JUSTICIA
La Sala Plena en la que sucumbió la terna
La Sala Plena de la Corte Suprema decidió devolver la terna formulada por Iván Duque para fiscal ‘ad hoc’ del caso Odebrecht, luego de que esta se desintegró por la renuncia de la magistrada Margarita Cabello Blanco. ¿Qué sigue?
La última reunión de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia fue la más tensa del año que termina. Los magistrados debían atender el clamor institucional de nombrar urgentemente un fiscal ad hoc para el caso Odebrecht. Pero la terna que les entregó el presidente Iván Duque, aunque tenía los nombres de dos mujeres, resultó una rosa con más espinas que pétalos.
El gobierno postuló los nombres de Margarita Cabello Blanco, actual magistrada de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia; Clara María González, secretaria jurídica de la Casa de Nariño, y Leonardo Espinosa, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda. Duque madrugó el martes para entregarles personalmente la lista a los magistrados José Luís Barceló y Álvaro Fernando García, presidente y vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia. En una reunión breve, los togados se llevaron una gran sorpresa al ver que en la fórmula estaba su colega Cabello. Desde el mismo momento todos advirtieron que la terna estaba cargada de complejidades.
La nominación de una magistrada en ejercicio y de la secretaria jurídica del gobierno nubló el panorama justo cuando este requería un sendero claro para transitarlo con prontitud. Ambas son servidoras públicas y la ley prohíbe que alguien pueda devengar honorarios de dos cargos oficiales. Así que renunciar parecía un requisito para que alguna de ellas fuera escogida. Pero Cabello salió en la radio a decir que había estudiado el tema y que no creía que ser fiscal ad hoc implicara un trabajo de tiempo completo ni remuneración. “No creo que deba renunciar a la Corte Suprema para ser fiscal ‘ad hoc’”, aseguró. González guardó silencio, mientras que Duque rechazó los cuestionamientos a su terna.
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En vísperas de la Sala Plena el mandatario aseguró que “dado que no hay ninguna reglamentación, no hay ninguna inhabilidad en los ternados para elegir fiscal ‘ad hoc’. No es cargo público, es encargo de responsabilidades, que además no tiene remuneración”. Pero, por el contrario, varios togados consideran que la misión de ser fiscal ad hoc, nada menos que para un caso como el de Odebrecht, no es un servicio ad honorem de medio tiempo.
En efecto, por ahora solo se trata de recibir tres expedientes ante los que el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y su vicefiscal, María Paulina Riveros, han manifestado impedimento. Pero a futuro ese volumen seguramente crecerá, pues el tema tiene, en lo que va, 16 líneas de investigación. La Fiscalía dijo esta semana que en uno de esos filones investigan 147 contratos relacionados con el escándalo. Los implicados allí pueden recusar a la actual cúpula del búnker, y lo lógico es que, si la corte encuentra impedimentos fundados, le traslade esos expedientes al nuevo fiscal ad hoc.
Ante la postulación de Margarita Cabello aparecían otros peros tanto o más complicados. De los integrantes de la corte, 14 magistrados llegaron por votaciones en las que ella participó, por lo que resultaba incierto si podrían ahora votar una terna en la que ella figuraba. Por otro lado, aunque Cabello renunciara para ser fiscal ad hoc, persistiría un lío, pues un magistrado no pude colgar la toga y pasar a un cargo público antes de dos años.
En la corte hay consenso en que las pautas para el fiscal ‘ad hoc’ deben ser las mismas que rigen para elegir al fiscal general.
Por todas esas razones, la magistrada decidió el jueves, al comienzo de la Sala Plena, pedir la palabra y leer su renuncia a la postulación. Cabello sabía que no tenía opción, ya que los ocho magistrados de la Sala Penal habían acordado oponerse a votar la terna por inhabilidades constitucionales. Y para ganar una elección cualquier candidato ternado requiere 16 votos de la Sala Plena. Este órgano tiene 23 togados, pero para la ocasión solo había 19, pues 2 cumplieron su periodo recientemente, el magistrado Gustavo Malo está apartado por sus líos con el cartel de la toga y, obviamente, Cabello no podría votar su propia elección. La magistrada hizo cuentas y decidió anticiparse. De hecho, había escrito su carta de renuncia dirigida a Duque desde el día anterior.
Duque tendrá que analizar si replantea toda la terna, más allá de llenar el cupo que dejó la magistrada Cabello con su renuncia
Con ese paso al costado, la corte quedó ante el dilema de si la terna con solo dos nombres estaba desintegrada y debía devolverla al gobierno para que la reconfigurara, o si era viable elegir entre la opción de González y Espinosa.
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Tampoco ante estas dos cartas la decisión resultaba sencilla. Por un lado, algunos magistrados consideraban inaudita la posibilidad de que la corte eligiera para fiscal ad hoc del caso Odebrecht a la mano derecha de Iván Duque. La razón es que él aparece en el escándalo por un viaje a Brasil con el candidato Óscar Iván Zuluaga para reunirse con el publicista Duda Mendonça, de quien luego se supo era fletado por la multinacional. Sobre Leonardo Espinosa –decano de la facultad de Iván Duque– trascendió que tenía una relación estrecha con el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, en el ámbito académico. También los magistrados veían con reserva que fuera experto en derecho privado y ajeno por entero al litigio penal.
Cuando la Sala Plena decidió ocuparse de la discusión clave, la magistrada Cabello abandonó el recinto. Y tras varias horas los magistrados decidieron, por unanimidad, concluir que materialmente no había terna y que, en consecuencia, el gobierno debía replantearla. Tomada la decisión, el magistrado Barceló se desplazó a la Casa de Nariño para entregar personalmente la información a Duque. El ánimo de la corte es evitar un choque institucional.
El magistrado José Luis Barceló, en reciprocidad por la gentileza de Duque, fue personalmente a la Casa de Nariño a devolverle la terna que deberá replantear.
Los argumentos llevaron a los magistrados a un consenso según el cual, aunque la figura del fiscal ad hoc es exótica y carece de reglamentación, se trata de de conseguir un fiscal que reemplace a Néstor Humberto Martínez en los casos de Odebrecht en que este ha manifestado impedimento. Bajo esa lógica, la corte considera que ante el vacío legal para la elección del fiscal ad hoc, hay que aplicar los criterios legales para elegir fiscal general. Así las cosas, el alto tribunal proyecta designar a un funcionario de dedicación exclusiva, con salario y que cumpla los mismos requisitos para ser fiscal general.
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Bajo esas pautas, el gobierno tendría que reformular su terna. Las consideraciones llevan a pensar que Duque, además de buscar un reemplazo para el cupo de Cabello, tendría que consultarles a su secretaría jurídica y al decano Espinosa si estarían dispuestos a renunciar a sus cargos. Y de las respectivas respuestas dependería la permanencia de estos nombres en una nueva terna.
De otra parte, parece haber quedado claro que no habrá fiscal ad hoc este año. La Sala Plena en la que sucumbió la terna propuesta fue la última del calendario ordinario, y ningún magistrado habló de la posibilidad de convocar a una sala extraordinaria en la semana y media que queda antes de que comience la vacancia judicial. La estrechez del tiempo no es un asunto menor. Los procesos están congelados y ya un juez de Paloquemao que esperaba esta semana escuchar a los directivos de Odebrecht dio un ultimátum. El panorama no parece propicio para destrabar el asunto, y, como dicen los penalistas, el tiempo que pasa es la verdad que huye.