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La verdad del bombardeo
El informe de la Comisión de la Verdad de Ecuador sobre el ataque al campamento de 'Raúl Reyes' revela la dimensión de los tentáculos de las Farc en ese país.
Si la bomba que cayó sobre ‘Raúl Reyes’ hace 21 meses en Ecuador estremeció de indignación al vecino país al sentir vulnerado su territorio, el informe que acaba de revelar la Comisión de la Verdad sobre esa operación tiene todos los ingredientes para provocar un impacto igual o más explosivo para la opinión pública ecuatoriana.
En primer lugar, porque las conclusiones a las que llegaron los cinco notables nombrados por el presidente Rafael Correa dejan al descubierto problemas muy graves en el vecino país. La comisión dice, por ejemplo, que al mandatario lo tenían mal informado sobre la verdadera situación de la guerrilla de las Farc en Ecuador, revela que hay tres frentes de la guerrilla actuando y traficando en territorio de ese país y que se presenta una preocupante infiltración en el Estado. “Las Farc y el narcotráfico han logrado penetrar varias instancias de los organismos políticos, judiciales, culturales y sociales”, dice una de las conclusiones.
Muchas de las páginas del documento están dedicadas a cuestionar duramente a la fuerza pública de ese país por no informar al alto gobierno sobre las actividades guerrilleras y, sobre todo, por no atacar y combatir a las Farc. Si bien el informe advierte que ni Correa, ni su gobierno tuvieron vínculos con ese grupo guerrillero, es muy contundente al afirmar, y probar, que varios miembros del Estado, algunos cercanos al mandatario, sí tenían una estrechísima relación con la guerrilla. El ex general René Vargas, ex embajador en Venezuela, que prestó una finca a los guerrilleros, es uno de los más comprometidos en la investigación.
El segundo gran estruendo del documento de 130 páginas tiene que ver con el papel que cumplió en la operación la base de Manta, que para ese entonces era utilizada por militares estadounidenses. Aunque en ningún momento logra probarlo por completo, la comisión ecuatoriana afirma que “la inteligencia estratégica desde la Base de Manta fue fundamental para el seguimiento y ubicación de ‘Reyes’”. Para los ecuatorianos es sospechoso que justamente la noche del bombardeo despegó irregularmente desde Manta un avión Hércules gringo.
Este punto podría parecer el más complejo para Colombia. Sobre todo por los actuales cuestionamientos a la instalación de bases estadounidenses en territorio colombiano. Sin embargo, ese tema no ocupó los titulares de la prensa ecuatoriana. En parte porque la mayoría daba por descontado que desde esa base los estadounidenses siempre hicieron labores de inteligencia.
Pero lo que sí quedó por completo descartado es uno de los grandes mitos alrededor de esta operación, según el cual aviones de combate de un tercer país, en referencia a Estados Unidos, habían efectuado el bombardeo. La comisión ecuatoriana desestimó ese argumento, que se basó en información de la Fuerza Aérea de Ecuador, y confirmó que las bombas que cayeron fueron arrojadas por aviones Súper Tucano de la Fuerza Aérea Colombiana.
En términos generales, si bien hay un explícito y permanente rechazo a la violación de la soberanía ecuatoriana por parte de la fuerza pública colombiana, el documento termina por darle la razón a Colombia al confirmar la versión que había dado el país sobre lo ocurrido.
La gravedad del informe para Ecuador había sido anticipada de cierta manera por el coordinador de la Comisión de la Verdad, Francisco Huertas, quien el pasado octubre pidió protección para ellos por lo que iban a revelar en el documento.
Esta comisión independiente fue creada el pasado 25 de marzo, un año después del ataque, para hacer una investigación imparcial sobre el bombardeo y los vínculos de integrantes del gobierno con las Farc. Además del coordinador Huertas, representante de Consejo Nacional de Universidades, hicieron parte de la comisión un representante de la Iglesia, uno de los movimientos sociales, uno de los medios de comunicación y un ex militar.
SEMANA reproduce algunos apartes textuales del documento.
