NACIÓN

La reunión que Uribe tendrá que explicar ante la Corte Suprema de Justicia

El punto clave de la investigación de la Corte es el encuentro que tuvo el expresidente con Juan G. Villegas y José Gómez G. El primero, señalado de presionar en los testigos que acusan a Uribe, el segundo sospechoso de libretear a los contratestigos con los que el exmandatario se defiende. Trinos, interceptaciones y fotos en torno a la reunión.

20 de febrero de 2018
| Foto: Fotomontaje Semana

Según el auto de la Corte Suprema de Justicia, y los anexos de las labores investigativas secretas que soportan la decisión de abrir un proceso contra el expresidente Álvaro Uribe por presunta manipulación de testigos, uno de los momentos clave en cerca de cinco años de pesquisas ocurrió el 21 de octubre de 2015 en Medellín.

Ese día –a las 2:15 pm– los sabuesos del CTI que adelantaban la investigación dirigida por la Corte Suprema recibieron una orden urgente. Las escuchas en tiempo real indicaban que al final del día se daría una reunión trascendental. Cinco investigadores salieron del búnker y se dirigieron a toda prisa al aeropuerto El Dorado, para volar a Medellín. No hubo pasajes disponibles por lo que el grupo se dividió “nos desplazamos inicialmente (a Rionegro, Antioquia) tres servidores y en el siguiente vuelo otros dos servidores de policía judicial, adscritos Departamento de Investigaciones de la Dirección Nacional del CTI”, dice el informe que da cuenta de esa misión.

Los investigadores aterrizaron en Rionegro a las cinco de la tarde y de inmediato empezaron seguir la ubicación del celular de Juan Guillermo Villegas Uribe, quien estaba interceptado. La Corte había llegado a este personaje luego de meses de monitoreo de las líneas telefónicas de la familia Monsalve, incluyendo al padre, el hermano y la hermana de Juan Guillermo Monsalve Pineda, uno de los protagonistas clave en todo el entramado de testigos y contratestigos, tal como lo reveló SEMANA el sábado pasado.

En contexto: Álvaro Uribe investigado por manipulación de testigos 

A través de las escuchas se constató que Villegas mantenía permanente comunicación con la familia Monsalve a fin de controlar lo que estos pudieran decir ante la Corte, para confirmar o negar, el relato de Monsalve Pineda. Este exparamilitar recluido en la prisión de Cómbita y conocido con el alias de ‘Guacharaco’, declaró que el bloque Metro había nacido a mediados de los años noventa en la hacienda Guacharacas, de propiedad de la familia Uribe Vélez. Y señaló que tres parejas de hermanos, ganaderos de la zona, fueron los auspiciadores de esa estructura paramilitar: Álvaro Uribe Vélez y Santiago Uribe Vélez; Santiago Gallón Henao y Pedro Gallón Henao;  Luis Alberto Villegas Uribe y Juan Guillermo Villegas Uribe. El relato de Monsalve fue confirmado y resultó concordante con el de otro ‘para’ que hizo parte del bloque Metro, Pablo Hernán Sierra. Estos dos testimonios, el de Monsalve y Sierra, fueron determinantes para que un viejo expediente contra Álvaro Uribe se reabriera –la resolución inhibitoria fue revocada–, con lo cual se reactivó la investigación contra el expresidente.  

Interceptación: “Me llamó ese hombrecito”

Para la Corte resultó sospechoso que Juan Guillermo Villegas –uno de los señalados por alias Guacharaco– mantuviera monitoreada a la familia del ex paramilitar. Por eso, seguirlo y conocer con quién se entrevistaría era clave para la investigación.

Los agentes del CTI se desplazaron a Medellín y empezaron a hacer un monitoreo en el barrio Laureles, la zona donde el sistema de seguimiento indicaba que se hallaba el celular de Villegas. Pero poco después llegó una información urgente desde la central del búnker “Siendo las 7:40 p.m., del 21 octubre de 2015, el analista del control técnico informa que en una de las conversaciones en tiempo real se menciona de una reunión a realizarse en un establecimiento denominado ‘la jugosa de la 70’, por lo cual los suscritos investigadores proceden a realizar búsqueda en medios abiertos de la ubicación y características de este lugar”, se lee en el informe reservado.

