Nación
La trampa mortal en el tapón del Darién sobre la cual hizo un llamado la Defensoría. ¿Qué pasa allí?
Alerta binacional. Grupos armados se suman al peligro natural en la inhóspita selva. Los defensores del pueblo de Colombia y Panamá hicieron seguimiento a la situación migratoria en la zona Urabá-Darién. Pusieron en evidencia graves vulneraciones de los derechos humanos.
Es la selva agreste del Darién la que tienen frente a sí los migrantes que salen en estampida hacia el norte, por la frontera entre Colombia y Panamá. El tema motivó un encuentro este sábado entre el defensor del pueblo, de nuestro país, Carlos Camargo, y su homólogo de Panamá, Eduardo Leblanc.
La situación que se registra en esa frontera es preocupante. Se trata de un incremento desmesurado de migrantes que intentan cruzar el peligroso paso, que fue catalogado por los defensores como ‘la trampa mortal del Darién’.
Lo más delicado es la vulneración de derechos humanos que se registran en ese paso hacia otra vida o hacia la muerte. Las condiciones de la selva son difíciles en circunstancias normales, pero son aún peor cuando los transeúntes que intentan cruzar la densa espesura vegetal, que tiene más de 575.00 hectáreas, llevan hambre, ropa inadecuada, niños en los brazos o en los hombros.
Por el camino no hay carreteras ni forma de orientarse. Solo hay que echar hacia adelante, para intentar llegar de allá para acá o de aquí para allá. Ese es el drama de los migrantes en ese lugar, por el que ya han cruzado 134.000 personas rumbo a Panamá, según la Defensoría del Pueblo.
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No es nada distinto a ‘correr o morir’, pero se arriesgan. Unos lo logran, otros se quedan en el camino, el cual está más riesgoso con la temporada de lluvias. Pero lo más complejo de resolver es el encuentro con los grupos armados.
Generalmente, los migrantes mueren arrastrados por la creciente de ríos. Otros tienen accidentes. No falta el que es atacado por una enfermedad infecciosa de los pantanos, como la que relataron en junio varios médicos que atienden en Panamá gente que llega por el tapón del Darién: dermatitis cercarial, causada por un parásito que se mete en la piel y muere en ella al no poder avanzar, pero deja secuelas terribles.
Víctimas de grupos armados
Todas esas razones confirman lo que hoy ocupó la atención de los Defensores de Colombia y Panamá, que además advirtieron los graves peligros que deben enfrentar los migrantes, no solo por las difíciles condiciones y los peligros de la selva, sino por las acciones de los grupos armados y organizaciones criminales a los dos lados de la frontera.
Los defensores trataron así los casos de personas desaparecidas o muertas en ese recorrido, fue el lamentable homicidio de una niña de seis años.
Alerta binacional
Las dos defensorías se comprometieron a trabajar en la construcción de una alerta temprana binacional, con el fin de que la institucionalidad de los estados pueda articular acciones para reducir los riesgos de la población en tránsito.
“Ha pasado un año desde cuando alertamos sobre la situación humanitaria en el Darién por el paso masivo de ciudadanos haitianos. Hoy estamos asistiendo a una crisis humanitaria de dimensiones más graves, en su mayoría de migrantes venezolanos, quienes viajan en condiciones de precariedad económica y de mayor vulnerabilidad”, destacó el defensor del Pueblo de Colombia.
La cifra de los 134.000 migrantes que han cruzado por el tapón de Darién con rumbo hacia Panamá no es algo que pueda pasar desapercibido. Se trata un número superior al registrado en todo 2021.
Peor aún, para los últimos meses del año se prevé un incremento en el número de migrantes en tránsito hacia el norte del continente.
“Aprovechando la reactivación de las relaciones con el hermano país de Venezuela, desde la Defensoría del Pueblo consideramos que esta crisis migratoria por el Urabá-Darién debe ser un tema prioritario en la agenda humanitaria, dado que el 69 % de los migrantes que hoy están pasando por el Darién son venezolanos, y el 15 % son menores de edad”, agregó Carlos Camargo.
Llamado a autoridades
El defensor hizo un llamado a las autoridades gubernamentales para que se reactiven los “protocolos de atención que el año pasado permitieron establecer estándares de migración segura, legal, ordenada y en condiciones de dignidad”.