La mamá de Sara Sofía relató que el 27 de enero la niña no se despertaba y estaba morada. Aseguró que ahí se asustó, metió el cuerpo en un costal y lo llevó al parque.
La mamá de Sara Sofía relató que el 27 de enero la niña no se despertaba y estaba morada. Aseguró que ahí se asustó, metió el cuerpo en un costal y lo llevó al parque.

Barbarie

Exclusivo: “La tuve como tres días en un costal y la tiré al río”: la escalofriante declaración de la mamá de Sara Sofía

SEMANA revela el estremecedor testimonio que Carolina Galván les entregó a un investigador de la Fiscalía sobre la desaparición de su hija, Sara Sofía. La mujer ha cambiado varias veces de versión y, aunque la esperanza se desvanece, crecen los esfuerzos por encontrar viva a la niña.

27 de marzo de 2021

El paradero de Sara Sofía es en este momento el misterio que más conmueve al país. La respuesta quizás solo la tendría su madre, Carolina Galván. La mujer, de 21 años, detenida el pasado 18 de marzo, permanece en silencio desde entonces. Las autoridades han intentado, con el apoyo de psicólogos, sacarle esa verdad que atormenta hoy a miles de colombianos. En la cárcel, la han agredido para que cuente lo que pasó. Sin embargo, hasta ahora solo se sabían relatos fragmentados y contradictorios de lo que ella les ha dicho a otros.

SEMANA conoció el expediente completo del caso de la pequeña Sara Sofía. Su madre le entregó el testimonio a un técnico de la Fiscalía el pasado 25 de febrero cuando apenas comenzaba la investigación. Su frialdad estremece.

El investigador relata que ese día llegó al barrio María Paz indagando sobre lo que pasó con la niña. Su tía Xiomara había puesto la denuncia en la Fiscalía. Ella junto con una trabajadora sexual y una vendedora ambulante acompañaron al funcionario a buscarla en las calles. Finalmente, Carolina estaba en el parque del barrio. El funcionario la increpó y le preguntó por Sara Sofía: “Está muerta”, contestó sin titubear.

El relato de esa conversación quedó consignado literalmente en el expediente de búsqueda de la pequeña. “Me parece que fue un 27 (miércoles) de enero de 2021”, comenzó Carolina. “Yo estaba con la niña. Como a las dos de la tarde le di el almuerzo: lentejas. Después se quedó dormida”, agregó.

Carolina contó que “esa semana no estaba ejerciendo la prostitución, porque me sentía cansada y ya no desea (sic) realizar esta actividad”. Agregó que como a “las siete de la noche vi que no se despertaba. La moví varias veces y ya no se despertó. Y vi que estaba morada y me asusté. La eché en un costal y la llevé para el parque. La tuve como tres días y la tiré al río o caño”.

Todos quedaron pasmados. Carolina continuó explicando por qué había decidido lanzarla allí. “El agua mantiene sucia después de que cruza la 86. Me fui para la 38, donde yo trabajo como prostituta”. La mujer agregó que “como a los ocho días después, estuve detenida en el CAI de Kennedy, queda cerca de la estación de bomberos, porque mi hermana y cuñado que es policía me entregaron a la policía y allá me preguntaron por la niña. Yo les dije que había tirado la niña al caño”. La mujer le explicó al investigador que estaba libre, pues en ese momento “no tenía orden de captura y no habían encontrado el cuerpo (de la bebé) todavía”.

Caso Sara Sofia Galvan Tia Xiomara
Xiomara Galvan Cuesta tia de la menor Sara Sofia Galvan Bogota marzo 17 del 2021 Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Sorprende que una madre pueda hablar así de su hija, y más de una niña como Sara Sofía que solo irradia cariño y ternura. Así se puede ver en el video publicado el último jueves, en el que se observa a la pequeña sonriendo, lanzándole besos a la cámara y moviéndose de manera juguetona. No es para menos, una niña de 2 años vería esa cámara con curiosidad, quizá tratando de averiguar qué es lo que hacía.

El desdén que sentía Carolina por su hija es quizás otro de los elementos más conmovedores de todos los relatos del expediente de la búsqueda de Sara Sofía. Xiomara, por ejemplo, compartió algunos de esos momentos que la llevaron a cuidar a su sobrina. “Carolina era muy desprendida. Ella podía ver la niña ahí sentada y pasaba por encima”, asegura.

