Política
La U: ¿Sobrevivirá a las elecciones del 2022?
Hace diez años era el partido con mayor número de curules en el Congreso, pero hoy muchos auguran su defunción en las próximas elecciones. La jefe de la colectividad dice que darán la sorpresa.
Domingo 12 de marzo de 2006. El Partido Social de Unidad Nacional –la U–, con 1,6 millones de votos, se coronaba campeón en las primeras elecciones que participaba, nueve meses después de haber sido fundado. veinte senadores y 29 representantes (17,30 por ciento del Congreso). Por primera vez, un partido distinto a los tradicionales se convertía en la fuerza mayoritaria del país. Ese día, su coordinador nacional, Juan Manuel Santos, en compañía de Óscar Iván Zuluaga, cantaba victoria: “Presidente Uribe, aquí está su partido”.
Quince años después, el que hasta hace poco era el mandamás del Capitolio, enfrenta las elecciones más determinantes de su historia. Muchos vaticinan que el 13 de marzo de 2022 se firmará el acta de defunción del partido. La U es uno de los tres partidos políticos en contienda que cuenta –en teoría– con un expresidente de la República entre sus filas. Pero Santos, uno de sus fundadores, hace tiempo que saltó del barco, y los dirigentes de su propio partido prefieren desmarcarse de su imagen para pelear por una curul.
Los históricos bandazos del partido, capaz de pasar del uribismo al santismo, y luego formar coalición con el Centro Democrático y el Partido Conservador en torno al presidente Iván Duque, son muestra de su fragilidad ideológica. Incluso, figuras mediáticas dieron un paso al costado, como los casos de Roy Barreras y Armando Benedetti, quienes desertaron hacia las filas del petrismo.
Tras su estreno en elecciones legislativas, en el año de la reelección de Álvaro Uribe, La U batió todos los récords al coronarse campeón, de nuevo, en 2010. Eligieron presidente, también se adueñaron del 26,37 por ciento del Capitolio: 28 senadores y 48 representantes. Eran la fuerza decisiva. Cuatro años más tarde volvieron a quedar primeros, pero su influencia se redujo (18,64 por ciento) a 21 senadores y 37 representantes. En el año de la reelección de Santos. Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile, detenidos por el caso Odebrecht y el cartel de la toga, respectivamente, fueron sus máximos electores.
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Hoy, La U es el quinto partido en representación, y las 14 curules en Senado y 25 en Cámara parecen imposibles de mantener. Lejos están los días de gloria, cuyos principales triunfos coincidieron cuando los ciudadanos asociaban la inicial del partido a la del apellido del presidente por el cual se creó. De la cima a la sima La Asamblea General del Partido de la U del 5 de junio de 2015, podría ser considerada como la fecha de su declive. Santos presentó el libro La verdadera historia del Partido de La U, donde relató cómo se organizaron decenas de dirigentes expulsados del Partido Liberal por haber votado la reelección presidencial.
A diferencia de todo lo que se escribió en su momento, Santos aseguró que La U no se hizo a la medida del presidente Uribe. “Uribe no estuvo de acuerdo con su creación”, dijo en el décimo aniversario del partido. El entonces representante a la Cámara Ricardo Arias le propuso a Santos conformar un partido que reuniera a todas las tendencias de origen liberal que respaldaban el gobierno.—¿Y por qué usted no le presenta esa propuesta al presidente Uribe? – preguntó Santos.—No lo hago porque al presidente Uribe no le gustan ni le interesan partidos únicos a su alrededor. Él prefiere entenderse con muchos movimientos – respondió Arias.
En ese libro, Santos insinúa que la creación del nuevo partido político no tuvo el respaldo de Uribe. “En el mismo Palacio de Nariño no habían estado particularmente entusiastas con su creación”. Afirmación que contrasta con numerosos artículos periodísticos de la época.
