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GUAYAQUIL, ECUADOR - APRIL 08: Presidential candidate Guillermo Lasso waves at supporters during the closing event of his presidential campaign at Yatch Club Naval on April 8, 2021 in Guayaquil, Ecuador. (Photo by Gerardo Menoscal/Agencia Press South/Getty Images) | Foto: Getty Images

POLÍTICA

Las lecciones para Colombia del triunfo de Lasso en Ecuador

La división de la izquierda y el rechazo ante el posible retorno de Rafael Correa al poder, en cuerpo ajeno, permitieron la victoria de Guillermo Lasso en el vecino país.

12 de abril de 2021

Guillermo Lasso, el banquero, el candidato de la derecha, el presidenciable menos opcionado para alcanzar el poder hasta hace una semanas, según las últimas encuestas, se convirtió en el nuevo presidente de Ecuador. Su victoria, llena de sorpresas, trajo consigo una serie de lecciones para nuestro país de cara a las presidenciales del 2022.

La izquierda, como ocurrió en Colombia 2018, se dividió en la segunda vuelta en Ecuador. Eso le permitió a la derecha pavimentar el camino de Lasso hacia la Presidencia. Yaku Pérez, el candidato indígena, no apoyó a Andrés Arauz, el candidato de Rafael Correa. Contrario a lo que se pensaba, y tal y como sucedió con Sergio Fajardo en las elecciones pasadas, Pérez promovió el voto en blanco y eso le dio un mayor oxígeno electoral a Lasso. Hace cuatro años, Fajardo se desmarcó de Gustavo Petro y no lo apoyó en la segunda vuelta frente a Iván Duque.

Lo ocurrido este fin de semana en Ecuador ya despertó una preocupación entre algunos líderes de izquierda en Colombia, que volvieron a insistir en la necesidad de una unión para las elecciones presidenciales, en mayo del 2022.

“Todos creían que el candidato indígena se uniría para segunda vuelta con Arauz, pero no pasó… Y el resultado es que a Lasso le dieron el aire, por la desunión, y ganó hoy la Presidencia”, aseguró el senador Gustavo Bolívar, quien calificó lo ocurrido en el país vecino como un campanazo de alerta. “Esto no nos puede pasar, es inaudito. En Colombia dos veces no nos puede volver a suceder”, añadió Bolívar, quien llamó a Fajardo, a Jorge Enrique Robledo y a Humberto de la Calle a tener una responsabilidad histórica y unirse.

Sin embargo, por lo menos para la primera vuelta, Petro ya se quedó sin el chance de tener el respaldo de los líderes de la Coalición de la Esperanza, y nada garantiza que en una segunda vuelta algunos líderes de la centroizquierda no le vuelvan a dar la espalda.

Otra de las lecciones del triunfo de Lasso es que los ciudadanos castigaron el rol a la sombra del expresidente Rafael Correa y rechazaron su retorno al poder en cuerpo ajeno. Correa, en esta elección, se la jugó a fondo por su pupilo y en ocasiones parecía que ejerciera el papel de candidato presidencial. En el caso colombiano, eso debe llevar a los expresidentes a pensar en cuál debe ser la mejor estrategia a la hora de apoyar a los candidatos de sus preferencias.

Con Lasso, igualmente, gana una derecha moderada, y pierde el populismo. Lasso es considerado como un líder alejado de los extremos. A diferencia de Rafael Correa, su campaña se distanció de los ataques y agravios.

“Los extremos cansaron en Ecuador. Hemos vivido más de una década en una polarización bestial marcada por un líder político (Correa) cuya única metodología política era insultar, ofender, perseguir, discriminar”, le dijo a SEMANA el periodista ecuatoriano Juan Carlos Calderón.

Y eso se repitió en estas elecciones. Correa, de un lado, avanzó en su estrategia de ataque, mientras Lasso buscó el reencuentro del país, la unión, y terminó acercando a los indígenas y a un sector de la centroizquierda de Yaku Pérez, que rechazó el regreso del correismo.

El hoy presidente Lenín Moreno, quien también llegó al poder con la duda de ser el hombre de Rafael Correa, rompió con el exmandatario.

“Evidentemente la gente, después de unos ciclos, tiende a elegir cosas diferentes. Eso, seguramente, afectará a Colombia en el 2022. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que Uribe no pierde elecciones desde el 2002. Pero todo lo que sea renovación y cambio hay que tenerlo presente porque eso es lo que busca el elector”, sostuvo Carlos Suárez, analista y experto en marketing político.

Arauz, el gran perdedor en Ecuador, jamás logró autonomía propia en su candidatura ni marcar distancias con Rafael Correa. Y eso le hizo daño, según el periodista Juan Carlos Calderón. “Esa puede ser una lección para Colombia, a la gente no le gustan las dinastías políticas”, dijo Calderón.

El electorado, de acuerdo con Fernando Balda, político ecuatoriano, entendió la magnitud de los escándalos judiciales que enfrenta Rafael Correa. “Esas denuncias calaron de manera muy importante en la preferencia del electorado, que lo castigó en las urnas”, le dijo Balda a SEMANA.

Los ecuatorianos, según Calderón, también se inclinaron por una opción distinta a la del miedo y la división de la sociedad, justo en la coyuntura de la pandemia del coronavirus. “La gente ya no quiere eso, los electores se hartaron”, dijo, a manera de lección para el proceso electoral que se avecina en Colombia.

Otra de las lecciones que dejó la jornada en Ecuador tiene que ver con la calidad y la confianza de algunas firmas encuestadoras, que registraron un supuesto repunte de Arauz, tal como lo pregonaba el propio Correa. Sin embargo, en las urnas el escenario fue diferente. En el caso de Colombia, en el pasado, algunas firmas se han pifiado con sus proyecciones. Para el 2022, será clave el control que ejerza en esta materia el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Sin duda, el triunfo de la derecha en Ecuador, un país donde la izquierda se había acostumbrado a gobernar en los últimos años, tiene pensando a más de un líder en Colombia. Para algunos, es un espejo de lo que puede ocurrir en poco más de un año, cuando los ciudadanos están llamados a las urnas a elegir al sucesor de Iván Duque.