Nación
La sala de comunicación del riesgo volcánico abre sus puertas en el Parque Omayra Sánchez
El espacio para aprender sobre el riesgo que existe cuando hay actividad volcánica, tiene lugar en el municipio de Armero, Guayabal.
Este jueves 14 de julio del se implementa la sala de comunicación del riesgo volcánico que estará ubicada en el Parque Temático Omayra Sánchez, en el municipio de Armero Guayabal, en el departamento del Tolima.
El punto de encuentro está a tan solo una hora y media de la ciudad de Ibagué, donde se podrá visitar la sala denominada ‘Activa: memoria, futuro y vida’. Allí se presenta como un espacio abierto al público, de recorrido autónomo, en el cual sus visitantes podrán apropiarse de conocimientos alrededor de tres ejes conceptuales: 1. Conociendo mi volcán, 2. Viviendo con mi volcán y 3. Sembrando Memoria, considerando elementos museológicos y aspectos pedagógicos basados en la estrategia nacional de comunicación del riesgo volcánico “volcán, riesgo y territorio”.
La finalidad de la misma se basa en el desarrollo de la conciencia ante el riesgo volcánico, reducirlo y evitar que sucesos como el acontecido el 13 de noviembre de 1985, resultado de la erupción del volcán nevado del Ruiz, tengan las mismas repercusiones, pues en aquel momento, alrededor de 25 mil personas perdieron la vida.
Al respecto, la Dra. Judith Carvajal de Álvarez, presidenta nacional de la Cruz Roja Colombiana, afirmó que “en los últimos años la experiencia adquirida en gestión del riesgo de desastres en Colombia es muestra de un trabajo interinstitucional-comunitario, coordinado”.
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“Es por esto que queremos que personas de todas las edades visiten la exposición y aprendan de manera fácil y didáctica. Sabemos que la educación y la comunicación son el insumo primordial para la construcción de nuevas generaciones de colombianos resilientes”, agregó.
El Parque Omayra Sánchez representa para toda la comunidad un escenario de información y entretenimiento que rinde homenaje a la desaparecida ciudad de Armero y a sus víctimas, como faculta el Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes 3849 de 2015 al Gobierno nacional, a través de espacios allí contenidos, como el museo de Memoria Histórica, la Sala de Información del Servicio Geológico Colombiano y ahora la nueva Sala Activa: memoria, futuro y vida, como un aporte a la oferta turística del norte del Tolima.
El lugar abrirá sus puertas a todos los espectadores gracias a los esfuerzos técnicos y financieros de la Cruz Roja Colombiana, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y el municipio, además, será administrado por Comfenalco Tolima.
La sala Activa será reconocida como un espacio de apropiación social del conocimiento, dirigido no solo a residentes del departamento del Tolima, quienes podrán conocer más sobre las condiciones de la zona que habitan, y la memoria volcánica que alberga, sino también aprovechable para toda la región Andina, donde se evidencia alta presencia de actividad volcánica, como en los departamentos de Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Huila, Quindío, Risaralda, Caldas y Cundinamarca.
Esta es una muestra del compromiso con la gestión del riesgo de desastres, el desarrollo económico y social del país, al generar aportes en la construcción de comunidades más resilientes y mejor preparadas, pues la tragedia que envolvió al territorio colombiano aquel 13 de noviembre no se quiere repetir.
Vale recordar que en aquella ocasión, las personas estaban alertadas sobre la actividad volcánica que operaba en el volcán; sin embargo, muchos de ellos no tenían a dónde ir y por miedo a perder lo que tenían, no se fueron.
Entre tanto, el rostro de Omayra Sánchez pasó a la historia, pues era tan solo una niña de 13 años cuando en aquella tragedia su pierna quedó atrapada bajo los escombros de las casas que encontró a su paso el volcán.
Los expertos aseguraron que, en caso de cortar las piernas, ante la falta de un equipo de cirugía que suturara rápidamente las heridas abiertas, solo sería cuestión de minutos para que la niña perdiera la vida. De una u otra forma, Omayra fallecería, por lo que sus cuidadores decidieron que no serían ellos los culpables de prolongar su dolor.