LIBROS
‘La sombra del presidente’: la nueva novela de León Valencia
SEMANA reproduce un capítulo de la más reciente obra del analista y escritor León Valencia. El fragmento cuenta la conversación entre su protagonista, Gregorio Echeverri, y Roberto Uribe Correa, a comienzos del siglo XXI, para decidirse a participar por la Presidencia de Colombia.
*El libro ha sido editado por Planeta, en su colección de autores españoles e iberoamericanos, y ya agotó su primera edición.
–La verdad, Gregorio, le dijo Rojano, es que en muchas cosas tienen razón esos tipos. La guerrilla ganó la guerra en el sur del país, así de cruda es la realidad. Armenteros, que tiene tratos con los militares, ha comentado que la situación al interior del ejército es dramática. En los últimos años ha sufrido más de veinte grandes derrotas consecutivas en emboscadas, ocupación de bases militares y tomas de pueblos, incluida la capital de un departamento. No hay capacidad aérea para llegar oportunamente a las zonas de combate, ni fuerza suficiente en tierra para repeler a una guerrilla que sale de sus escondites y ataca por sorpresa, dice Armenteros, que es una persona muy aguda en sus análisis. Dice también, que, en el norte, desde Urabá hasta La Guajira, la situación por ahora es distinta, debido a las decisiones que tomaste en la gobernación y por las acciones de las fuerzas de Londoño, pero eso no durará mucho tiempo, porque la guerrilla, envalentonada con sus triunfos en el sur, está empeñada en reforzar sus fuerzas en la región Caribe para romper la contención que le pusieron en Antioquia y en varias zonas de Santander y de la costa.
Gregorio Echeverri se alarmó más de lo que ya estaba con las palabras de Rojano. Le dijo que era muy triste tener que darle alas a Londoño y a su gente, pero no había otra alternativa. En todo caso debían ser muy cuidadosos, le dijo. Puedes contarles de esta reunión y decirles, como cosa tuya, que me viste dispuesto a regresar al país en menos de seis meses y con la claridad absoluta de que es necesario arreciar las acciones y los mensajes contra las negociaciones que adelantan el gobierno y las guerrillas. Diles que si fracasan esas negociaciones hay muchas posibilidades de ganar la presidencia, de otra manera será imposible.
Ese fin de semana, Echeverri no quiso salir a dar vueltas por la campiña inglesa como lo había hecho desde cuando llegaron al Reino Unido. Tomaba un auto y se iba por entre los pueblos en compañía de sus dos hijos y Ana María. Salían el viernes en la tarde y volvían el domingo en la noche. Ese viernes, después de la conversación con Carlos Rojano, le dijo a su familia que no estaba con ánimos de ir de paseo, que se fueran ellos y se encerró a pensar, a escribir algunas notas y a hacer llamadas al país. Tenía la cabeza caliente con las noticias de Rojano. Debía pensar en su estrategia, se dijo, nada se hace sin una estrategia.