Era tan notoria esa falta de cariño que incluso en el colegio lo habían advertido. “Recuerdo que una vez llegó un psicólogo del Jardín Villa Rica con la profesora a hacerle seguimiento, y la niña era de meses, y la niña estaba en las escaleras ya para caerse, y Carolina le pasó por encima a la niña como si nada”; pero, más que un silencio, el psicólogo “le llamó la atención, le dijo, cómo así, Carolina, es tu hija, si ella se te cae o se le rompe un brazo…”. Agregó que “en la casa mi suegra y yo éramos las que estábamos atentas de la niña. Muchas veces la niña estaba quemada y a ella no le importaba, la niña lloraba porque estaba quemada...”.

La vida de Sara Sofía por eso había transcurrido llena de amor en la casa de su tía, en donde era “la niña que yo nunca tuve y que nunca iba a tener…”, como relató Xiomara entre lágrimas a SEMANA. “Sara Sofía era una niña muy linda, ella se daba a querer de todo mundo”, agregó su tía, y relató que la niña era consentida, pues era la única sobrina entre el grupo de hermanos. Contó que su hijo menor pregunta incansablemente por ella y custodia sus juguetes evitando que cualquiera los tome.

El expediente presenta una versión fría de Carolina, una mujer que muchos colombianos llevan atravesada en el alma. ¿Qué hizo con Sara Sofía? ¿Es verdad que murió en sus brazos como le dijo al investigador del CTI? ¿O es cierto que se la vendió a una señora que pasó un día en un carro rojo, como relató Nilson, el hombre con el que vivía? ¿Podría ser ella misma víctima de trata de personas?

Las preguntas suenan en millones de colombianos que siguen el caso con tristeza. La búsqueda de las autoridades cada vez es más intensa, pero paradójicamente las esperanzas de encontrarla se desvanecen. Carolina ha sostenido más veces que la niña no está viva. “La versión que a mí me dio personalmente, el 19 de febrero, que fue la última vez que hablé con ella, me dijo que la perdonara, que la niña se le había muerto y que ella la había tirado a ese caño, que ella quería demostrarme a mí que ella podía salir adelante con la niña”, recordó su hermana ante las autoridades.

Aunque la hipótesis de la muerte tiene fuerza y, por eso, un equipo élite de la Policía y la Fiscalía busca su cuerpo con perros rastreadores en las inmediaciones del río y en la profundidad de sus aguas, no se descartan las demás tesis. Una de estas es que la pequeña fue vendida a una red de tráfico de personas y, posiblemente, puede estar lejos del país. Por eso, Policía, Fiscalía e investigadores han tratado de anticiparse con la alerta a los puestos migratorios e, incluso, con la alerta amarilla de Interpol para aprovechar las conexiones internacionales y saber si Sara Sofía se encuentra en otro lugar del mundo.

Las numerosas fotos y algunos de los videos de la pequeña cada vez son compartidos por más colombianos. En medio de su búsqueda, se conocen nuevos testimonios que podrían dar indicios de que los últimos días antes de la desaparición de Sara Sofía pudieron ser un calvario para la pequeña. Algunos vecinos contaron que la niña dormía en la calle y hasta le arrimaron cajas para que se resguardara del frío. También se conocieron los testimonios de los otros niños que vivían con la pareja: dijeron que, a pesar de ser una bebé, Carolina la reprimía duramente y le pegaba hasta con una correa mojada.

Hay tanta maldad y tanta falta de amor en la historia de Sara Sofía que la misma fiscal encargada no pudo contener las lágrimas al presentar el caso. “Tenemos el corazón arrugado”, dijo la funcionaria en la audiencia. La jurista aseguró que durante sus numerosos años de experiencia nunca antes había tenido un caso en el que una madre le generara un sentimiento similar. “Siento pena de género, ni siquiera un animal hace eso con su hijo. Los animales pelean por sus cachorros y luchan por ellos. (A Carolina y Nilson) no se les ve un sentimiento mínimo de arrepentimiento, de dolor por saber qué pasó con la bebé, que no estaba pidiendo venir al mundo”.

*Las fotos publicadas de Sara fueron autorizadas por su tía y tutora, Xiomara Galván Cuesta. SEMANA las publica a fin de colaborar en la búsqueda de la niña.