Nación
Las confesiones del expediente secreto de Uribe
En el voluminoso dosier del caso Uribe no solo está la clave del proceso penal que puso al expresidente en casa por cárcel. También los secretos y los mayores dolores de muchos de los protagonistas del país.
“Rapidito lo mataron”: Uribe habla del asesinato de su padre
Álvaro Uribe ha guardado por años, con prudencia, los detalles de lo que sucedió el día que asesinaron a su papá. El magistrado César Reyes le pidió recordar ese momento. “A él lo asesinaron en la Hacienda Guacharacas, mi hermano Santiago salió en defensa de mi padre y le atravesaron un pulmón con una bala de fusil y sobrevivió milagrosamente”, relató. El expresidente narró cómo su papá, Alberto Uribe, se atrincheró ante el ataque. “(Le advirtieron) a mi padre y seguro se desesperó porque estaban mis hermanos, empezó a disparar y rapidito lo mataron”, contó. Su hermana, según el exmandatario, se salvó de milagro, pues una maestra del colegio la escondió. “Trataron de distorsionar los temas y asignarle a mi padre temas de narcotráfico y mi padre decía que los únicos pecados que tenía eran el aguardiente y ser enamorado”, dijo.
“El asesinato de mi padre”: Iván Cepeda y los desplantes después del crimen
Iván Cepeda también narró las profundas tristezas que vivió su familia por la persecución que sufrió su papá, Manuel Cepeda, por su actividad como líder de la UP y del Partido Comunista. El senador relató que en las polémicas visitas a los paras en Estados Unidos conoció parte de la verdad de su asesinato, pues Don Berna le contó quiénes fueron los autores intelectuales de este crimen. También aseguró que había tenido el mayor momento de indignación de su vida cuando la Corte IDH condenó al Estado por la muerte de su papá. El expresidente Álvaro Uribe hizo un acto a “mi modo de ver supremamente hiriente” cuando a la salida de una reunión pública llamó a los periodistas y dijo que quería hacer una declaración para decir que “efectivamente si le tocaba pedir perdón, pues pedía perdón”, pero que “no sabía bien si el senador Cepeda había sido asesinado por agentes del Estado o no”.
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El matrimonio de Uribe y los padrinazgos
En las declaraciones también muchos contaron detalles íntimos de su vida personal. Cuando al expresidente Uribe le preguntaron cuánto era su sueldo, contestó algo que despertó risas: “Ni idea, honorable magistrado, porque el salario siempre he dicho que lo consignen a mi señora” (Lina Moreno). En otros interrogatorios, antes de contestar, muchos aclararon que tenían un lazo de compadres. Por ejemplo, entre Lombana y Montealegre, pues el primero es el padrino de matrimonio del segundo. Lombana, por su parte, contó que Tomás Uribe es el padrino de su hijo Juan y que él, a su vez, de un nieto del expresidente.
La hija de Piedad Córdoba, la hija de Don Berna
Piedad Córdoba narró a la Corte Suprema un detalle desconocido que vivió en medio del doloroso drama de la desaparición de su hija Natalia. Por esa época, cuando no sabía nada de la joven, como senadora hizo la visita a una cárcel en Estados Unidos donde estaba Don Berna. El narcotraficante le dijo que estaba preocupado por sus hijos, que estaban escondidos en Argentina porque sufrían muchas amenazas. Ella, que vivía un drama también, se solidarizó con esa angustia y viajó a ese país a buscarlos. “Yo tenía una hija desaparecida, cuando me fui a comer con la hija de Don Berna y el esposo o el novio, yo misma pagué la cuenta... Y ella me preguntó: ¿doctora, usted cree que yo vuelvo a ver a mi papá?... Yo no fui capaz de decirle que no”.
La pelea de los Jaimes y la angustia de Lombana por su hijo
En su testimonio, Jaime Lombana habló repetidamente de los dos grandes enemigos de su vida. El número uno, el senador Armando Benedetti, y el dos, Jaime Granados. Con el primero tiene muchas diferencias, pero la irreconciliable nació, según él, “cuando se hacen públicos los seguimientos a mi hijo, donde el senador Benedetti inclusive llegaba decir –como lo declaró Juan Carlos Madero– que querían averiguar si mi hijo era gay o drogadicto, y trataron de armar ese montaje contra él”. Sobre Granados, el penalista contó que su relación era muy distante y compleja y él lo consideraba su “segundo mayor enemigo en el mundo”. Sin embargo, narró que “restablecimos nuestro diálogo en una rueda de prensa que dio el presidente Uribe en Medellín. Ese día volvimos hablar, nos dimos la mano y dijimos esta pelea no más…”. Ahora los dos Jaimes, antes rivales, asumen juntos la defensa del expresidente.