1. La base de la discordia
El informe ecuatoriano cuestiona el uso que el gobierno de Estados Unidos le dio a la base de Manta y, si bien no lo confirma, habla de la ‘posibilidad’ de
que se haya dado apoyo de inteligencia.
“El propósito de intensificar la cooperación para la detención, monitoreo, rastreo y control aéreo del tráfico de narcóticos que era la concepción original del convenio (de la base de Manta entre Ecuador y Estados Unidos) se vio trascendido por la realidad. Es de público conocimiento que las acciones se ampliaron a las migraciones, el tráfico de personas y a informaciones relacionadas con las Farc y el Plan Colombia. Es evidente que las instalaciones en Manta eran utilizadas para diferentes acciones”.
“El tipo de aviones utilizados en la base de Manta es una clara indicación de que lo que se buscaba fundamentalmente era la información de inteligencia. El utilizar tres tipos de aviones Awak, que constituyen verdaderas obras de ingeniería de la más alta tecnología en el campo de la inteligencia electrónica, nos habla de la naturaleza y función de la base. El problema es con el uso de la información. Desde Manta se generaba información estratégica que determinaba acciones importantes. El control de la misma está en manos del Comando Sur y el criterio del uso de manera discriminatoria les pertenece a ellos”.
“En carta enviada por la embajada de Estados Unidos en respuesta a los requerimientos presentados, la embajadora Heather Hodges señala: ‘Quisiera aclarar que ninguna de las aeronaves que operan desde el FOL (Manta) tuvo la capacidad para realizar una misión de este tipo’. La embajadora informó el registro de vuelos programados, los tipos de aeronaves y el personal extranjero que ingresó a Manta. La Comisión comprobó y mantiene el registro proporcionado por la Fuerza Aérea de Ecuador donde no se registra la presencia de aviones con tal capacidad de combate, lo que corrobora las palabras de la embajadora norteamericana. En Manta ni aterrizaron ni despegaron aviones con la capacidad de bombardeo como la empleada en Angostura. Habría que hablar más bien de la posibilidad de apoyos de inteligencia en la operación colombiana”.
“El 28 de febrero de 2008 desde Manta despega a las 19:00 horas el avión HC-130 de la fuerza aérea norteamericana tripulado exclusivamente por pilotos de esa nacionalidad. A las 00:25 del 1 de marzo se inició la llamada Operación Fénix, donde se emplean diez bombas GBU, 12 Pavaway II de 500 libras en el campamento de Angostura en territorio ecuatoriano. El HC-130 regresó a las 4:40 del 1 de marzo a Manta contabilizando un total de nueve horas y 12 minutos de vuelo. El HC-130 tenía una rutina de navegación de siete a nueve horas de duración pero en horario diurno. En la fecha del 29 de marzo a la mañana del 1 de marzo, viajó como excepción en horas de la noche, coincide con el bombardeo a Angostura. Se rompe la rutina. Este HC-130 abandonó Ecuador el 3 de marzo de 2008. Si bien es cierto que este avión dispone de un radar para detección de barcos, tiene poca posibilidad de detectar tropas en la selva. El actual comandante de Manta manifestó que en el caso de este HC-130 se sabía que poseía una especie de contenedor cuyo contenido no se conocía”.
2. Los aviones colombianos
A diferencia de lo que siempre argumentó Ecuador, la investigación demostró que el bombardeo al campamento fue realizado por aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana.
“De acuerdo con la información difundida por el Ministerio de Defensa de Colombia, en el operativo se habrían utilizado aeronaves Super Tucano de la Fuerza Aérea Colombiana. Sin embargo, el informe técnico presentado por la Fuerza Aérea Ecuatoriana desmiente tal versión y sustenta su explicación en los fragmentos (aletas) de bombas encontrados en el campamento. Dichas bombas son de las características GBU 12 Paveway II, que, de acuerdo con ese informe, no podían ser lanzadas desde los Súper Tucanos. Las conclusiones de ese informe han generado la posibilidad de la intervención de un tercer país. Ante la imposibilidad de que la Comisión pueda contar con información fidedigna del gobierno colombiano se procedió a realizar las investigaciones en publicaciones web. Las páginas consultadas coinciden en señalar que los aviones Súper Tucanos de dotación de la Fuerza Aérea Colombiana sí tienen la capacidad de portar como armamento las bombas mencionadas”.
