo.

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Este es el hecho más reciente de la macabra y cobarde estrategia desatada por esa organización desde hace dos semanas en contra de la policías, la cual ya ha dejado doce uniformados asesinados y varias estaciones y CAI atacados con explosivos en nueve departamentos del país. La ofensiva criminal de Otoniel y sus secuaces es la respuesta a un duro golpe que la Policía propinó a la cúpula de ese grupo el pasado dos de mayo cuando murió  alias Pablito en enfrentamientos con miembros del bloque de Búsqueda de la operación Agamenón. Se trataba de un importante capo militar y financiero conocido, además, por tener las mismas aberraciones sus jefes y ser un violador de menores de edad.

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La mayoría de los 12 policías asesinados fueron víctimas de sicarios del Clan que los atacaron por la espalda y cuando estaban desarmados.

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Para llevar a cabo esas acciones Otoniel ha recurrido a sus sicarios y a los asesinos de aliados en el negocio del narcotráfico entre otro alias Tom, un capo que actualmente es el jefe de la estructura conocida como la oficina de Envigado y por quien hay dos millones de dólares de recompensa.

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Lo que ocurrió en la tarde de hoy en Sincelejo demuestra que el Clan continúa con la firme intención de seguir con el plan pistola. Lo grave es que evidencia una nueva estrategia para cometer los asesinatos, frente a las medidas de prevención que han adoptado los integrantes de la fuerza pública. Ya no ubican a los policías indefensos en las calles sino que mediante los buscan en sus casas para tratar de cometer los homicidios mediante engaños como ocurrió hoy.

Desde Pablo Escobar y la época de la guerra contra el cartel de Medellín, ningún narco o grupo criminal había acudido a esta práctica de asesinar y pagar por matar policías. Es claro con esto no sólo que evidentemente la muerte de Pablito, el decomiso de casi 100 toneladas de droga y cerca de 1000 integrantes del Clan arrestado son golpes que esa banda han sentido.

Es evidente, también, que estas acciones sicariales típicas de mafiosos son una prueba más de que Otoniel y sus secuaces no son más que vulgares narcotraficantes que han tratado de venderse ante la opinión como grupos de paramilitares arropados bajo el autodenominado nombre de autodefensas gaitanistas. A pesar de la sanguinaria estrategia la historia de la lucha contra ese tipo de capos y organizaciones ha demostrado que es cuestión de tiempo para que Otoniel, sus secuaces y sus lugartenientes terminen igual que Escobar y el Cartel de Medellín.