POLÍTICA

“Las mentiras de Gustavo Petro sobrepasan mi entendimiento”: Juan Carlos Echeverry

En entrevista con SEMANA, el precandidato presidencial habló del top de mentiras del líder de la Colombia Humana.

15 de septiembre de 2021
juan carlos echeverry Exministro de Hacienda
Juan Carlos Echeverry, precandidato presidencial | Foto: alejandro acosta

SEMANA: Usted en esta campaña política se ha dedicado, entre otras cosas, a detectar las mentiras de Gustavo Petro. ¿De dónde nació la idea?

JUAN CARLOS ECHEVERRY (J. E.): La idea nació de leerlo, cuando Petro dijo que se debían imprimir billetes y entregarlos al Gobierno sin ningún costo. Ese fue el primer aspecto que me llamó la atención. Después afirmó que se debía abandonar la exploración y exportación de petróleo. Y posteriormente aseguró que Colombia debía abandonar la generación eléctrica y dedicarse al sol y al viento. Todas esas cosas son unas verdades a medias que lo que hacen es desinformar e inducir a la gente a equivocaciones.

SEMANA: Si pudiéramos hablar del top de las mentiras de Petro, ¿cuál es la que lo sacó de casillas?

J. E.: La que más me preocupó fue cuando Petro dijo que se debía abandonar la exploración y exportación de petróleo porque tendría unas consecuencias muy devastadoras en poco tiempo, en tres meses. Si el país llegara a hacer una cosa de esas, que es descabellada, dejaríamos de importar medicamentos baratos de India, tecnología y ropa barata de China, tractores, insumos para la agricultura, fertilizantes y fungicidas, aumentaríamos el costo de los alimentos y la vida para las personas más pobres. Eso sucedería de inmediato. En cuestión de días y semanas la vida de 50 millones de colombianos se haría miserable, insufrible, sin ningún beneficio.

SEMANA: ¿Usted cree que Petro miente por desconocimiento o porque está en campaña?

J. E.: Esa sería una pregunta para él, no sé qué lo lleva a eso, sobrepasa mi entendimiento. Es difícil encontrar una seguidilla de ideas tan malas expresadas con tanta soberbia. A mí me sorprende que una persona que lleva décadas en la vida pública haya decidido tomar esos riesgos de lógica y sentido común.

SEMANA: ¿No le preocupa que ese discurso siga calando entre la opinión pública?

J. E.: Yo creo que es al revés. Yo lo he puesto como una mala pedagogía, el político en el fondo es un maestro, un profesor que tiene que enseñarle a la gente, un pedagogo en el fondo. Lo que él está haciendo es induciendo a la ciudadanía a creer que puede haber respuestas sencillas, fáciles, sin ningún costo para los problemas más grandes que tenemos. Es como decirle al hijo que no estudie, que no lea mucho, no escriba, no aprenda inglés porque de todas formas le irá bien en la vida. Eso es ser un mal papá. Es un ejercicio similar el que creo se está haciendo acá.

SEMANA: Si el político es un maestro, ¿a Gustavo Petro cómo le ha ido de profesor?

J. E.: Hasta el momento está sacando 1 sobre 10, si a mí me tocara calificarlo, es una pedagogía lamentable. Es más, eso fue lo que me llamó a mí a reaccionar. No creo que la función de uno sea criticar a una persona, pero es inadmisible. Hay que decirles a los colombianos que no escuchen esas cosas porque son unas equivocaciones que pueden tener consecuencias nefastas, garrafales para nuestro país donde vivimos 50 millones de almas, de personas.

SEMANA: ¿Cómo avanza su campaña en estos meses?

J. E.: Bien, hemos recogido firmas, hemos estado por todo el país, vamos a empezar la segunda vuelta a Colombia, hablamos con personas de todas las condiciones, todos los oficios. ¿Sabe qué es lo más maravilloso? Nos hemos llenado de energía, no hay nada mejor que hablar con un colombiano…

SEMANA: ¿Cuántas firmas lleva?

J. E.: Necesitamos un millón, vamos como en 150.000, ahí vamos jalando el carro.

SEMANA: ¿Y la alianza con los conservadores cómo va?

J. E.: Nos toca ser suficientemente eficaces y persuasivos para atraer 12 millones de votos, estamos hablando con mucha gente de varias colectividades. Cuando hablamos con la gente en Armenia, Popayán, Santa Marta, vienen ciudadanos de todos los partidos: liberales, verdes, La U, Centro Democrático, conservadores. Viene gente de todos lados y eso es lo importante.

SEMANA: ¿Cómo ve el gobierno Duque en su recta final?

J. E.: Esta reforma tributaria tal vez les da un cierre en el tema económico, es una reforma rara porque se sigue gastando este año y el próximo. La economía, afortunadamente, está reaccionando, pero no el empleo y la formalidad que siguen siendo un lunar en la finalidad del Gobierno. Se avanzó frente a la covid-19 y las vacunas, es un desafío que es continuo hasta ahora. Van a quedar temas abiertos complicados como las dos fronteras: las tenemos cerradas en Ecuador y Venezuela, es inadmisible, hay que abrirlas. La seguridad es otro problema. Bogotá y casi la mayoría de nuestras ciudades se volvieron Ciudad Gótica. Hay muchos campos del país afectados por la violencia: Nariño, Cauca, Catatumbo, norte de Antioquia. Hay luces y sombras.

SEMANA: Ya que toca a Bogotá, ¿cómo califica a Claudia López?

J. E.: Si hoy dijo que ella no era la jefe de Policía, entonces apague y vámonos. En vez de volverse la jefe de la institución, sale y da una declaración en contra de sus subalternos. Ese es el peor liderazgo que yo he visto. Es muy difícil de entender.

SEMANA: A Alejandro Gaviria le critican su cercanía con Juan Manuel Santos, y usted fue el presidente de Ecopetrol en el gobierno de él, ¿cómo salirle al frente a las críticas?

J.E .: Mi problema no es ni Santos ni Uribe ni Pastrana, mis problemas son los del presente y el futuro. Creo que nosotros no le podemos quitar el balón a los problemas, mi problema no es ser ni santista ni uribista, porque no soy santista ni uribista. Yo no estoy en ese debate.

SEMANA: ¿Usted ya habló con Alejandro Gaviria, incluso con el exministro Mauricio Cárdenas?

J. E.: Yo hablé con Alejandro Gaviria hace dos meses largos, yo lo nombré profesor en la Universidad de los Andes y lo dejé como decano cuando salí de la decanatura. Somos amigos, tenemos una relación desde hace mucho tiempo. A ambos los respeto y aprecio y les deseo lo mejor. Obviamente, espero ganarles a ambos.