Pandemia
La nueva variante del covid-19 que tiene al mundo patas arriba
Con millones de infectados por ómicron, el mundo reporta incapacidades laborales, largas filas para hacerse pruebas, congestión en las urgencias y cancelacion de eventos, lo cual frena la recuperación económica mundial.
En la lista de deseos de año nuevo estuvo el anhelo de que la pandemia se acabe en 2022, pero todo sugiere que los planes del virus son diferentes. La primera semana del año, que marca el comienzo del tercero con esta crisis sanitaria, fue la de mayor número de casos nuevos de covid-19 en el mundo. En total, según el epidemiólogo Jaime Ordóñez, fueron 9.186.117 nuevos infectados, lo que representa un aumento del 78,5 por ciento en apenas ocho días.
El lunes Estados Unidos reportó un récord de 1.080.211 contagios, el recuento más alto de casos nuevos en un día en cualquier parte del mundo, según la Universidad Johns Hopkins. Gran Bretaña no se quedó atrás: según The Financial Times, más de 2 millones de personas en Reino Unido se infectaron con coronavirus en la semana que finalizó el 23 de diciembre. El viernes 31 se registró un total de 189.846 nuevos casos de covid en ese país, la cifra más alta para cualquier periodo de 24 horas durante la pandemia.
Francia y Australia reportaron cifras que sobrepasaban récords previos: Australia con 50.000 y Francia con más de 270.000. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), cada uno de los 92 barcos con pasajeros que zarparon desde Estados Unidos en diciembre reportaron casos de covid-19, pese a la advertencia al público de no embarcarse. Durante las fiestas el número de casos se disparó de 162 en las dos primeras semanas de diciembre a 5.013 entre el 15 y el 29 de diciembre.
En Colombia, según Ordóñez, hubo 48.187 casos nuevos en la última semana, lo que representa un aumento del 194 por ciento en únicamente ocho días. El aumento casi vertical de los casos se debe a ómicron, la variante descubierta en Sudáfrica en noviembre, que al parecer es más leve que las demás, pues provoca una infección menos dañina, limitada al tracto respiratorio superior y no a los pulmones, por lo que genera menos hospitalizaciones en las unidades de cuidados intensivos. Pero esa buena noticia se atenúa con el hecho de que es extremadamente contagiosa. El problema, entonces, se reduce al gran volumen de casos que puede producir.
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Según Ordóñez, no es lo mismo el 1 por ciento de 2.000 pacientes diarios que el 1 por ciento de 20.000 pacientes diarios, al referirse al porcentaje de muertos que podría generar la variante. “Son demasiados enfermos al mismo tiempo”, dice. El riesgo es que ese volumen genere caos en los servicios de salud, aun en sistemas robustos y sofisticados. El otro peligro es que lleve a una interrupción de la vida cotidiana. Según Capital Economics, más de 5 millones de estadounidenses estaban en cuarentena en la primera semana del año.
Eso ha agravado la escasez de trabajadores en ese país, donde ya había una reducción de personal, y con ello se ponga un freno a la recuperación económica mundial. Los más impactados han sido restaurantes, hoteles y aerolíneas, ya que las incapacidades laborales provocaron el cierre temporal o la disminución de sus operaciones. Más de 20.000 vuelos fueron cancelados en Estados Unidos desde Nochebuena. La peor crisis de la temporada de vacaciones se vio el lunes 3 cuando se detuvieron más de 3.000 vuelos.
El jueves 5 de enero más de 1.700, ante el aumento de casos. Esta tendencia se replica en otros sectores de la economía. El miércoles Norwegian Cruise Line canceló un crucero de nueve días por el Caribe programado para salir de Miami ese día a causa de covid-19. El mismo operador trajo el Norwegian Pearl de regreso a Miami después de que partiera el lunes en un viaje de 11 noches por el Canal de Panamá, según el Miami Herald, después de que un número no especificado de tripulantes diera positivo.
Otros grandes eventos han seguido la misma suerte. Los Grammy, por ejemplo, se pospusieron indefinidamente, y los Globos de Oro anunciaron el martes que continuarían con su ceremonia del 9 de enero, pero sin celebridades, audiencia o medios de comunicación presentes, así como con estrictos protocolos de coronavirus. El Festival de Cine de Sundance, que tradicionalmente se lleva a cabo en forma presencial en Park City, Utah, también anunció el miércoles que haría un evento en línea.
La CES, la feria tecnológica más importante del año, se realizó, pero sin la asistencia de grandes como Google, Mercedes-Benz, General Motors, Panasonic, Amazon, así como muchas otras que optaron por no asistir por el miedo a las restricciones aéreas internacionales. Una determinación similar adoptó hace un mes el Foro Económico Mundial, que se celebra en Davos, al mover su reunión anual de enero para mediados de 2022.
JPMorgan Chase dijo que su conferencia sobre cuidado en salud en San Franciso, programada para finales del mes, ahora será virtual. Los horarios de los partidos en deportes profesionales se reprogramaron, y corporaciones como American Express y Goldman Sachs archivaron sus planes de regreso a la oficina de enero. Según una encuesta hecha por la firma de consultoría Gartner con más de 200 empresarios, una cuarta parte de ellos pospuso sus planes de retorno a la oficina por culpa de ómicron.
Y como si todo eso fuera poco, dos de los fabricantes de chips de memoria más grandes del mundo, Samsung y Micron, tuvieron que ajustar las operaciones en sus bases de fabricación en Xi’an debido a las medidas tomadas en dicha ciudad ante un nuevo brote. Como se sabe, China tiene tolerancia cero con el virus e impuso en Xi’an una cuarentena estricta y larga (14 días) a sus 13 millones de habitantes.
Hong Kong, el hub más grande de Asia, decidió también implementar las medidas más estrictas desde el comienzo de la pandemia, lo que incluye prohibir los vuelos provenientes de ocho países. Esto podría afectar la ya frágil cadena de suministro global. Hasta ahora, ómicron ha causado poca impresión en los mercados financieros. Desde que se conoció, el promedio industrial Dow Jones ha aumentado a una tasa anualizada del 15 por ciento, y el rendimiento del valor de referencia del Tesoro a diez años se ha movido poco, lo que no sucedería si los inversores anticiparan una recesión.
Aun así, el caos provocado por ómicron ha hecho sentir a algunos de regreso a 2020, a otros con desesperanza y sin salida, y a muchos más en un estado de fatiga y desinterés por el tema. El futuro no luce muy alentador. Según le dijo al diario The Times Pamela Vallely, profesora de virología de la Universidad de Mánchester, el mundo no está cerca del final de la pandemia. “Creo que nos queda un año o posiblemente dos”. La razón es la habilidad del coronavirus para replicarse, así como el gran número de no vacunados. De hecho, el presidente Emmanuel Macron se dirigió fuertemente contra estos últimos.
“No estoy para cabrear a los franceses... Sin embargo, a los no vacunados, realmente quiero cabrearlos”, dijo en una entrevista publicada el martes en el periódico francés Le Parisien. El Gobierno de Joe Biden corrió con la misma suerte al proponer la vacunación como requisito obligatorio para trabajar: la medida generó renuncias masivas que solo profundizan la crisis de personal. Se prevé que las consecuencias de ómicron seguirán en estos días, pues el mundo no ha alcanzado el pico de esta ola. Pero, aun con la trayectoria impredecible del virus y de la fatiga de la población, otros guardan esperanzas de que ómicron resulte ser una tormenta fuerte pero de corta duración.