Nación

La peregrinación por la vida comienza a llenar la Plaza de Bolívar

Los cerca de 2 mil excombatientes de las FARC que se movilizaron hasta Bogotá para exigir seguridad, ya están en la Plaza de Bolívar y, con pancartas, piden “una paz que no les cueste la vida.”

2 de noviembre de 2020
La Peregrinación por la Vida y por la Paz se encontrará en Bogotá el domingo 1 de noviembre.
La Peregrinación por la Vida y por la Paz se encontrará en Bogotá el domingo 1 de noviembre. | Foto: Cortesía CNR-FARC

Así lucía la Plaza de Bolívar al caer la tarde del domingo 1 de noviembre de 2020. Cientos de personas vestidas de blanco, agitando banderas y alzando pancartas, pedían al gobierno y al país “una paz que no les cueste la vida”, “Destejer odios, tejer solidaridades, retejer la vida”, “Somos firmantes de la paz”, “Por el respeto a la paz y la vida”.

Líderes del partido de las FARC anunciaron a través de sus cuentas Twitter que la Peregrinación por la vida y por la paz había recorrido las calles de Bogotá de manera totalmente pacífica, y que llegados a la Plaza de Bolívar iban a comenzar un festival por la vida y por la paz.



Ellos mismos, al igual que organizaciones que trabajan por la paz, fueron documentado la llegada a la capital, el encuentro en el Parque Nacional, y el recorrido hasta la Plaza de Bolívar.



Los hombres y mujeres que caminaban con camisetas y banderas blancas venían de Mesetas, Meta.

Su marcha había comenzado el 21 de octubre en Mesetas, Meta, y poco a poco se convirtió en un movimiento que sumó a miles de excombatientes de cada una de los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación –ETCR– que hay en el país. A lo largo del domingo 1 de noviembre tres grupos se encontrarán en el Parque Nacional y marcharán hasta la plaza de Bolivar con un fin específico: pedirle al gobierno compromiso para evitar que sigan asesinando excombatientes –van más de 230 desde que se firmó el Acuerdo de Paz y 50 solo este año– y para apoyar los proyectos de reincorporación de los excombatientes.

“Estamos siendo sometidos a un plan de exterminio”, le dijo Pastor Alape, a SEMANA el martes pasado. “La gente tomó la decisión que lo menos era salir a batir la memoria de Albeiro y exigirle al gobierno medidas que van más allá que de la captura de los responsables y que incluyen una reflexión nacional sobre la responsabilidad que tienen las vocerías que invitan al odio, que estigmatizan, que polarizan y que son las causas de todos los muertos que está contando el país diariamente, en cuanto a defensores de derechos humanos, líderes populares y firmantes de la paz”.

El recibimiento

Tras la llegada de los excombatientes, Vladimir Rodríguez, Alto Consejero para las Víctimas, La Paz y la Reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá, les dio la bienvenida y aseguró que “lo que trae la peregrinación a nuestra ciudad es una serie de lecciones de reconciliación y acción pacífica por el derecho a la vida”.



En un video quedó registrado el momento en que Rodríguez le da un saludo a Pastor Alape y le reitera: “Bienvenido, Bogotá tiene un compromiso con los Acuerdos, saludos de la alcaldesa y de todo el gabinete y bienvenido siempre”, dice y agrega: “sabemos que ustedes siempre han honrado el Acuerdo y por eso siempre de puertas abiertas a quienes honran la palabra y le apostaron a la democracia. Bienvenido Pastor, bienvenidos a todos”.

Razones para peregrinar

La Peregrinación por la Vida y por la Paz comenzó por el asesinato el 16 de octubre, en La Uribe, Meta, de Juan de Jesús Monroy, también conocido como Albeiro. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, Albeiro lideraba proyectos productivos de siembra de cacao y otras especies nativas junto con un centenar de excombatientes.

