DEBATE
La verdad de la Operación Jaque
El expresidente Uribe afirmó esta semana que el entonces ministro Santos no tuvo nada que ver con la operación más recordada del Ejército de Colombia. Otros dicen que jugó un papel importante. ¿Qué opinan los oficiales que la dirigieron?
Gran revuelo causó un video del expresidente Álvaro Uribe en el cual afirmaba, palabras más, palabras menos, que su entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, poco tuvo que ver con la Operación Jaque. Como la elección de Santos a la presidencia fue posible, en parte, por la gloria que le dio ese operativo, el comunicado de Uribe se convirtió en uno de los temas de la semana.
En ese mensaje del expresidente para conmemorar los 11 años del exitoso rescate, señaló que “primó Estado pero el beneficiario político hizo que después primara el terrorismo”. Sin mencionarlo, se refería a su exministro de Defensa, de quien afirmó que nada tuvo que ver con la Operación Jaque.
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SEMANA habló con varios de los oficiales que jugaron papeles importantes en la concepción y desarrollo de esa maniobra para oír todas las versiones y fue posible llegar a algunas conclusiones. En primer lugar, todos están de acuerdo en que en su video del pasado martes Uribe dijo dos cosas que eran verdad y otras que no lo eran.
Los protagonistas del operativo coinciden en que su éxito se debió al profesionalismo de los militares y al binomio Uribe - Santos.
En cuanto a las primeras, es un hecho lo relatado por Uribe: el ministro Santos y el general Freddy Padilla de León le plantearon que si las Farc descubrían el plan e impedían que Íngrid y los demás abordaran el helicóptero de rescate, se debería permitir que retornaran a los secuestrados a la selva. Uribe señala que les contestó que de ninguna forma y que bajo su responsabilidad él tenía un plan B. Este consistía en realizar un cerco humanitario al lugar donde se encontraban los secuestrados, que estuviera lo suficientemente lejos para que no pudieran disparar los guerrilleros y lo suficientemente cerca para que no se pudieran escapar. Esa diferencia de opinión, según las fuentes consultadas por SEMANA, tuvo lugar.
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El general en retiro Javier Rey señaló que “se había establecido que ese cerco no fuera a provocar tensión entre los guerrilleros y que terminaran disparando a los rehenes, pero tampoco que tuvieran una vía de escape. Para ello se contó con un grupo de soldados con una enorme experiencia en el campo militar. Todo estaba dispuesto en la base aérea de Villavicencio, en caso de que se hubiera tenido que activar el plan B”.
El Gobierno de Francia no fue informado de la Operación Jaque, pero sí del cerco humanitario. El de Estados Unidos sí estuvo al tanto de todo. Uribe se había comprometido con el presidente George W. Bush a informarle si había un intento de rescate. Por esto, el ministro Santos y el general Padilla se reunieron en el apartamento del ministro con el embajador William Brownfield, el director de la CIA y el jefe de la misión miltar de Estados Unidos para ponerlos al corriente y pedirles ayuda técnica para la operación. Las peticiones eran dos: dos helicópteros ambulancia para disfrazarlos de la Cruz Roja y asesoría en materia de comunicaciones de última tecnología. A lo primero no se prestaron, pero a lo segundo sí. De tal suerte que al día siguiente llegaron expertos en comunicaciones que hicieron posible que, con un avión plaforma gringo volando durante el operativo, los comandantes en la base tuvieran información milimétrica de lo que estaba sucediendo.
La otra verdad que dijo Uribe en su video del martes pasado es que le dejó toda la pantalla de ese éxito a su ministro de Defensa. Según él, era para que le sirviera en su aspiración de llegar a la Casa de Nariño. Esa motivación puede haber sido verdad o no, pero lo que es un hecho es que el presidente pasó agachado y fue generoso con Santos. Al respecto, Uribe manifestó que “Íngrid y los liberados le hablaron al país aquella noche desde la Casa de Nariño, actué como coordinador para asignar el uso de la palabra. Ante la repetida pregunta de por qué no aparecí en la foto con Íngrid, bajando del helicóptero y apareció el ministro, he contestado que esa foto simboliza uno de mis principios: delegar éxitos y asumir dificultades”.
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Sin embargo, así como los dos puntos anteriores son verdad, no lo es el planteamiento central de Uribe de que Santos no tuvo nada que ver con la Operación Jaque. El primero en pronunciarse sobre el tema fue el general en retiro Juan Carlos Rico, uno de los oficiales claves en el proceso. El militar señaló en un comunicado su “sorpresa” por las declaraciones del expresidente Uribe y agregó: “Quiero manifestarle a la opinión pública que el entonces ministro Santos estuvo al frente de la operación de manera permanente”. En la parte final de su comunicación, Rico resalta: “Mantuvo una fluida comunicación con los altos mandos para estar al tanto de los pormenores, supervisó su preparación y ejecución y nos dio todo el apoyo y el respaldo político. Inclusive fue en una oportunidad al galpón donde se estaba adecuando el helicóptero en Tolemaida para darnos ánimo”.
El general en retiro Padilla de León, entonces comandante de las Fuerzas Militares, en conversación con SEMANA, fue un poco más diplomático. “Yo no entiendo la controversia que se está presentando en el país, la cual no le conviene a nadie. Tanto el expresidente Uribe como el expresidente Santos jugaron papeles determinantes en el éxito de esa operación. Si alguno de ellos no hubiera estado, de pronto esta no se hubiera podido llevar a cabo. Y, si algo debo destacar, es el trabajo en equipo que se conformó entre el presidente, el ministro y el alto mando militar.
Otro testimonio sobre el tema lo registra el libro La verdadera historia de la Operación Jaque, que es la versión oficial sobre ese operativo. Este relata un aspecto del que poco se ha hablado. Y es que la Operación Jaque fue ante todo una creación de los militares y no de los políticos. Técnicos del Ejército, después de meses de ardua labor, lograron interceptar y posteriormente intervenir las comunicaciones de las Farc, lo cual hizo posible ese rescate.
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Este tuvo lugar el 2 de julio, y el alto mando militar, según el libro, fue informado del plan el 3 de junio. El 12 de ese mes, el general Padilla le informó al ministro Santos. Ellos trabajaron los detalles, y el 18 de junio a las cuatro de la tarde le pidieron una audiencia al presidente para presentarle el operativo. A partir de ese momento, solo transcurrieron 14 días hasta el rescate. Uribe dijo que Santos en esos días estaba fuera del país, pero luego tuvo que retractarse de esa afirmación. Durante esas dos semanas claves, tanto Uribe como Santos estuvieron concentrados en el asunto. Como el presidente era más intenso que el ministro, llamaba más a los oficiales, pero Santos, con menos intensidad, estaba igual de pendiente.
Más allá de los pormenores de la acción militar, lo cierto es que el episodio de esta semana nada tiene que ver con la Operación Jaque, sino más bien con la polarización del país.
La cruzada de Uribe contra Santos está tan intensa que sorprende que haya echado mano del aniversario número 11 para atacar a su sucesor. Probablemente fue porque hace poco se publicó que la Operación Jaque fue el momento de mayor optimismo en la historia reciente del país, y Uribe quería dejar claro que ese triunfo era de él y no de su ministro. Pero ese acto de vanidad tuvo algo de mezquindad y era fácil de desvirtuar. Todos los protagonistas de ese capítulo de la historia de Colombia están de acuerdo en que ese éxito se debió al profesionalismo de los militares y al binomio Uribe-Santos, y no tiene sentido tratar de cambiar la historia a estas alturas.