Este miércoles comenzará una nueva campaña política. La del senador del Polo Camilo Romero, quien saldrá a las calles a buscar dos millones de firmas para respaldar la que se ha convertido en su principal obsesión: revocar el Congreso del cual hace parte.
El sueño de Romero parece imposible. Porque aunque pretende valerse de la movilización ciudadana, será este mismo Congreso que pretende revocar el que tenga que autorizar una ley que no les convendría a sus colegas, sencillamente porque les despojaría de todo blindaje frente al control político ciudadano.
¿Podrá el Congreso legislar para que los ciudadanos les despojen su poder? La respuesta parece lógica. Sin embargo, Romero apostará su capital político en una cruzada que muchos califican de 'quijotada'. Semana.com habló con él.
¿La revocatoria es una falsa promesa?
"Los señores del Congreso dicen que es inconstitucional revocar el Congreso. Entonces les digo que lo que pretendemos es crear una norma para que en Colombia sea constitucional revocar al Congreso", asegura.
Por eso, les propone a los ciudadanos que firmen para que la Constitución tenga un nuevo artículo que le entregue la facultad al pueblo de revocar a los congresistas, en cualquier momento, por insatisfacción general de la ciudadanía (como sucede hoy frente a alcaldes y gobernadores). De ser aprobada dicha revocatoria, se tendrá que convocar nuevas elecciones parlamentarias y los congresistas revocados no podrán participar en ellas.
¿Cree que los congresistas aprobarán una ley para que alguien los revoque?
Romero considera que "es un buen momento" para que lo hagan porque va a llegar la ciudadanía a pedirle al Congreso un mecanismo democrático para sancionarlo. ¿Qué van a decir los congresistas? ¿Se van a oponer? Ahí sí este Congreso pasaría como el más desprestigiado y antidemocrático de la historia".
El senador del Polo dice que el único argumento en contra va a ser el costo del referendo. La Registraduría ha dicho que el de una jornada electoral podría superar 40.000 millones de pesos. Romero responde que “la ciudadanía también está cansada de las pensiones millonarias, de los subsidios de gasolina, del costo de tantos excesos”.
De conseguirlo, ¿sabe que no tendrá tiempo para revocar el actual Congreso?
En caso de conseguir las firmas, de que el Congreso apruebe el referendo, se supere el estudio de la Corte Constitucional y se active la fórmula de la revocatoria, puede pasar mínimo un año. Es decir, ya habría un nuevo Congreso.
“¿Y quién garantiza que el Congreso del 2014, al que muchos congresistas aspiran a reelegirse, no sea igual de indignante como lo fue este?”, pregunta Romero. “Pues tiene que hacerlo la Constitución, que nos tiene que entregar un seguro para nuestro voto porque cuando uno entrega un voto, está entregando confianza”.
El propósito de Romero es “establecer para siempre una sanción política, que en el fondo es una sanción ética y moral a la clase política tradicional”. “Porque no puede ocurrir en un país democrático que los elegidos hagan lo que quieran, incluso en contra de la sociedad, y la sociedad no tenga una herramienta que le permita retirarles el poder”.
¿Se quedará sin sanción el Congreso que motivó la revocatoria?
“No. Por ser iniciativa ciudadana, este debate tendrá que afrontarlo el Congreso de forma prioritaria. Y tendrá que hacerlo a menos de seis meses de las elecciones del 2014. Entonces, con voto nominal y público, los ciudadanos sabrán cuáles congresistas se oponen a una ley que permite la revocatoria. A quienes se opongan, la ciudadanía los castigará en las urnas. No votar por ellos es una forma de revocarlos”.
¿Y cómo hará para conseguir dos millones de firmas en seis meses?
Romero relata que sólo por redes sociales el movimiento Nueva Ciudadanía recogió 200.000 firmas entre junio y septiembre. En noviembre las llevaron a la Registraduría, que declaró válidas 191.000 de ellas. Con ese aval quedó constituido el comité promotor, integrado por nueve personas, quienes ahora tendrán que salir de nuevo a las calles a recoger, mínimo, 1.700.000 firmas antes del próximo mes de junio.
La estrategia se volverá a desplegar por internet. La apuesta es conseguir 10.000 ciudadanos que voluntariamente decidan ser promotores. Cada uno de ellos deberá conseguir 200 firmas para lograr dos millones que deberán ser entregadas en los centros de recopilación que están instalados en 23 ciudades del país y en cuatro del exterior (Caracas, Toronto, Miami y París).
Cuenta regresiva
Los promotores del referendo de revocatoria, a partir de este miércoles, iniciarán una carrera contrarreloj para recoger dos millones de firmas. Es el requisito para que la ciudadanía pueda debatir directamente con el Congreso. Si consiguen las firmas, esta confrontación ocupará la atención del segundo semestre del presente año. Entonces se sabrá si esta campaña fue una 'quijotada' o no.