3. A sus espaldas
De acuerdo con el informe, al presidente de Ecuador, Rafael Correa, sus hombres le ocultaron información sobre el campamento de ‘Reyes’.
“Hubo bloqueo deliberado de información relevante a instancias políticas superiores y a la Presidencia de la República. De acuerdo con los actores de inteligencia que manejaron la información sobre los eventos de Angostura, en declaraciones a la Comisión y por investigaciones propias se establece que el Presidente de la República no conoció lo que sucedía en Angostura antes del ataque y tardíamente lo que sucedió después”.
4. La desconfianza
En varios apartes, la Comisión de la Verdad hace repetidos énfasis en la falta de lealtad con el gobierno por parte de la Policía y las fuerzas militares ecuatorianas
“Al igual que sucedía con las Fuerzas Armadas, en la Policía no se logró consolidar un flujo transparente de información hacia las autoridades del gobierno. Sorprende el nivel de información que posee Colombia de situaciones de Ecuador que develan: infiltración de agentes colombianos en nuestro país o trabajos conjuntos que no fueron informados debidamente a las autoridades políticas ecuatorianas. De nuevo, más que sólo una debilidad institucional, se devela un conflicto de lealtades”.
5. La sede de ‘Reyes’
Para los ecuatorianos no hay duda alguna de que el campamento en la selva era una base para planes políticos y militares de las Farc.
“Raúl Reyes, en la operacionalización de su proyecto político militar, habría utilizado el campamento de Angostura para sus actividades de coordinación internacional para recibir el apoyo de gobiernos considerados por las Farc como amigos. Estas actividades se manifestarían mediante la visita de dirigentes políticos (...) Se convirtió en una base táctica de formación político ideológico, de operaciones políticas y armadas”.
6. Turismo revolucionario
El informe afirma que los militares ecuatorianos sabían de las visitas de numerosas delegaciones al campamento de ‘Raúl Reyes’, pero que no se hizo nada con esa información.
“Respecto a lo que se conoce como “turismo revolucionario” que se desarrolló alrededor del Congreso Bolivariano en Quito, en febrero de 2008, es inaceptable que no se detectara y se le diera seguimiento a las visitas continuas de extranjeros al campamento de Angostura. Se sabe de la delegación de mexicanos que estuvo en dos ocasiones en el campamento de Reyes. Sus tránsitos por puestos de mando ecuatorianos aparecen registrados. Es obvio el desinterés de los organismos de inteligencia y de las fuerzas del orden ecuatorianas. Llama la atención que un Congreso plagado de presencia de inteligencias extranjeras, de activistas de izquierda, de presencia de las Farc, haya pasado aparentemente inadvertido”.
7. Viejos conocidos
El informe afirma que la presencia de las Farc en territorio ecuatoriano era conocida por autoridades de ese país y cuestiona el que no se hayan tomado correctivos
“Los grupos ilegales armados de Colombia en cumplimiento de su proyecto político militar han violado de manera sistemática la soberanía nacional mediante acciones armadas para atacar destacamentos y patrullas militares con el propósito de capturar armamento. Han utilizado el territorio nacional para establecer laboratorios de procesamiento de droga, ocasionando así una altísima tensión y peligro para la población y afectando gravemente la seguridad nacional de Ecuador”.
“En el gobierno actual se han destruido más de 180 instalaciones ilegales entre campamentos y laboratorios de procesamiento de drogas, pero al mismo tiempo esto evidencia la frecuencia de las incursiones y presencia de esos grupos en la frontera norte. Entre marzo y abril de 2007 por medio de informantes, documentos, fotos y fuentes existían pruebas sobre el incremento de movimientos de las Farc en dicha zona. Se había detectado presencia itinerante de Raúl Reyes en el Ecuador en las semanas y meses anteriores a Angostura. Se ubicaron sus posibles caminos y lugares que frecuentaba. ¿Por qué no se operó? Había indicios de una política para establecer bases temporales y más estables en la región ecuatoriana. ¿Cómo se analizó esa situación?”