El diario El Tiempo, en su edición del 8 de mayo de 2005, tituló: ‘Uribe le apuesta a su partido’, tras las reuniones que sostuvo Juan Manuel Santos, Óscar Iván Zuluaga y un grupo de congresistas, entre los que estaban Luis Guillermo Vélez y Aurelio Iragorri, ambos fallecidos. “El propósito era claro: pedirle a Uribe que apadrinara la creación de un partido político que se encargue de prolongar en el tiempo su obra de gobierno, inclusive como una especie de seguro ante una eventual caída de la reelección”, se lee en el artículo, que además reseñó que la conclusión del encuentro fue “pegarle un empujón a la creación del partido uribista”.
También se acordó, como en efecto sucedió, que Santos sería el encargado de conformarlo, por la sencilla razón de que un presidente en ejercicio, como el caso de Uribe, no puede participar en política. El 30 de septiembre de 2005 se fundó La U.
El Tiempo registró el hecho en un artículo titulado ‘Nació el hijo político de Uribe’. Santos escribió en 2015 que el nombre del partido, Partido Social de la Unidad Nacional, fue obra del exsenador Luis Guillermo Vélez. Y aunque la opinión pública asoció la abreviatura La U al presidente Uribe, Santos dice que eso no fue más que una estrategia de marketing político.
“El sentido de la vocal era doble: por un lado, representaba la Unidad Nacional que queríamos convocar y, por otra parte –subliminalmente, como la misma gente rápidamente lo identificó–, simboliza el respaldo del partido a la obra de gobierno del presidente Uribe, quien por entonces se preparaba para postularse para un segundo mandato”.
Aunque La U fue el partido de la segunda reelección de Uribe, y en el Congreso impulsó la segunda reelección presidencial, Santos aclaró que él fue el primer presidente de la República elegido por el partido. “El de La U no es de Juan Manuel Santos ni de los otros fundadores o sus actuales dirigentes (…) Yo no creo en los partidos hechos a la medida, que se acortan o se alargan, se colorean o se destiñen al ritmo de las necesidades del caudillo o mandamás de turno”, escribió, en una clara pulla contra Uribe, quien en ese entonces era el principal opositor de su gobierno.
Y es que en 2010, cuando Santos fue el candidato presidencial de Uribe, a quien la Corte le había tumbado el referendo para la segunda reelección, La U obtuvo el mayor número de curules de su historia. Incluso, por encima del tsunami que supuso la parapolítica, pues cinco de sus congresistas terminaron detenidos, y más de una veintena investigados.
Una de ellas fue Dilian Francisca Toro, primera mujer en la historia que le impuso la banda presidencial a un mandatario, precisamente a Uribe cuando asumió su segundo mandato, quienes protagonizaron una de las anécdotas más recordadas en una posesión, cuando la entonces presidenta del Senado impuso la banda al revés, como muchas banderas todavía se ven colgadas en balcones y ventanas.
Dilian Francisca Toro, tras salir absuelta de una larga investigación, volvió al redil que la hizo célebre, y ahora es quien lleva las riendas de ese caballo que se ajustó a la medida de Uribe, y sobre el que cabalgó Juan Manuel Santos. ‘La U’ podría ser la ‘V’, pero no de la victoria, sino del Valle del Cauca, pues la maquinaria de la exgobernadora prácticamente es la que hoy sostiene el aviso.
En diálogo con SEMANA, Dilian Francisca asegura que el próximo año La U va a dar la sorpresa. “La gente habla con ganas y estas son que el partido se acabe, pero se van a quedar con las ganas”, dice, a la vez que anticipa que el próximo 13 de octubre el partido presentará su nueva imagen, en la que La U pasará a llamarse partido de la Unión por la gente. Tras casi un siglo de hegemonía liberal y conservadora, que según Jorge Eliécer Gaitán eran “la misma perra con distinta guasca”, la Constitución del 91 abrió la puerta a la creación de nuevos partidos políticos. Salieron por decenas. Pero ninguno con la historia de La U, un ascenso meteórico y un aterrizaje estrepitoso en menos de dos décadas.