María Paula Azcuénaga @AzcuenagaPaula
María Paula Azcuénaga @AzcuenagaPaula | Foto: María Paula Azcuénaga @AzcuenagaPaula

Conflicto familiar

La pesadilla de una madre que trata de recuperar a sus hijos luego de un divorcio traumático

María Paula Azcuénaga asegura que sus hijos han sido víctimas de un tipo de maltrato psicológico denominado alienación parental y que ahora la odian. Desde hace más de 10 días una juez ordenó que le entregaran los menores, pero el padre se estaría negando a hacerlo.

18 de marzo de 2021

La abogada María Paula Azcuénaga completa cinco años tratando de recuperar a sus hijos. Lo que ella considera una pesadilla inició en 2015 cuando se divorció de Mariano Díaz, un prestigioso empresario. Han sido meses de mucho dolor y luchas legales que han afectado directamente a sus hijos de 11 y 9 años.

Vea la entrevista completa a María Paula Azcuénaga:

María Paula considera que su expareja ha ejercido sobre los pequeños la alienación parental, que consiste en alejar a los pequeños de uno de los padres, en este caso ella, y hacer que lleguen a odiarlos por diferentes argumentos.

“Llevo peleando incansables e incesantes batallas judiciales para probar que no soy el monstruo ni la mamá maltratadora que él ha dibujado en la vida de mis niños”, dijo en uno de los videos que ha publicado en sus redes sociales.

En conversación con SEMANA, María Paula señaló que hace tres años él se llevó a los niños de la ciudad en la que vivían y desde entonces no le permite tener ningún contacto con ellos.

¿Cuándo se empezó a romper la relación de los menores con la mamá?

María Paula quedó embarazada de su primer hijo tres meses después del matrimonio. Ella describe que su esposo era un excelente papá, lo cuidaba y no quería separarse del niño. Dos años después quedó embarazada de su segunda hija. Asegura que los dos bebés fueron motivo de alegría en su vida. “Son lo más importante para mí”.

A medida que iban creciendo empezaron los problemas: “Esa relación tierna padre e hijo fue con el tiempo tornándose obsesiva y dañinamente sobreprotectora (…) Mariano y yo teníamos profundas diferencias sobre cómo educar a los niños. Ambos éramos muy amorosos con ellos, pero yo entendía que los límites y las rutinas eran importantes, y Mariano pensaba lo contrario. Cuestionaba y desautorizaba todas las correcciones distintas a un simple llamado de atención”.

Cuenta que un día, ella para reprender al niño por algo que había hecho, le quitó una paleta y el papá se la devolvió. O después de llamarle la atención iba y lo consentía inmediatamente. “Con ello, empezó a interiorizar un mensaje sutil, pero muy cruel de su papá: ‘estoy aquí para protegerte de mamá', y se fue tejiendo así entre ellos una malsana alianza”.

En ese momento, ella decidió marcharse de la casa para no dañar su relación con el niño, pero nunca se imaginó que esto se convirtiera en una pesadilla para ella y sus hijos.

Por orden de una juez ella debería estar con los niños

El pasado 5 de marzo, la juez Séptima de Familia de Barranquilla ordenó que la custodia de los menores la debía tener la mamá, luego de validar el concepto de los sociólogos especialistas de Medicina Legal que dijeron que los menores no podían continuar viviendo con su papá porque él les había generado afectaciones psiquiátricas.

SEMANA conoció el acta de sentencia en la que la juez ordena: “Declarar la suspensión de los derechos parentales patria potestad del señor Mariano Eduardo Díaz Arenas frente a sus menores hijos”,

Y ordena: “Declarar que los derechos parentales en adelante, en forma exclusiva de los niños, estarán en cabeza de María Paula Azcuénaga Amador, hasta tanto se presente por parte del padre, si así lo considera, el proceso de restablecimiento de derechos parentales o patria potestad”.

Si la juez falló a favor de la mamá, ¿por qué los niños aún no están con ella?