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Foto del informe de la diligencia

Lo que siguió después fue que los agentes del CTI se movilizaron hacia ese punto de Medellín, y encontraron una gran sorpresa. Eran las ocho de la noche. “Al llegar al sector de ubicación del establecimiento comercial la jugosa, se evidencia la presencia de personal de las fuerzas militares y esquemas de seguridad del Estado, al observarse este tipo de seguridad nos acercamos al entorno del establecimiento, encontrándonos con una reunión de varias personas entre las que se observa notoriamente y por ser una figura pública al señor expresidente de la república Doctor Álvaro Uribe Vélez, acompañado de tres personas con características de edad entre los 50 y 55 años”. Los agentes del CTI, en medio de la oscuridad de la noche y guardando cierta distancia, hicieron un registro fotográfico que trasladaron a Bogotá. SEMANA.COM obtuvo una de las imágenes que hacen parte del álbum fotográfico levantado esa noche.

La Corte juntó las piezas gráficas con nuevas interceptaciones y otras pistas para así establecer que en esa reunión con el expresidente Uribe estuvo Juan Guillermo Villegas y otro hombre llamado José Humberto Gómez Garro. Para ese momento de la investigación ya era muy claro quién era Villegas y qué rol tenía en el entramado. Sin embargo, no se tenía mucha claridad de quién era el otro sujeto. Pero las respuestas empezaron a aparecer al siguiente día, nuevamente a través del teléfono interceptado de Villegas.

Al siguiente día, es decir el 22 de octubre de 2015, a las 8:39 a.m. Juan Guillermo Villegas recibió una llamada de José Gómez Garro en la que conversaron de la reunión sostenida la noche anterior con el expresidente. Este es un aparte de esa llamada, resaltado por la Corte Suprema:


HGG: Qué hubo Juan.

JGV: Que hubo Humberto, dónde anda hermano. No pues yo me quedé aquí en Medellín. Voy a estar haciendo unas vuelticas por aquí […] Por la noche me llamó ese hombrecito como a las 11 de la noche hombre, ese hp es incansable. ¿No lo ves cómo está de cansado ese hombre?

HGG: Ehhh ave maría.

JGV: Pobrecito se le ve el cansancio. Esta viejo hermano, hp, y se le ve el cansancio tan hp hermano.

HGG: Y eso que es lo que a él le gusta. Entonces que hacer hombre.

JGV: Ahh. No, no. Es que se hizo matar de eso. Me dijo yo me hago matar. Imagínese que se echó todo el país encima y es el jefe de debate de todo el país, hp, ah. Me llamó y me dijo hombre a Humberto muchas saludes, dígale que le agradezco mucho todas esas cosas y que tenemos que terminar esa labor y que si estos muchachos están tan entusiasmados, entonces, eh… hmmmm. No ya lo que hablamos anoche, de todas maneras muchas gracias hombre que muy bien el señor, como muy agradecido con vos pues. Muy agradecido que habías ido y que habías estado en eso y que (Inaudible).

HGG: Sí, claro, de todas maneras hay que apoyarlo en la mala.

JGV: Si hermano, que muy bien, muy importante.

En síntesis y con palabras de la propia Corte este es el trasfondo de la reunión documentada: “Las comunicaciones sostenidas el 21 y 22 de octubre entre Juan Guillermo Villegas Uribe y Humberto Gómez Garro, así como las labores de verificación ordenadas para tal efecto, como el seguimiento a Villegas y otras relacionadas con los ingresos a la cárcel de Itagüí, indican que el objeto de la reunión entre los mencionados y el doctor Álvaro Uribe Vélez estaba relacionado con el caso de testigos dispuestos a colaborarle al Senador, incriminando falsamente al doctor Iván Cepeda de hacerles ofrecimientos a cambio de declaraciones en su contra”.

