NACIÓN
La psicóloga chocoana que trabaja por la niñez y la salud mental del Pacífico desde Suecia
La profesional es la directora de la Fundación Nuevo Amanecer ESAL.
Desde una ciudad ubicada al norte de Suecia, donde el intenso frío es protagonista, la psicóloga chocoana Haidy Sánchez Mattson trae el calor de su tierra con la labor social que ejerce en pro de los niños, las niñas y los adolescentes del Pacífico colombiano.
La mujer, apasionada por ayudar a los que más necesitan, estudió su carrera profesional en la ciudad de Medellín y la ejerció en Chocó por dos años. Luego decidió emprender un nuevo rumbo hacia Suecia, donde lleva radicada 23 años.
“Seis años antes de la pandemia me empecé a conectar otra vez con el Chocó, lo hice muchísimo desde la parte de investigación con personas con autismo y con discapacidades”, contó Haidy a SEMANA.
La profesional agregó que al mismo tiempo empezó a ayudar a grupos de familias, especialmente a madres cabeza de hogar para darles consultorías y apoyo especializado. “Poco a poco me fui metiendo más y más en esa labor social porque es muy difícil entrar y que le cuenten a uno sus calamidades, sus frustraciones y sus dificultades”, dijo.
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Después fue entrando en otros aspectos con mujeres desplazadas, asimismo, ha liderado actividades sociales, culturales, psicoeducativas y conferencias, de la mano de la Fundación de Autismo del Chocó. “Todo lo he organizado desde acá y lo he dado en donación. Así poco a poco durante la pandemia, empecé a dar talleres virtuales de salud mental, depresión, angustia, ansiedad y de la gestión de las emociones; todo esto lo he hecho gratis, enviaba mis invitaciones a todo el Chocó y se conectaban alrededor de 100 personas para escuchar mis charlas”, comentó.
Igualmente, realiza capacitaciones de la mano de colegas de Suecia que dominan el idioma español. Y hace un año creó la Fundación Nuevo Amanecer ESAL para continuar con todo el trabajo que ha adelantado con las comunidades.
“Decidí trabajar en varias estrategias, una va más enfocada en cerrar la brecha educativa en el marco de lo que es la alfabetización de la transformación digital. Otra está enfocada en la robótica educativa femenina; y la tercera ha sido tratar de llevar entregas de tecnología a algunas escuelas rurales”, explicó Haidy que estos son sus tres ejes de trabajo.
En ese trasegar ha podido lograr grandes alianzas en pro de las comunidades. Una de ellas con Microsoft Colombia y Google Colombia, marcas con las que ha dado talleres en Chocó.
“Con Microsoft tuvimos un curso que se le donó a 25 personas y que dio inicio en marzo, es virtual guiado por especialistas de la compañía, quienes capacitan a las personas en tecnología y eso me tiene muy feliz porque todas continúan. El 12 de abril tenemos otro de transformación digital desde la perspectiva de Microsoft y está abierto para 80 personas”, contó.
Sobre los casos que ha atendido, la profesional expresó que tiene muy presente el de tres niños con autismo que prácticamente querían estar desescolarizados, ya que en Quibdó, Chocó, no hay una institución educativa que atienda todas las capacidades para atender esta clase de diagnósticos.
“He tenido contacto con las madres de ellos, me contaban que los niños ya estaban con muchas ansiedades, comportamientos y conductas disruptivas, así de agresividad. En la pandemia sintieron que su entorno se volvió más inseguro porque las rutinas que tenían no funcionaban para ellos, no querían ir a la escuela; entonces a mí lo que me tocaba hacer era dar asesorías vía WhatsApp a estas madres por medio de videollamadas para el manejo de la conducta de los niños y que pudieran reducir el estrés”, contó.
Pero Haidy Sánchez Mattson, actualmente no trabaja sola en esta labor, cuenta con un grupo de personas voluntarias a quienes considera sus familiares, como los califica, las personas más unidas a ella durante toda su vida, quienes comparten su amor por la labor de ayudar a los demás.
“Uno siente que el impacto es contundente con todo el entorno; es lindo crear conciencia a otras personas de lo importante que es hacer aporte a esta obra porque de lo contrario no hay una sostenibilidad; siempre se necesita el apoyo patrocinador, por ejemplo, he tocado muchas puertas a la Alcaldía y la Gobernación, pero normalmente nunca le ayudan a uno”, discrepó.
Agregó que el apoyo lo ha recibido preponderante del sector privado. “Ahí es donde he podido alcanzar más apoyo, aunque para nada es suficiente, pero bueno, ahí vamos, pero el sector público es muy difícil, ponen una cantidad de trabas y a la final uno no recibe ni un refrigerio que son para los niños”.
A pesar de ello, destacó uno de los programas que la tiene más orgullosa, el de robótica femenina. Este inició en noviembre del año pasado y es en alianza con la Fundación Global Arte Ciencia y Tecnología de Medellín.
“Tomé contacto con ellos y les dije que quería llevar robótica femenina a Chocó, de inmediato recibí el apoyo, me dieron siete cupos para este programa que es a nivel nacional, les enseñan a las niñas simulación, diseño y creación también se les enseña sobre emprendimientos. Durante siete meses las niñas reciben las clases en Quibdó, se las dan de manera virtual desde Medellín, pero practican toda la tecnología gracias a unos kits robóticos que les entregan”, dijo.
Cabe destacar que en noviembre de este año van a competir a nivel nacional niñas de 11 a 15 años de edad, que han estado en este programa.
“Logramos meter en el grupo a una niña de una comunidad indígena, es importante esta inclusión porque sabemos que va a replicar su conocimiento a sus comunidades, eso me llena de mucha alegría”, expresó.
Entretanto, una actividad que la tiene orgullosa es la que realizaron a finales del pasado mes de marzo con la astronauta análoga Giovanna Ramírez. “Ella es una aliada que ha tenido una articulación con la Nasa. Me facilitó un taller virtual para niños del Chocó, lo hicimos un sábado, teníamos planeado hacerlo una hora y los niños no se querían despegar de allí fueron 70 niños, el taller demoró dos horas más de lo que habíamos pensado porque los niños tenían muchas preguntas”, sostuvo.
Uno de los próximos propósitos de Haidy, es brindar una capacitación en emprendimiento, liderazgo femenino y salud mental.
“Quisiera motivar a las personas para que puedan colaborar con la fundación, no es solo lo monetario, sino que estas comunidades también requieren de dispositivos como iPads, las madres de los niños con autismo me están preguntando si se los puedo gestionar, ya que esta tecnología es importante para sus terapias de lenguaje. Pero aún no he podido porque tengo focalizadas a las escuelas, entonces me van entrando los incentivos y así mismo yo voy entregando según la prioridad”, agregó.