8. salpicados por las Farc
El informe muestra que varias personalidades de Ecuador tenían relación con la guerrilla colombiana. Estos son los principales:
Gustavo Larrea
“De profesión investigador social y ex ministro de Seguridad Interna y Externa. El video del Mono Jojoy y los cuadernos encontrados en Angostura establecen vínculos de Larrea con las Farc. El video y los cuadernos son auténticos, según los informes periciales ordenados por esta Comisión. Larrea afirma que se reunió con Raúl Reyes una sola vez por razones humanitarias y que para ello viajó en un avión cedido por Venezuela. No se pudo determinar el ingreso y el destino de ese avión”.
José Ignacio Chauvín
“El ex subsecretario del Ministerio de Gobierno en el período de Gustavo Larrea está fuertemente ligado al narcotráfico y a las Farc. Creó una red de campesinos, supuestamente refugiados, pero que resultaron ser informantes y milicianos de las Farc, según verificaciones realizadas por los investigadores de esta Comisión. Posteriormente creó la Brigada Simón Bolívar que no es sino el brazo de la Coordinadota Continental Bolivariana, que a su vez es el brazo político de las Farc. A miembros de esa Brigada se les otorgó por parte de funcionarios del Ministerio de Gobierno funciones de cedulación y claves de registro civil. Se reunió en más de siete ocasiones con Raúl Reyes”.
María Augusta Calle
“De profesión periodista y actualmente asambleísta. Aparece fotografiada con varias personalidades relacionadas con las Farc. Con las hijas de Raúl Reyes, con Simón Trinidad, con Nubia Calderón, con Rodrigo Granda. Se le atribuye también presuntamente la participación en la cedulación fraudulenta de las hijas de Reyes, a más de darles protección, al igual que Nubia Calderón”.
9. El general y las Farc
Uno de los hombres más cercanos al Presidente ecuatoriano termina seriamente cuestionado por sus vínculos con guerrilla y narcos.
Uno de los altos ex funcionarios del gobierno ecuatoriano que queda muy mal librado en el informe de la Comisión es el general retirado René Vargas, quien hasta septiembre pasado se desempeñó como embajador de Ecuador en Venezuela. Entre otras, la investigación ecuatoriana encontró que durante cuatro años este ex oficial prestó una finca de su propiedad de 1.000 hectáreas a uno de los jefes del frente 48 de las Farc. “Una de las haciendas del general estuvo en posesión de un colombiano conocido como Casimiro, supuestamente arrendada. Casimiro fue identificado por los investigadores de la Comisión como Oliver Solarte, vinculado a los hermanos Ostaiza procesados por tráfico de drogas y por atentar contra la seguridad del Estado (...) Cuando Nubia Calderón (representante de las Farc en Ecuador) fue apresada en Lago Agrio, el general Vargas dio un certificado de buena conducta para que la liberaran”.
10. Narco guerrilla
El informe también documentó que tres frentes las Farc tienen presencia en Ecuador y están directamente relacionados con el narcotráfico.
“La Comisión y su equipo pudieron comprobar de manera visual y por testimonios los siguientes hechos: La estructura logística de las Farc en su frente 48, complementada por una red de milicianos por medio de guerrilleros que han sido ‘trasplantados’ a territorio ecuatoriano. Hay un cuadro en la frontera en donde los campesinos e indígenas ecuatorianos han sido ‘desplazados plantado por las Farc’ (sic) para facilitar el narcotráfico y las acciones irregulares. Marcial Campaña es un colombiano que con uso de violencia desplazó a campesinos a una zona cerca al río San Miguel. Allí levantó una construcción para alojar a más de 60 personas. Ese lugar se convirtió en un gran centro de acopio de precursores, drogas y armamento. Un centro de reunión entre miembros de las Farc y traficantes de varias nacionalidades. A lo largo de la frontera se descubrieron más de 42 pasos ilegales en donde se han instalado laboratorios de procesamiento de drogas, campamentos fijos y móviles, depósitos de armas y combustibles. La provincia de Sucumbíos es utilizada como centro de operaciones por los frentes 48 y 32 de las Farc. En el Carchi y Esmeraldas ejerce su influencia el frente 29”.