Coronavirus
¿La tercera ola es culpa de la ciudadanía? Experto critica fallas de autoridades en el manejo de la pandemia y la vacunación
Las demoras y errores en el seguimiento de contactos, rastreo de casos y la lentitud en la vacunación tienen en aprietos al país.
Antioquia, Barranquilla, Santa Marta, Bogotá, entre otras zonas del país están enfrentando la tercera ola de contagios de covid-19, y mientras algunas no han llegado al peor momento, otras ya superaron la ocupación del 90 por ciento de sus unidades de cuidado intensivo. Por eso, tanto el Gobierno nacional como los mandatarios locales han anunciado medidas restrictivas para la ciudadanía, con el objetivo de evitar mayor presión sobre el sistema de salud.
Simultáneamente, el país está por cumplir una semana sin superar las 100 mil aplicaciones diarias de dosis de vacunas, mientras que apenas 471.789 personas han recibido las dos inyecciones, del total de 2.578.601 que han recibido al menos una.
Para Luis Jorge Hernández, doctor en salud pública y epidemiólogo, las nuevas medidas anunciadas afectan la salud física y mental de la ciudadanía, mientras que la vacunación “está muy lenta” y el seguimiento de casos ha sido pobre.
“¿Por qué hablamos de un mega PRASS, si no hemos hecho el PRASS como era? Sucede que esto es prueba, rastreo, aislamiento selectivo sostenible. Aislar solo a las personas positivas y sus contactos. Como eso no lo hicieron bien las EPS, las secretarías de Salud y el Ministerio de Salud, entonces la solución es más fácil es encerrar a todas las personas”, aseguró Hernández, quien piensa que no se le debe achacar toda la responsabilidad a la ciudadanía, porque piensa que hay fallas de la respuesta institucional en el sistema de salud.
Actualmente, el seguimiento de contactos es de apenas 2 por cada caso confirmado. Para el salubrista, deberían estarse identificando de 4 a 20 contactos por caso. De hecho, según datos de SIVIGILA y con base en la última actualización del tablero de seguimiento de la estrategia PRASS, el porcentaje de casos confirmados con contactos registrados es de 42.04 por ciento.
Entre las razones para esta falla, Hernández considera que ha faltado apoyo y asesoría técnica a los departamentos y municipios, y mejor seguimiento a las EPS. De hecho, dice que las entidades territoriales actúan como si no fueran rectoras de las EPS, pensando que es el Ministerio de Salud el que debe encargarse de los asuntos, cuando no necesariamente es así.
“No hicimos lo que teníamos que hacer en PRASS, en pruebas, en vigilancia genómica, vacunación muy lenta. Ahora la solución es encerrar a todo el mundo y no va a servir tampoco, es necesario reformular lo que estamos haciendo”, aseguró.
El experto considera que no se deben tomar decisiones “de montonera”, como en el caso de Bogotá, cuando hay información específica por UPZ. “Deberíamos tener información más fina, mirar qué pasa por barrios, por distrito, pero tomamos decisiones grandes sin información”, asegura y se pregunta cuáles son las razones científicas para poner cuarentenas separadas por cuatro días en toda la capital.
Además, reconoce que si bien países de Europa también han tenido que tomar nuevas medidas ante el incremento de contagios en una tercera ola, dice que allí hay sistemas de vigilancia epidemiológica más específicos que los ayudan a tomar las medidas.
En cuanto a la vacuna, el experto ratificó que, por ahora, no sirve ni en Colombia ni en muchos otros países del mundo, porque aún no hay inmunidad de rebaño, como ocurre en Israel, en donde la velocidad en la administración de dosis ya se ve reflejada en el comportamiento del virus.
Si bien el experto ve que la inmunización avanza a cuentagotas, ve posible que la velocidad aumente y poder vacunar a 200 mil personas diarias para lograr la meta del Gobierno de tener a 35 millones de ciudadanos inmunizados para finales de 2021.
“Tenemos equipos de vacunación muy buenos”, opina, aunque percibe que hay problemas logísticos y de acceso que están volviendo más lento el proceso.
La necesidad de aumentar la velocidad se basa en que entre más rápido se proteja a la población, más se evitará que el virus siga mutando y se produzcan variantes que, quizás, esquiven las vacunas o las estrategias de protección.