Costa Caribe
La tragedia de La Mojana: miles de personas afectadas y millonarias pérdidas por la negligencia del Gobierno. La plata no aparece
Esta región del país está bajo el agua a pesar de que era una emergencia anunciada. El Gobierno señala que la responsabilidad es del contratista. En todo caso, los pobladores lo volvieron a perder todo.
La tragedia de La Mojana con el rompimiento del dique en Caregato desnudó, una vez más, el desastre de la planificación del Gobierno nacional, según denuncian los habitantes de la zona, que hoy presentan cifras desalentadoras: 35.000 hectáreas de cultivo perdidas, 400 familias damnificadas y un subregistro de aproximadamente 50.000 reses afectadas.
El río Cauca sobrepasó los costales, ubicados como una medida improvisada e ineficiente para semejante tragedia anunciada. Todos sabían lo que ocurriría en mayo; por eso, presionaron al contratista y la comunidad le suplicó al Gobierno, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que los escuchara, pero nadie atendió los ruegos hasta que el agua rompió el dique hace una semana y se llevó todo a su paso.
¿De quién es la culpa? Enrique Martínez Alemán, un líder social y presidente de la Asociación Ganadera de La Mojana, indicó que hay un dinero perdido y que no saben qué es lo que pasa. Lo único cierto para ellos es que el agua está acabando con lo que en poco tiempo consiguieron tras las inundaciones pasadas y lo que catalogan como un descuido del Gobierno actual.
“Todo el proceso comenzó con la adjudicación de un contrato por parte de la UNGRD, a cargo de Olmedo López, a un contratista que comenzó los trabajos entre diciembre de 2023 y enero de 2024, cuando comienza el verano. Nosotros estábamos entusiasmados porque ya le habían encomendado a este contratista tapar el dique Caregato con trabajos, y a nosotros no nos interesaba nada de costos, sino que nos taparan el dique”, detalló.
El ganadero aseguró que pasaban las semanas y los trabajos disminuyeron, por lo que se prendieron las alertas de las comunidades y los gremios, quienes comenzaron a preocuparse, pues ya llegaba la temporada de lluvias y las obras estaban detenidas. En ese momento, ya había, según las comunidades, filtraciones de agua.
“El propio contratista sacó un mensaje en el que aseguró que se estaba quedando sin plata para tapar Caregato. De inmediato, los gremios y toda la comunidad nos exaltamos y le preguntamos: cómo así que no hay dinero para tapar el dique, si ya en el mes de mayo venían las lluvias, el río Cauca sube su nivel y si no se refuerzan los trabajos se daña todo lo que hicieron. Él nos respondió que estaba esperando el dinero del anticipo”, explicó.
Descubren anticipo
Martínez Alemán precisó que ante este panorama se reunieron con Carlos Carrillo, director de la UNGRD, quien les mostró un documento en el que al contratista le habían entregado un anticipo de 25.000 millones de pesos. Luego de este encuentro, las comunidades se angustiaron, pues aseguraron que esa cifra era muy elevada y ya deberían haber cerrado el jarillón, que hoy los está inundando.
“A partir de que el doctor Carrillo nos mostró el documento, el contratista se quedó callado y no nos ha dado la cara desde entonces. Nosotros comenzamos a analizar la cosa y nos dimos cuenta de que con todo ese dinero pudimos tapar diez Caregato y nos sobraba. Es increíble que con todo ese dinero no hayan podido taparlo. El proyecto lo aprobaron por 130.000 millones de pesos”, indicó.
Por su parte, Carrillo señaló que dicho contrato polémico fue firmado por el anterior director. “Ese contrato lo firmó el señor Olmedo López, y lo firmó en contravía de la doctrina que ha venido construyendo el señor presidente sobre el ordenamiento territorial alrededor del agua desde que era alcalde de Bogotá”.
Mientras se determinan responsabilidades y la Contraloría anuncia el embargo a funcionarios de la UNGRD por posibles irregularidades en el tratamiento de la emergencia, miles de personas en cuatro departamentos viven bajo la zozobra. En algunos casos, abandonaron sus hogares, desplazados por la furia de la naturaleza y la inclemencia de quienes juraron protegerlos, pero los arrastraron a un escenario de desolación.