Luego de que se conoció la decisión del juzgado, un grupo interinstitucional fue a la casa del padre para decirle que acatar el fallo y entregarles a los niños, pero como los menores estaban dormidos, llegaron a un acuerdo para que el día siguiente el padre se presentara con ellos en la Defensoría.

La cita era a las 10 de la mañana y el padre llegó sin los menores, así que el día 8 de marzo se ordenó ir a rescatar a los niños para devolvérselos a su mamá. A esa diligencia asistieron miembros del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y de la Policía Nacional. Al llegar al lugar se llevaron la sorpresa de que no estaban ni el padre ni sus hijos en la vivienda.

El pasado martes 16 de marzo, las autoridades tuvieron conocimiento de que habían regresado a la casa y volvieron a realizar el operativo, pero al llegar ya se habían ido. Una vez más, la orden no se podía cumplir.

¿Por qué el padre no entrega a los niños?

Según relata el padre de los menores, a través de un comunicado entregado a la opinión pública, el fallo de la juez desconoce todo el material probatorio que, según él, sus abogados y equipo de profesionales de la salud psiquiátrica e infantil, demostraría la amenaza que ejerce la mamá sobre ellos.

Dice que en diferentes audiencias ha relatado los maltratos a los que han sido sometidos los niños desde hace muchos años por parte de la mamá. Y asegura que cada vez que piensan en verla, entran en una crisis psiquiátrica que culmina en hospitalizaciones. Sobre todo su hijo mayor, de 11 años, quien presenta episodios de ansiedad.

En el documento desestima la decisión de la juez y considera que de manera arbitraria ha ido a realizar un operativo de rescate de los menores. De hecho, aunque ya hay una orden dada que debería cumplir de inmediato, decidió interponer una tutela con la que se espera reabrir el caso.

Díaz considera que la juez falló a destiempo, es decir, un año después. Apreciación que no comparten algunos juristas consultados. Ellos señalan que una acusación de destiempo al juez solo es posible cuando este ha demorado por alguna razón injustificada el proceso y tiene que pedir una prórroga. Sin embargo, SEMANA tuvo acceso a parte del expediente donde se evidencia que el proceso se retrasó porque el padre incumplió las citas y no los llevó a que les realizaran la valoración psicológica por parte de Medicina Legal. Sin contar que la pandemia también demoró el proceso.

El padre apela a un concepto de una comisaría que, tras escuchar al niño mayor que preferiría lanzarse de un balcón a quedarse con Paula, concluyó que ambos menores no deberían estar junto a la mamá. Aunque otras entidades han considerado lo contrario y dieron vía libre para que la mamá pudiera visitar a los niños periódicamente. Algo que no se cumplió, según el papá para proteger a los menores.

¿Por qué se dio la decisión de la juez?

En medio del proceso adelantado para determinar si hay una caso de alienación parental, la juez ha ordenado varios exámenes psicológicos, algunos hechos por especialistas contratados por el padre que indican que el bienestar de los niños está en riego si se reencuentran con la mamá.

La juez consideró que esas valoraciones no eran del todo objetivas y decidió no tenerlas en cuenta, ni tampoco las que presentó la mamá, de otros especialistas que desmentían la primera versión. Por lo tanto, la juez ordenó a especialistas de Medicina Legal hacer unas nuevas pruebas para los cuatro integrantes de la familia. Con los resultados en mano, ella determinó que la mamá no tiene ninguna patología mental y que es asertiva y conciliadora. Y encuentra que el padre tiene algunos rasgos dirigidos a evidenciar que solo escucha sus razones y no otras.

Las pruebas también evidencian que los menores, a pesar de estar alejados en los últimos tres años de su mamá, han llegado a odiarla. Incluso el hijo mayor presentaría una especie de fobia hacía ella. Según especialistas, la alienación parental se presenta por etapas de manera progresiva.

Serán especialistas en leyes quienes determinen quién tiene la razón. Es claro que, por ahora, según lo ordenado por la juez, los niños tienen que volver con la mamá y empezar con el restablecimiento de sus derechos.