El caballista: la arremetida de Montealegre
Eduardo Montealegre dio quizás el testimonio más vehemente contra Álvaro Uribe. El exfiscal habló en términos muy fuertes y llamó la atención que siempre se refirió a Santiago Uribe como “el caballista”. Aseguró que en el caso de los 12 Apóstoles, que tiene preso al hermano del expresidente, no solo existía un modus operandi en la estructura paramilitar, sino también en cuanto a obstaculizar la justicia. Explicó que su Fiscalía pidió las “medidas de aseguramiento contra el caballista” con base en pruebas indiciarias, documentales e informes producidos externamente a la Fiscalía General por organizaciones como la Personería de Yarumal. Montealegre habló extensamente del contexto de la violencia de las autodefensas en el país. “El paramilitarismo en Colombia no se desarrolló por unos anormales o desviados sociales que actuaron solos”, dijo en su declaración.
“Uribista de corazón, patrona”
Carlos López, alias Caliche, es uno de los testigos más cuestionados en el proceso del expresidente. En su testimonio ante la Corte Suprema dijo dos cosas que sorprendieron. En primer lugar, de entrada le aseguró a la magistrada que “si yo puedo decir mentiras piadosas, las digo” y acto seguido comenzó a narrar una a una las cosas que había dicho, pero que se había inventado. Completó sus argumentos afirmando que él no necesitaba que le ofrecieran nada a cambio de un testimonio a favor del expresidente. “Se lo digo aquí y se lo digo en cualquier parte... Ahora resultó que las gallinas santas son las Farc... Yo soy acérrimo seguidor del señor Álvaro Uribe y en lo que yo le pueda colaborar al señor Uribe, bienvenido sea. Mi ideal es este, soy uribista de corazón, patrona”, le dijo a la magistrada auxiliar Sandra Yepes.
“Nuestros hijos”: el llanto de Deyanira
La exesposa de Juan Guillermo Monsalve, el testigo clave contra Álvaro Uribe, también narró sus miedos y sus pesares. La mujer entregó detalles de lo que sabía del proceso, pero al final contó entre lágrimas el pánico que sentía de que algo les pudiera pasar a ella o a sus hijos. La médica, además de dar su versión sobre la polémica finca que comparte con los papás de Monsalve, aseguró que “para Juan es más garantía estar en la cárcel, porque si está en la calle es un hombre muerto”. Luego de más de una hora de indagatoria, la magistrada le preguntó a Deyanira Gómez si tenía que agregar algo a su declaración. La exesposa de Monsalve de inmediato rompió en llanto. “Le pedimos a la Corte que vele por nosotros, por la seguridad y por la vida, pero más que por la vida de Juan y mía, por la de nuestros hijos. Tenemos dos hijos menores de edad, de diez y tres años”, dijo entre lágrimas.
Pardo Hasche y su llanto por Uribe
Enrique Pardo Hasche ha sido compañero de celda de Juan Guillermo Monsalve desde hace años, un tiempo en Cómbita y otro en La Picota. El hombre, que se encuentra condenado por el secuestro y asesinato del suegro de Andrés Pastrana, Eduardo Puyana, explicó entre lágrimas su versión de por qué se metió en un proceso que no era suyo. “Cuando a mí me condenaron, me condenaron por un testigo falso y durante todos estos años que conviví con Monsalve siempre pensé que era una injusticia lo que se estaba haciendo conmigo y lo que se estaba haciendo con Uribe”. Pardo es el preso al que fue a visitar Jaime Lombana en el controversial episodio del reloj grabadora. En su testimonio habló de la hernia que padecía y aseguró que la presencia del abogado era para ayudar a que le hicieran este procedimiento médico. También dijo que Monsalve vivía llorando en la celda porque estaba muy deprimido.