POLÍTICA

La Primera Línea y su salto a la política en el 2022

El anuncio de la Primera Línea sobre su conversión en un partido político deja más dudas que certezas. No se conoce una jefatura única y tampoco las identidades de sus promotores, pero dijeron que pretenden jugar electoralmente en el 2022. ¿Cómo lo harán?

21 de julio de 2021
| Foto: foto: esteban vega la-rotta

La Primera Línea es enigmática. No tiene una cabeza visible o una jefatura que lidere a los grupos de jóvenes que se concentran en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y Bucaramanga, entre otras. No obstante, sorprende porque tienen cuenta en la red social Twitter y hasta emiten comunicados constantemente. Inicialmente publicaron un comunicado donde mostraron respaldo jurídico frente a los excesos de la fuerza pública. También se apartaron de la violencia y anunciaron a sus integrantes que quien genere vandalismo no sería cobijado con el beneficio de la asesoría judicial.

En otro comunicado, donde tampoco confirman sus identidades, la Primera Línea expresó que, desde el 20 de julio, mientras el congreso reanudaba las sesiones legislativas del segundo semestre del año, nacían como partido político.

“Luego de 82 días de ardua resistencia en el marco del paro nacional, se hace evidente la necesidad de participar en el espacio político del país”, afirmaron en el oficio que divulgaron a través de las redes sociales. La Primera Línea como partido político surge –según ellos- como un grupo de resistencia, un grupo de contención ante la agresión y represión violenta de la protesta social por parte del Gobierno Nacional, “pero trasciende y siente la necesidad de alzar su voz y exigir que las demandas de los ciudadanos sean tenidas en cuenta dentro del marco deliberativo que permita construir una democracia libre”, justificaron.

“Nuestros principios se inscriben dentro del pluralismo y la tolerancia, así como la inclusión; y nuestro objetivo es ser eco de los que no tienen voz”, añadieron.

La proclamación de la primera línea deja más de una pregunta y termina por desnudar las intenciones detrás del grupo de jóvenes, algunos encapuchados, que generaron caos y perturbación en el orden público en Cali, Bogotá, Neiva, entre otras regiones, y que generaron una crisis de institucionalidad al gobierno de Iván Duque. ¿Ese era el objetivo desde el comienzo? ¿A quién representan? ¿Quién está detrás de este grupo que aprovechó el 20 de julio para concentrar en Bogotá a los representantes de distintas regiones? ¿Cómo jugarán políticamente? ¿Estarán cercanos a los partidos progresistas? ¿Cuándo mostrarán sus rostros?

El grupo no respondió los interrogantes, pero sí expresó en el comunicado que se convierten en partido político con el propósito de continuar defendiendo a los jóvenes y la sociedad de los múltiples problemas que representen para Colombia los políticos de siempre.

“Entendemos que no podemos dejar nuestro destino en las manos de los políticos de carrera quienes desconocen nuestras realidades y necesidades. Es el momento de asumir el reto y llegar al Congreso como lo que somos, como lo hemos representado durante este paro: la primera línea de resistencia, cambio y esperanza”.

El anuncio de convertirse en partido político deja más dudas que certezas, pero serán sus principales líderes quienes decidan cuándo se mostrarán al país, en qué momento destaparán sus principales cartas de cara al 2022 y de paso le respondan a los colombianos si algunos de sus miembros tiene nexos con grupos armados y de dónde proviene su financiación.