SALUD
“La reforma a la salud volvería muy difícil tener citas con especialistas”: vocero de Pacientes Colombia explica su contrarreforma
Gustavo Campillo, uno de los principales líderes del movimiento de pacientes, que agrupa 192 organizaciones, cuenta los miedos que genera el proyecto de ley y lo que ellos proponen.
SEMANA: Pacientes Colombia está liderando lo que muchos han llamado la contrarreforma a la salud. ¿Por qué radicar una propuesta diferente a la del Gobierno?
Gustavo Campillo (G. C.): nosotros no queríamos que se llamara contrarreforma. Hoy sí lo es. Pero nosotros la sacamos a la luz hace un mes, y en este momento no era una contrarreforma porque no había reforma. Hoy, el Gobierno es el que tiene la naturaleza para hacer esta propuesta, entonces todo lo demás, la del Centro Democrático y la nuestra, podrían denominarse como contrarreformas.
SEMANA: ¿por qué nace esta propuesta?
G. C.: nace porque no tuvimos posibilidad de participar. Fueron muchas las veces que les insistimos a la ministra Corcho y a los viceministros de Salud que nos abrieran espacios de diálogo y que nos dieran a conocer el proyecto de ley para dar nuestras opiniones. Y nunca fue posible. Tuvimos dos reuniones con la ministra, absolutamente protocolarias, le dijimos que estábamos abiertos para el diálogo, pero no fue posible.
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SEMANA: ella siempre dijo que fue una reforma muy debatida, incluso dijo que la más debatida de la historia republicana.
G. C.: no fue así. Las preguntas que nosotros siempre quisimos hacerle fueron: ¿esas muchísimas eran suficientes? ¿Eran representativas? ¿Daban lugar a que se excluyeran otros como las sociedades científicas, los gremios o nosotros los pacientes? Al final, es claro que no hubo debate porque la propuesta que salió meses después fue la misma que se filtró. Ellos dicen que sí invitaron organizaciones, pero la verdad es que no sabemos, ni a quiénes ni a cuántas, ni a quién representan, ni siquiera si son representativas en lo que representan. Es un sistema de todos. Los pacientes somos los dolientes, las víctimas, los más interesados en tener un buen sistema de salud. Pero, al final, todos los actores son importantes. Esa ha sido la falta de visión de la ministra y el Gobierno. La falta de visión es que es un tema muy sensible y segundo que es un tema universal. A todos nos afecta. Pero no a todos nos llamaron.
SEMANA: ¿cuál es la historia de Pacientes Colombia?
G. C.: nosotros nacemos en el contexto de la emergencia social en salud del año 2008, cuando el gobierno del presidente Álvaro Uribe, en respuesta de la sentencia 760 de la Corte Constitucional, emite unos decretos que eran regresivos, coartaban la autonomía médica, limitaban el acceso a las nuevas tecnologías y ponían cargas en los gastos de bolsillos. Ahi nace Pacientes Colombia. Fuimos como 70 organizaciones que nos articulamos y tuvimos una posición unificada para demandar esos decretos por inconstitucionales, lo cual logramos. La Corte los derogó todos, a excepción de los tributarios, con el argumento de que el derecho a la salud no se podía arreglar por decreto, sino por la vía legislativa. Participamos en la construcción de la ley estatutaria en salud. Los pacientes nos sentamos, y cuando iba como en segundo debate,el gobierno lo tomó como propio y sacamos entre todos adelante la ley estatutaria de salud.
SEMANA: ¿a quiénes agrupa Pacientes Colombia?
G. C.: hoy somos 195 organizaciones, fundaciones, ligas de usuarios. Todas son de sociedad civil, no gubernamentales. Todas relacionadas con temas de salud. La gran mayoría con patologías crónicas de alto costo y huérfanas; de hecho, está la federación de enfermedades raras y huérfanas que agrupa muchas organizaciones, el observatorio de cáncer infantil que agremia a todas las organizaciones en este tema y el observatorio de adultos de cáncer, que agremia a 16. Trasplantados renales, hemofilia, artritis, lupus, psoriasis, la representatividad es muy significativa, pero no nos consideraron en los espacios de construcción.
SEMANA: ¿y cuál es la propuesta de ustedes? ¿De qué se trata la contrarreforma?
G. C.: la propuesta nuestra tiene cinco capítulos, 49 artículos. Tiene tres elementos básicos. 1) La no regresividad, 2) El giro directo y 3) La modificación de funciones de las EPS, que les llamamos agente gestor. Nuestra idea es construir sobre lo que está bien construido. Lo que está mal queremos mejorarlo. Nosotros hemos desarrollado una idea que es: EPS sí, pero no así.
SEMANA: ¿entonces cómo quedan las EPS?
G. C.: proponemos que queden con funciones de articulación de las redes, no como el Ministerio, que le entrega eso a los gobernadores y alcaldes. Nosotros proponemos que el agente gestor gestione el riesgo, module y administre. Para eso hay que tener claro el tema del financiamiento. Creemos que no se requieren más recursos, sino transparencia en el uso de recursos. Para eso proponemos un sistema único de pagos y de giro directo.
SEMANA: ¿cómo sería eso?
