Conflicto armado
Las amenazas contra los habitantes de El Salado: una historia de nunca acabar
Yirley Velasco, víctima de la masacre de El Salado, calificó de aberrante las recientes intimidaciones, que no son nuevas y que constantemente sufren. Ella y los habitantes de la población temen que la historia de hace 21 años se vuelva a repetir.
En el corregimiento El Salado, ubicado en el municipio Carmen de Bolívar, hay miedo de que los grupos armados ilegales vuelva a salirse con la suya, luego de las amenazas de muerte que han recibido los lideres sociales de una de las zonas del país que ha escrito con sangre la violenta historia de Colombia.
21 años después de la masacre de El Salado, sus habitantes se sorprendieron con unas hojas que circularon por sus calles y llegaron a diferentes viviendas. En ellas están las fotografías de varios líderes sociales, acompañadas con un texto aterrador: “Sentencia de muerte a todos los líderes sociales, ladrones, drogadictos, expendedores de droga de esta comunidad (...) Esta es nuestra segunda advertencia para que abandonen El Salado, Bolívar, o el plomo irá por ustedes”, dice una de las amenazas.
En otra advierten que si no se van “esta misma noche vivirán su propio viacrucis”. Las amenazas, que tienen el logo de las llamadas Águilas Negras, generaron tanta preocupación que el mismo director de la Policía Nacional, el general Jorge Vargas, envió a un cuerpo especial de ocho investigadores, encabezado por el coronel José Restrepo, comandante del grupo Elite de la Institución. Él tendrá la responsabilidad de proteger a los lideres sociales de El Salado e identificar y capturar a los responsables de las amenazas.
Yirley Velasco, víctima de la masacre dijo a SEMANA que lo que vive su comunidad hoy, es aberrante. Cada vez que ellos ven mensajes que amenazan de muerte a los líderes sociales, reviven las escenas de terror ocurridas en el centro del corregimiento entre el 16 y 22 de febrero de 2000 . En esos trágicos días, alrededor de 60 personas fueron asesinadas por un comando paramilitar conformado por los bloques Norte y Héroes de los Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Tendencias
#ATENCIÓN | La comunidad del Salado, víctima de una de las masacresas más infames de la historia, es nuevamente amenazada y desplazada por grupos criminales.
— Adolfo RIVAS (@donadolforivas) January 19, 2021
Solicitó al gobierno tomar medidas efectivas ante este nuevo ataque a la paz y la restitución de tierras. #SOSElSalado pic.twitter.com/OccGJjASPf
No contentos con la barbarie cometida por al menos 450 paramilitares, sus comandantes obligaron a los pobladores a ver cómo torturaban a los vecinos y los ejecutaban cruelmente. En los recuerdos están las celebraciones de sus verdugos que con licor, carcajadas y música a todo volumen, a rito de tambor, sonidos de gaita y acordeón, gozaban con cada asesinato.
También cometieron vejámenes sexuales a las mujeres, como a Yirley Velasco. Su gente huyó despavorida hacia poblaciones cercanas como El Carmen, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta e, incluso, Bogotá. Más de siete mil personas fueron víctimas de desplazamiento forzado.
María Torres, lideresa social de El Salado, recuerda como con tan solo 20 años años tuvo que ver a su tía asesinada en medio de la calle y a cada miembro de su familia llorar porque tenían que salir del corregimiento con tan solo la ropa que llevaban puesta. No tenían destino, solo trataban de proteger su vida. Las nuevas amenazas hicieron que ella volviera recordar el terror de esos días
“Mi tío, Jesús Torres aparece en el panfleto que empezó a circular hace cuatro días. Él amaneció hoy en la inspección de Policía, junto con otros líderes amenazados que tienen pavor a que los asesinen, por eso no se quedan solos”, describió María a SEMANA.
Jesús es uno de los líderes sociales que gestionó y organizó el retorno de las familias que fueron desplazadas dos décadas atrás. Las mismas que volvieron con la ilusión de una vida nueva y que hoy están amedrantadas por las amenazas de aquellos que ni siquiera la cara dan.
Cuenta María que, desde hace 5 años, aproximadamente, es una constate que cada 12 o 20 meses se desate una ola de amenazas atribuidas a grupos ilegales que aún no han sido identificados con claridad por parte de las autoridades. “Exigimos que las autoridades den respuesta, porque no podemos esperar a que vuelvan a asesinar a nuestra gente, si no han cumplido las amenazas hoy, eso no quiere decir que mañana no lo hagan”, reclama ella y agrega que ellos que aún viven a diario el miedo de la guerra.
En octubre de 2019, se presentó otra ola de intimidaciones en contra de los líderes sociales de El Salado. En ese momento recibieron mensajes que les advertían: “Los vamos a pikar dedo x dedo y después se los vamos a echar a los perros para que el gobierno se dé cuenta q no estamos jugando”.
Pero a las amenazas recientes hay que sumarle que en las ultimas semanas alguien está cortando la energía eléctrica para dejar a todo El Salado sin Luz. Según María ha sido algo sistemático. “En la noche no hay luz y esa situación nos dificulta cargar celulares y nos dejan completamente a oscuras. Así uno no sabe en qué momento suceda algo y lo peor de todo estamos incomunicados para avisar”, señaló.
La vida de los habitantes de El Salado ha sido tan vulnerada que organismos internacionales han puesto sus ojos en ellos. El 17 de julio de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió medidas cautelares de protección a favor de Yirley Judith Velasco Garrido y su núcleo familiar, tras considerar que se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos.
De hecho, la fuerza pública ha dado fuertes golpes contra quienes han violado sus derechos. En febrero de 2019, en Carmen de Bolívar, se capturó a una persona acusada de amenazar a los lideres sociales. Un año y medio después se registró otra detención, procesos penales que están en curso.
Aún así, sus habitantes se sienten desprotegidos. De 16 líderes sociales que hay en el corregimiento y que trabajan en la reconstrucción del tejido social de El Salado, pocos tienen medidas de protección por parte del Estado. De hecho, algunos como María, solo cuentan con un escolta y un chaleco antibalas y tienen que movilizarse en transporte público por zonas riesgosas de Montes de María. “Quien garantiza que por el camino no nos hagan daño a el escolta y a mi luego de tantas amenazas”.
Hay miedo hasta de protestar en El Salado. Por eso, los líderes sociales de todo el país invitan a hacer un plantón en Cartagena, Carmen de Bolívar y otras ciudades que se quieran unir para no silenciar a aquellos que trabajan porque la historia no se repita.
Se espera que en esta oportunidad se defina quiénes están detrás de tales amenazas dirigidas a al menos una decena de pobladores. Cabe recordar que el panfleto tiene el símbolo de Las Águilas Negras, un nombre que, según las autoridades, no representa a ningún grupo armado reconocido, sino una figura que adoptan varios delincuentes según conveniencia. Lo único cierto es quienes habitan en esta zona de Bolívar solo quieren creer y sentir que realmente en Colombia pueden tener tranquilidad y la tan publicitada paz.