JUSTICIA

La ruta del narcobanano colombiano

Con el auge en las exportaciones desde el Urabá antioqueño crece una plaga. Esta semana cayeron nueve toneladas de cocaína en España camufladas en cajas de banano colombiano; se cuentan 35 golpes contra las mafias en los últimos tres años, todos con el mismo mal.

29 de abril de 2018
| Foto: Archivo particular

A pocos metros de los incautos compradores de 15 supermercados de Berlín llegaron en mayo del 2015 cajas de banano colombiano que iban repletas de cocaína. El que la sustancia se haya repartido por las tiendas de la capital alemana dejó al descubierto una evidente falla en la red de distribución de una operación ilegal de narcotráfico. Fue además uno de los primeros campanazos de alerta por la reactivación de una modalidad de tráfico de cocaína que hoy ya completa 35 incautaciones. 

El golpe más contundente del año se dio esta semana, cuando un megacargamento de nueve toneladas de droga pasó por el radar de las autoridades colombianas, quienes lo dejaron seguir hasta su destino. La droga fue desembarcada en el puerto de Algeciras, al sur de Andalucía, en España, en una operación en la que resultaron capturados un miembro de la Guardia Civil española, tres integrantes de la empresa importadora y dos empresarios franceses que tenían cuentas con la justicia.

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Esta incautación, sin embargo, no es aislada. Hace parte de una seguidilla de operaciones que viene dando la policía colombiana con ayuda de las autoridades extranjeras, y que busca acabar con el negocio del Clan del Golfo y de sus colaboradores, que han puesto una mancha negra en las exportaciones de banano al mundo, las cuales reportan cifras que van al alza.

Los países que más demandan banano colombiano son en su orden Bélgica, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Eslovenia, Argelia, Países Bajos, Turquía y Alemania. Colombia exporta al año más de 66 millones de cajas de esta fruta.

Varios de estos destinos, sin embargo, terminaron siendo los más golpeados por las mafias colombianas e internacionales que los usan con recurrencia para desembarcar la droga. Los puertos de Anderes y Antwerp, en Bélgica; el puerto de Algeciras en España, Reino Unido, Estados Unidos, Italia y Alemania, son algunos de los más recurrentes. También se han descubierto cargamentos de narcobananos en Costa Rica, Guatemala, Holanda, Honduras, Jamaica y República Dominicana. 

Aunque en un comienzo, las incautaciones eran inferiores a los 100 kilos, de un tiempo para acá cada operación requirió un gran despliegue por cuenta de que las cantidades superan casi siempre la tonelada. Este año comenzó con varios casos importantes de cargamentos que tenían como destino Bélgica: en enero fueron incautadas 7 toneladas de cocaína en el puerto de Amberes; semanas despúes cayeron 5 toneladas en Turbo, listas para salir rumbo al mismo destino y 1,6 toneladas más fueron incautadas en el puerto de Santa Marta. Las autoridades también hallaron 2.1 toneladas enterradas en canecas de cultivos de banano en el Magdalena.

El balance del año anterior no es menos asombroso. Cerró con una incautación récord en Urabá de 12 toneladas avaluadas en 360 millones de dólares en fincas entre Chigorodó y Carepa. 

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¿De dónde sale tanta droga? Las pesquisas de las autoridades apuntan a que la droga es traída desde Tierralta (Córdoba), el Bajo Cauca antioqueño, Magdalena Medio, Catatumbo, Sur de Bolívar y Valle del Cauca. Aunque casi toda pertenece al Clan del Golfo, bandas de menor poder aprovechan los envíos para empaquetar con los grandes cargamentos. 

El trayecto que hace el estupefaciente para salir por el norte del país es hecho a través de vehículos de carga, servicio público y particulares, que lo llevan hasta los centros de acopio. Las autoridades tienen identificado que la droga que sale en cajas de bananos, lo hace desde desde el terminal portuario de Nueva Colonia, en Turbo, y desde el embarcadero de Zungo, en Carepa. 

Los resultados en Colombia de la incautación de las últimas 9 toneladas aun están por verse. Las investigaciones avanzan en la identificación de las personas involucradas, dentro de las cuales habría trabajadores de las empresas bananeras. En casi todos los modus operandi detectados los envíos no serían posibles sin su colaboración. 

En el 50 por ciento de los casos, la droga es cargada en las mismas fincas bananeras. Lo hacen a través del camuflaje en las cajas en las que se empaca la fruta. Para facilitar su transporte del producto legal, las empresas arman bloques de 48 cajas para su envío, lo cual hace de esta una oportunidad para los criminales que saben que en adelante los controles son casi nulos. Además de ser empacada en cajas, la droga también es camuflada en las contenedores que transportan los bananos. 

Otra de las modalidades consiste en interceptar los cargamentos en el traslado al puerto, para lo cual los criminales reemplazan las cajas de frutas por cajas idénticas pero llenas de droga. También aprovechan la ausencia de controles sobre el río León y sus afluentes para alterar las cargas. Aunque es la menos usada, los integrantes del Clan del Golfo han llegado hasta a meter droga directamente en los contenedores ubicados en los puertos.

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Tras el hallazgo de las nueve toneladas, Juan Camilo Restrepo, directivo gremial, aseguró a los medios de comunicación que las empresas son víctimas de unas mafias que han llevado a la estigmatización del sector bananero. El directivo gremial aseguró que las empresas bananeras no se prestan para el narcotráfico. 

Los hallazgos que se desprenden de estas investigaciones hacen parte de un expediente aun reservado. En el exterior, también se avanzan con nuevas capturas y la judicialización de los implicados, cuyas identidades no han sido confirmadas.