“La última opción es talar”

SEMANA: ¿Por qué son importantes los árboles?

Francisco Cruz: Tienen grandes beneficios. Disipan la contaminación del aire. Un solo árbol puede convertir 150 de kilogramos de CO2  en oxígeno al año. Los árboles además amortiguan los ruidos, disipan la luz solar, los malos olores, regulan el clima, la temperatura y los vientos. Ayudan a proteger los cuerpos de agua, tienen un valor cultural, recreativo, además hacen parte del paisaje urbano, valorizan los terrenos y hace poco salió un estudio que habla de la importancia de estos para la salud física y mental del ser humano.

SEMANA: ¿Por qué se están tumbando los árboles de la ciudad?

F.C.: Esa no es una decisión infundada. Hacemos un estudio técnico en el que evaluamos 46 componentes y establecemos cuáles tienen riesgo de volcamiento. Entre las causas están que son inestables, que tienen gomosis (enfermedad en el tejido), ya están secos o muertos, tienen un mal estado fitosanitario (podredumbre), afectan y obstruyen redes eléctricas o de alcantarillado, o porque se van a hacer obras de infraestructura para beneficiar a la sociedad.

SEMANA: ¿Qué consecuencias podría traer no talar un árbol que está en riesgo de caerse?

F.C.: En lo que va de corrido del año se han volcado 380 árboles y hemos atendido 507 llamadas de emergencias. En años 2017 se cayeron 190 y 431 en 2016. Este año, solo el 8 de agosto por las lluvias se cayeron 35 árboles, y tuvimos un caso muy preocupante, un árbol cayó sobre un vehículo escolar. Por fortuna no había nadie en el carro, pero esto pudo terminar en una tragedia.

SEMANA: ¿Cuántos árboles han talado durante esta administración y cómo los compensan?

F.C.: En este gobierno hemos talado 10.718 y plantado 86.361 árboles por toda la ciudad. La relación es de 8 por cada árbol cortado. Además, 313.984 árboles han recibido mantenimiento y 51.072 han obtenido manejo integral de plagas y enfermedades. La última opción es talar.

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SEMANA: Ecólogos como Juan Caicedo o la abogada Stella Achica han criticado que se siembren en compensación especies como liquidámbar y roble porque estos pueden afectar la biodiversidad, a las aves migratorias y pueden también afectar el asfalto o cuando crezcan dañar las redes eléctricas…

Laura Mantilla (L.M.): Hemos dialogado muchas veces con ellos y tomamos en cuenta sus comentarios. Pero debemos conciliar visiones de ciudad porque el arbolado urbano no puede pensarse exlcusivamente desde la perspectiva ecológica. Debemos tomar en cuenta también aspectos ambientales, forestales, urbanísticos y hasta sociales.  No es cierto que solo plantemos dos especies. El Jardín Botánico está plantando cerca de 20 especies diferentes en toda la ciudad. Y el roble y el liquidámbar han sido elegidas específicamente porque son robustas, de larga duración, tienen un muy buen comportamiento en la ciudad, tienen un crecimiento recto y no interferiría con ninguna red si se les hace el mantenimiento adecuado.

SEMANA: Los bogotanos también se quejan de que les quitan árboles que ellos mismos han sembrado...

L.M.: Nosotros desde el Jardín Botánico hemos invitado a la comunidad a sembrar con nosotros. Tenemos una campaña para que la gente plante árboles pero con nosotros porque es necesario tomar en cuenta los lineamientos del manual de silvicultura urbana. Algunos de ellos decidieron plantar sin consultarnos y el problema es que sembraron en lugares donde no estaba planeado, donde probablemente se iban a generar problemas, pero además sembraron falso pimiento, una especie que aunque es nativa ha mostrado problemas de comportamiento y que sufre muchas plagas en la ciudad. Por eso tuvimos que quitar unos y volver a sembrar otros.

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SEMANA: También critican la falta de socialización de lo planeado. Por esa razón, la Personería suspendió la tala en la carrera Novena y la plantación de nuevas especies…

L.M.: Nosotros tenemos pruebas de que sí hicimos socialización con la comunidad. Enviamos cartas, hablamos con algunas personas de centros comerciales, de edificios residenciales y de oficinas, y tenemos actas firmadas. Por supuesto no fue una socialización del 100 por ciento porque comunicarle esto a cada persona haría inviable ejecutar cualquier proyecto. Por ejemplo, en El Virrey llevamos siete meses de concertación precisamente porque es difícil poner de acuerdo a toda la comunidad.

SEMANA: También dicen que ridiculizan a quienes han intentado participar y que no están abiertos al diálogo…  

L.M.: Este tema se presta a ser muy pasional. Hemos hecho foros, visitas de campo, recorridos con comunidad, jornadas de plantación, hemos ido a mesas de trabajos citadas por nosotros y también por la misma comunidad. El Jardín siempre ha estado abierto al diálogo. Hay algunas personas que están dispuestas a dialogar, pero hay otras muy agresivas, que han inventado noticias falsas y que han generado malestar entre la comunidad y el Distrito.

SEMANA: En este debate se ha dicho de todo. Algunos afirman que el alcalde Enrique Peñalosa está talando porque su familia tiene un vivero…

F.C.: Es un absurdo.

L.M.: Los árboles que planta el Jardín los producimos nosotros mismos en nuestros viveros.

SEMANA: Incluso se ha llegado a decir que podría haber un cartel de la madera…

L.M.: Lo que sale de estas talas en su gran mayoría no es maderable. Así que se lleva al Jardín Botánico a una planta de tratamiento donde se tritura y se hace compostaje para abono de los otros árboles.

F.C.: Los carteles de madera reales están en el Amazonas, donde se tala una cancha entera por minuto. La comunidad ambiental y desde Bogotá nos deberíamos unir por un problema real que está en esa región del país.

SEMANA: En Cali la misma Autoridad Ambiental denunció casos en los que funcionarios emitían permisos ilegales para talar árboles, cuya madera era comerciable. ¿Han sabido ustedes de casos similares en Bogotá?

F.C.: No, La única entidad avalada para dar permisos de tala de árboles de la ciudad es la Secretaría de Ambiente. Varias entidades del Distrito pueden solicitar las talas o incluso la misma comunidad, pero debe pedir permiso a la secretaría.  

SEMANA: ¿En qué va la denuncia que ustedes interpusieron ante la Fiscalía?

F.C.: Se trata de una presunta suplantación que venían desarrollando personas que se habrían hecho pasar por funcionarios de la Secretaría para tramitar permisos ambientales de tala de árboles en la capital en tiempo récord. Estamos acumulando las pruebas.

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SEMANA: ¿Qué viene para el arbolado de Bogotá?

L.M.: Soñamos una ciudad con muchos árboles, pero en condiciones adecuadas. La meta es plantar 80.000 árboles aparte de los 80.000 que ya plantamos. Estamos planeando hacer una gran jornada para el 17 de noviembre para plantar por lo menos 10.000 árboles. Y que de ahí en adelante se haga una jornada al menos cada dos meses. Lo que queremos es que se involucre todo el mundo plantando árboles pero con los lineamientos técnicos para que se desarrollen bien. Por eso en la página PlanT hay enlaces en los que la gente puede reportar una zona que conozca y donde se puedan plantar árboles. Lo otro que puede hacer es postularse para acompañarnos a las jornadas. Esperamos que sea una iniciativa que nos una en este sentido.