A renglón seguido la Corte pasa a explicar que luego de más pesquisas y escuchas se logró establecer que Gómez Garro registraba varios ingresos a la cárcel de Itagüí, y que los cuadernos de registro del Inpec daban cuenta de que concretamente acudió al penal en varias oportunidades para visitar a los internos Gabriel Muñoz Ramírez y Ramiro de Jesús Henao. El quid del asunto está en que estos reos son los ex paramilitares cuyo testimonio presentó Álvaro Uribe como contratestigos a fin de desmentir las versiones de los declarantes iniciales –es decir Monsalve y Sierra. Los ex paramilitares Muñoz y Henao sostienen que lo que dicen los dos testigos originales es falso, afirman que la familia Uribe Vélez nada tuvo que ver en la creación del bloque Metro y que el senador Iván Cepeda les hizo ofrecimientos para que declararan en contra del expresidente. Pero la noticia, como ya se sabe, es que la Corte Suprema de Justicia concluyó que el senador de izquierda no compró testigos y que será investigado Uribe por esa misma conducta. Respecto a los testigos iniciales la Corte ordena brindarles protección en tanto que a los dos contratestigos –cuyos relatos fueron verificados y no resultaron convincentes para el máximo tribunal– deberán afrontar un proceso por falso testimonio.

El tendón de todo el asunto, con las consecuencias señaladas, está la reunión de Uribe con Villegas y Gómez Garro. Lo complicado de ese encuentro es que, por un lado, está documentado que Villegas presionó a la familia Monsalve para incidir en Juan Guillermo Monsalve, declarante que acusa a Uribe. Y por otra parte, están las visitas de Gómez Garro a los contratestigos, declarantes en favor de Uribe.

El trino y las explicaciones de Uribe

El expresidente, a través de un trino que publicó el 23 de diciembre de 2015, dijo al país que sabía “sobre interceptaciones y seguimientos de la justicia en mi contra” y afirmó además que “ya tengo las pruebas de los días 21 y 22 de octubre”. El 21 de octubre señalado por Uribe es justo el día en que se dio la reunión entre él, Villegas y Gómez Garro. El trino aún está publicado en la cuenta del expresidente:

Sobre el asunto ha vuelto el propio Uribe. Como se sabe, en la sentencia la Corte Suprema tomó varias determinaciones, y entre estas, investigar 1) cómo se esfumaron algunas conversaciones clave del Sistema de interceptación Esperanza del búnker. 2) Establecer quién filtró la información reservada a Uribe. Tras esto el jefe del Centro Democrático ha revelado en otro trino que fue el exgobernador de Antioquia, Juan Gómez Martínez, quien le contó al expresidente de la investigación reservada.

Uribe explica que en diciembre de 2015 recibió de manos de Martínez un papel anónimo, manuscrito, que le advertía sobre las actuaciones de la justicia. Pero llama la atención que en 2015 Uribe dijo poseer “pruebas” en tanto que ahora habla de un simple “papel manuscrito, sin firma ni nombre”.

Luego de este trino de Uribe, la prensa acudió al exgobernador Juan Gómez Martínez para conocer su versión y este se limitó a decir que no recordaba "ni quién, ni como ni dónde" alguien le entregó un sobre que él puso en manos del expresidente con la información reservada. Tras la determinación de la Corte sobre poner la lupa a lo que ocurrió en el Sistema de interceptación Esperanza del búnker de la Fiscalía, en el 2015, también salió al paso el entonces director del CTI, Danny Julián Quintana. El exfuncionario dijo en su cuenta en Twitter que no le cabe responsabilidad porque el laboratorio en cuestión no era del resorte de la dirección del CTI, sino que correspondía a la Dirección Nacional de Fiscalías, en ese momento a cargo del fiscal Orlando Espitia. Este es el trino de Quintana:

Así las cosas, todo apunta a que lo ocurrido en el Sistema Esperanza será un gran capítulo dentro de los efectos que empieza a generar la providencia de más de doscientas páginas que acaba de emitir la Corte Suprema de Justicia.