POLÍTICA
La U: el partido que fue de Uribe, luego de Santos y hoy se desmorona
La colectividad política podría comenzar a desmoronarse. Esta es la historia de cómo el partido más votado del país y que acompañó a dos presidentes terminó incomodándoles a ambos.
La salida de Armando Benedetti y Roy Barreras es un golpe al corazón y al futuro del Partido de la U. Esa colectividad, presente en la vida política del país desde el año 2005, podría desmoronarse frente a la retirada de dos de sus alfiles. “La U es el Titanic”, dijo Armando Benedetti en entrevista con SEMANA. La historia de cómo el partido político que llegó a ser el más votado del país comienza a desmoronarse no se podría contar sin sus dos mayores protagonistas: los expresidentes Santos y Uribe.
Ante la pregunta de por qué se destruyó La U, Benedetti contó la historia de ese partido que nació de la unión de Santos y de Uribe, pero que luego terminó incomodando a ambos. “Fue bonito y atractivo cuando estaban ambos, pero luego los dos que lo crearon lo dejaron solo y sentían cierta animadversión hacia él”, agregó. Para él, la dirección del partido está atomizada, nadie manda y esa es la fórmula clara para “el desastre”. Describió a esa colectividad política como un partido que siempre estuvo en “gestación” y nunca maduró y luego lo calificó como el Titanic.
La U fue realmente una disidencia del Partido Liberal que en el año 2005 chocó contra el trapo rojo y se dividió para salir a apoyar a Álvaro Uribe. Eran tiempos en los cuales los dos líderes militaban en el mismo lado. Juan Manuel Santos fue uno de los primeros en montarse en esa nueva apuesta política que un año después apoyó la reelección del presidente Uribe.
En esos años, La U logró consolidarse como una importante fuerza política. En las elecciones del año 2006, se podría decir que el partido prácticamente arrasó. Fue la primera fuerza en la jornada legislativa y con 1,591,775 votos se alzó con 20 senadores y 29 representantes a la Cámara. Ese día, su coordinador nacional, Juan Manuel Santos, en compañía de Óscar Iván Zuluaga, cantaba victoria de una forma muy particular: “Presidente Uribe, aquí está su partido”.
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Durante ese periodo, aunque su nombre se debe a ser el partido de la Unidad Nacional, la verdad es que La U fue el partido de Uribe. Fue la fuerza política que lo acompañó en sus principales triunfos y también en sus derrotas.
El partido apoyó al candidato del saliente presidente en el año 2010, Juan Manuel Santos. Y como el primer mandatario, una vez elegido, se apartó de Uribe, esa colectividad también. Santos se convirtió en el líder de esa colectividad y esa fuerza política lo acompañó también a él en las duras y las maduras de su gobierno.
La misma historia de La U es controvertida. Como presidente, Santos publicó un libro que se llamaba La verdadera historia del Partido de la U, en el cual insinuó que la creación del nuevo partido político no tuvo el respaldo del entonces presidente Uribe. “En el mismo Palacio de Nariño no habían estado particularmente entusiastas con la creación del partido”. Una afirmación que contrasta con los numerosos artículos periodísticos que afirmaban lo contrario y que despertó polémica en su momento.
Durante el Gobierno Santos, el partido también arrasó en votación, en especial por uno de los fenómenos más polémicos de la política en los últimos años: la ñoñomanía. Su epicentro era Sahagún, un pueblo cordobés de 80.000 habitantes con la doble fama de ser el municipio que más congresistas ha producido en la historia republicana del país, y el que registra menor abstención. Sin hacer ningún pinito, el Ñoño Elías llegó a la Cámara de Representantes con 40.000 votos, al siguiente periodo escaló al Senado incrementando su bolsa a 74.000 votos, y en las elecciones de 2014 confirmó su vertiginoso ascenso doblando su fortín a 140.000 sufragios. Musa Besaile, otro congresista cordobés, vivió un ascenso similar.
Como bien lo recordó un análisis de esta revista hace unos años: “La U que por Uribe se creó, por Uribe se fracturó”, para este periodo del Congreso que inició en 2018, la división interna empezaba a ser evidente: 16 congresistas se declararon como independientes y sugirieron en ese entonces liquidar el partido. Para muchos estar con el Gobierno que llegaba al poder, es decir el uribismo, no era consecuente sabiendo la oposición que hizo el Centro Democrático durante los dos mandatos de Santos. Sin embargo, 25 votaron por apoyar a Duque.
Precisamente esta razón fue la que impulsó la renuncia de Barreras y posteriormente la de Benedetti. Ambos senadores, a pesar de que no estaban de acuerdo en todo entre sí, no le perdonaban a la colectividad en estos dos años ese apoyo al Gobierno cada vez era más evidente.
Para ese entonces, estos 16 congresistas también hablaban de la escisión. Hasta ahora los únicos que han anunciado su salida del movimiento oficialmente son Barreras y Benedetti, pero no se descarta que varios de esos que traían disgustos desde ese entonces puedan seguir los pasos de estos dos pesos de la colectividad.
Benedetti en ese entonces hacía las mismas críticas por las que hoy se separa de la colectividad. Mencionaba que el uribismo, que criticó la mermelada, era la razón por la que estos congresistas apoyaban a Duque.
“El gobierno de Iván Duque lleva casi un mes diciendo que está haciendo historia porque no ha dado mermelada, pero hoy en la Casa la Sociedad Económica, con más de 15 congresistas, se acabó el cuento de hadas cuando crearon expectativas de futura mermelada y mantuvieron la que hay” decía Benedetti hace dos años.
El gobierno de @IvanDuque lleva casi un mes diciendo que está haciendo historia porque no ha dado mermelada, pero hoy en la Casa la Sociedad Económica, con más de 15 congresistas,se acabó el cuento de hadas cuando crearon expectativas de futura mermelada y mantuvieron la que hay
— Armando Benedetti (@AABenedetti) September 5, 2018
Además de Roy y Benedetti, otros congresistas que no se sienten cómodos con la cercanía que tiene el partido con el Gobierno son los senadores Roosevelt Rodríguez, José Ritter López, Germán Hoyos y Juan Felipe Lemos y los representantes Norma Hurtado, Jorge Tamayo, Wilmer Carrillo, Élber Díaz, John Jairo Cárdenas y John Jairo Hoyos.
Mientras que por el lado de los que apoyan a Duque estarían: José David Name, Eduardo Pulgar, Andrés García Zuccardi, Jhon Moisés Besaile (hermano de Musa Besaile), Miguel Amín, José Alfredo Gnecco, Berner Zambrano y Maritza Martínez, apoyados por unos 15 congresistas.
Esta bancada, al igual que otras que poco a poco se fueron acercando al Gobierno Duque han sido fundamentales para que el presidente tenga hoy las mayorías en el Congreso. En la primera legislatura fueron pocos los proyectos del Gobierno que pudieron avanzar, pero poco a poco Duque entendió las dinámicas del poder y fue acercando a esta bancada y a otras como Cambio Radical, el Partido Liberal, entre otras.
El final de La U parece inevitable, el mismo Benedetti se lo dijo a Vicky en Semana TV. Por un lado, uno de sus fundadores, el expresidente Uribe, ya creó otro partido y es su caballito de batalla, el Centro Democrático; por el otro, Santos dijo que no volverá a la política y desde su salida de la Casa de Nariño la colectividad quedó a la deriva.