G. C.: proponemos el giro directo, que podría dar una estructura del sistema de una manera mucho más acertada y asertiva. El giro directo consiste en que el Adres es el que paga y la EPS la que coordina los servicios. Es decir, tenemos dos personas con cáncer, una en Chía y una en Bogotá. El agente gestor debería articular que ambas personas tengan una prestación del servicio en las mismas condiciones. Pero entonces la plata de la Adres no va a la EPS, que tiene esos billones de pesos por meses rentando para luego presionar al prestador a que baje tarifas. Sino que la Adres paga directo a los hospitales. Hoy el régimen subsidiado funciona así y ha sido beneficioso para el prestador, para la aseguradora, que se quita mil trámites de validación y de glosas. Creemos que lo que propone la ministra, que es crear decenas de Adres chiquitos, es un riesgo de politización y corrupción.
SEMANA: ¿les preocupa el Suprapoder de la Adres?
G. C.: nos preocupa el fraccionamiento arquitectónico de la estructura del sistema en 33 Adres, 33 Fondos Regionales, 1.200 fondos municipales, 36 territoriales departamentales. Hay una confusión o por lo menos no hay una claridad en los alcances de responsabilidad de cada una de esas estructuras. El riesgo de que no terminen siendo politizados, porque el gobernador y el alcalde presentan ternas para muchos cargos. Creo que eso no es técnico. La estructura de las redes está a cargo de las autoridades territoriales. Estamos en Colombia. Eso se puede prestar para que la red se integre con negocios, con contratos de los políticos.
SEMANA: ¿cómo ven la entrada al sistema por los Centros de Atención Primaria?
G. C.: en relación al acceso también vemos muchos riesgos. Por ejemplo, un paciente se adscribe a un centro de atención primaria (los Capir) y ellos se encargan de gestionar los riesgos de este paciente. Para la baja complejidad los atienden ahí, pero para el segundo nivel de complejidad, la cosa cambia. Entonces si uno vive en el Bagre, en una vereda, allá solo hay un hospital en el pueblo, entonces el hospital me debe mandar a Medellín. Hoy la EPS gestiona todo, el traslado, la cita, la quimio, los medicamentos. Para que el hospital pueda hacer eso hoy, tiene que tener una infraestructura que vale muchísimo.
SEMANA: ¿se soluciona con esto el problema de los especialistas?
G. C.: para nada. Para mí, se agrava. Digamos que en Barranquilla o en Montería o en Armenia, no hay sino diez oncólogos, entonces ellos deberán tomar la decisión de trabajar con el hospital público o con la empresa privada. Si en lo público los van a estatificar y todos serán funcionarios públicos, uno se pregunta: ¿la tabla salarial será motivante? Además que lo puedan trasladar a donde quieran, si son funcionarios no podrían tener su consultorio privado, terminará compitiendo un sector privado con músculo, con un sector público con muchas limitantes. Hoy quienes tienen enfermedades de alto costo están en unos programas especializados para su tratamiento, allí una experticia, un conocimiento y una sabiduría para tener las mejores habilidades para los pacientes. Hoy un superespecialista trata a un habitante de la calle o a un millonario por igual porque todos entran en el sistema, y el sistema les paga por los dos, sea porque viene de prepagada, sea porque viene de Sisbén. Eso se va a acabar.
SEMANA: ¿cómo quedan los pacientes que tengan que trasladarse a la Nueva EPS?
G. C.: me preocupa mucho. ¿Cuál sería la posición dominante de una EPS que tiene bajo su dominio casi de 25 millones de pacientes? Ellos ya tienen 12 millones, y les pasarían otros diez de la liquidación de las EPS que no cumplen indicadores. Según lo que ha dicho el super, todos los que se liquiden van para allá. Se vuelven un monopolio porque concentran más de la mitad de la población. Entonces todo el mundo tendrá que contratar con ellos, porque sino no tendrán pacientes, ellos van a terminar poniendo las condiciones, las tarifas, los modelos. En calidad, en oportunidad y en eficiencia van a perder los pacientes.
SEMANA: ¿hay un limbo en la transición para los pacientes?
G. C.: el Gobierno ha hablado de una transición. Pero no ha sido claro en el cómo. En todas estas clínicas privadas a las que vamos hoy como pacientes van a entrar a hacer oferta de dos componentes de acceso a servicios de salud. Aquí en Colombia nunca ha pasado que expropien una clínica, ¿pero pueden honestas decidir no contratar con el Estado? Eso no se sabe. Los planes complementarios desaparecen porque no los pueden ofertar. La prepagada se encarecerá. Habrá más inequidad y todo será mucho más costoso.
SEMANA: ¿qué esperan que pase en la discusión en el Congreso?
G. C.: yo esperaría, y hablo desde el deseo, que se logren unificar los tres proyectos de ley que han sido radicados, que se saque un texto conciliador, que se invite a un diálogo, y que tengamos una reforma al sistema de salud que nos dé lugar a una mejoría. Este es mi deseo. Pero eso no va a pasar. Vamos a tener tensiones ideologizadas sobre un derecho fundamental que nos cobija a todos los habitantes, que debería trascender esas ideologías. Creo que también podemos tener el riesgo de que no pase nada, y que eso pudiera potencializar la posición dominante de las EPS, en perjuicio de la ciudadanía. Estamos ante una oportunidad de oro.