Su muerte se sumó a la de más de 230 personas que hacían parte de distintos procesos de reincorporación y que, según los registros del partido FARC, han sido asesinadas desde que se firmó el Acuerdo de Paz, en 2016. Aunque el gobierno, en voz del Consejero Presidencial para la Reincorporación, Emilio Archila, ha dicho que está comprometido con la protección de los excombatientes y ha asignado recursos para esquemas de seguridad, para los excombatientes no es suficiente: “No podemos creer que con escoltas y carros se va a resolver la situación. No podemos armar un país donde todos los ciudadanos tengan que andar armados. Necesitamos que el estado entre de manera integral a enfrentar las problemáticas de los territorios, de lo contrario no vamos a resolver esto y seguirán con el cuento de que pedimos protección armada, que es una manera de justificar”, le dijo Pastor Alape, que hace parte del Consejo Nacional de Reincorporación, a SEMANA.

Sin embargo, las razones de los excombatientes que están en Bogotá va mucho más allá. Según un excombatiente que habló con SEMANA cuando el grupo que provenía desde los llanos orientales estaba concentrado en Villavicencio, la idea de llegar a Bogotá es llevar su voz, por primera vez, a otras instancias: “Queremos ir a Bogotá a reclamar garantías para que toda esta muchachada y la gente adulta que estamos en reincorporación podamos hacerlo sin traumatismos”, dijo. “Queremos echar a andar nuestras voces, es la primera vez que lo hacemos”.

De acuerdo con este excombatiente, los proyectos productivos que avanzan en todo el país y que incluyen desde plantas de procesamiento de plátano y de cacao, hasta supermercados y crianza de ganado, están avanzando, pero se necesita un mayor compromiso en materia de asesoría, tecnología y apoyo económico: “Queremos que realmente se cumplan los compromisos porque nosotros estamos trabajando en la reincorporación y el esfuerzo es enorme”, dijo.


Durante los días que precedieron a la manifestación en Bogotá, varios grupos de excombatientes de todo el país hicieron actos de perdón y reconciliación: en Armenia, por ejemplo, instalaron sillas desocupadas en la Plaza de Bolivar para crear conciencia del asesinato a excombatientes; en Doradal, Antioquia, hubo un encuentro entre antiguos comandantes de las Farc y un excomandante paramilitar, hubo velatones en varias ciudades y en Pipiral, en la vía entre Bogotá y Villavicencio, Pastor Alape y Rodrigo Granda pidieron perdón por los secuestros masivos –también llamados pescas milagrosas– que el grupo guerrillero perpetró por todo el país y, en especial, en esa vía.

Esos actos tuvieron reacciones en diversos sectores de la sociedad, que expresaron su apoyo a los excombatientes y a su proceso de reincorporación.


Respuestas del Gobierno

De acuerdo con un informe presentado este martes 27 de octubre por el Consejero del Gobierno para la Reincorporación, Emilio Archila, entre 2017 y octubre de 2020 se han registrado 319 hechos de violencia contra los excombatientes, una cifra en la que se cuentan casos de homicidio, tentativa de homicidio y desaparición. “Las investigaciones adelantadas por la Fiscalía han permitido esclarecer 50 por ciento de las 319 afectaciones”, dijo Archila, y añadió que, de acuerdo con el informe, en la mayoría de los casos resueltos por la Fiscalía, se ha encontrado que los responsables de estos ataques han sido las disidencias de las Farc (42 por ciento), seguidos por el ELN (10 por ciento) y el Clan del Golfo (9 por ciento).

En ese mismo informe, que reunió a varias instituciones del Estado, como la Agencia Nacional de Reincorporación, la Policía y el Ejército, se hizo énfasis en la disposición de diálogo del Gobierno y su compromiso con el proceso de reincorporación.

“Nos duelen todas las muertes, propiciadas por quienes se lucran del narcotráfico y de las economías ilegales, y se convierten en enemigos de la construcción de paz”, dijo Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación y delegado del Gobierno ante el CNR, el Consejo Nacional de Reincorporación. También explicó que el Gobierno nunca se ha “cruzado de brazos” frente a las acciones en contra de los excombatientes y que, al contrario, está comprometido por la protección de ellos y de sus familias.

Andrés Stapper, director de la ANR, anunció que la Agencia se reunió en Villavicencio con una de las delegaciones de la peregrinación y resalté el trabajo en tres aspectos para proteger a los excombatientes: el acceso a derechos y apoyo a proyectos productivos, la prevención para evitar estigmatización y el trabajo articulado con la Policía para fortalecer la protección y seguridad de las personas que se han reincorporado.

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