POLÍTICA
Las movidas del poder para ganar la Presidencia del 2022
El 2021 será un año definitivo de cara a las elecciones presidenciales y del Congreso en 2022. Todos los sectores políticos están alineando sus fichas y definiendo las estrategias para poder ganar.
La renuncia del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y la posibilidad de que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez también decida dejar su cargo para competir por la Casa de Nariño en 2022 prometen sacudir el inicio de 2021 y agitar la próxima campaña presidencial. Ambas figuras, que en el pasado han aspirado a la Presidencia, deberán renunciar antes de marzo para no quedar inhabilitadas y evitar cualquier tropiezo legal.
Holmes Trujillo peleará la candidatura del Centro Democrático, donde medirá fuerzas con las senadoras Paloma Valencia, Paola Holguín y el exviceministro Rafael Nieto. Por los lados de la vicepresidenta, fuentes le confirmaron a SEMANA que está evaluando si se lanza o no. Si decide hacerlo, se inscribirá por firmas, como en 2018, y participará en la consulta de la centroderecha en marzo de 2022.
La posibilidad de que Tomás Uribe, el hijo del expresidente Uribe, sea candidato presidencial sigue viva. Aunque él ha insistido en que quiere seguir dedicado a su actividad empresarial, todo puede cambiar. Su nombre es un as bajo la manga que entusiasma a las bases del uribismo y, si Tomás se lanza, patearía todo el tablero electoral.
En 2021, la derecha y la centroderecha buscarán llegar a un acuerdo para unirse en la primera vuelta con un solo candidato. El escenario más probable es que ese nombre salga de una consulta entre el candidato del Centro Democrático y otros aspirantes de este sector ideológico, como el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez, quien según fuentes ya cuenta con el visto bueno de Luigi Echeverri, el mismo que gerenció la campaña de Duque.
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Por el momento, está en suspenso la candidatura presidencial del exalcalde de Barranquilla Alejandro Char. En cualquier caso, él se la jugará a fondo por la centroderecha y su misión será movilizar el decisivo voto de la costa, una región conformada por ocho departamentos que puede poner por lo menos 3.500.000 votos, como se vio en la segunda vuelta presidencial de 2018. En el argot popular se dice que ningún candidato llega a la Casa de Nariño sin ganar en la costa caribe.
En la segunda vuelta de 2018, con 1.833.200 votos, Duque ganó en seis de los ocho departamentos: La Guajira, Magdalena, Bolívar, Córdoba, César y San Andrés. Por su parte, en la costa, Petro sacó 1.614.097 votos y solo derrotó a Duque en Atlántico y Sucre.
La batalla por el voto caribe será fundamental de cara a 2022. La centroderecha tiene a Char como su gran aliado, mientras Petro cuenta por ahora con el apoyo de su hijo Nicolás, diputado en el Atlántico, y del senador Armando Benedetti.
En el caso de Char, su otra tarea será acercar a Cambio Radical y a Germán Vargas Lleras a dicha coalición. La gran incógnita es qué hará César Gaviria, quien en 2018 apoyó a Humberto de la Calle, pero en segunda vuelta fue clave para la victoria de Duque, aunque hoy están distanciados. El expresidente viene recibiendo mensajes de Petro y Fajardo, a través de distintos intermediarios, y también de un sector de La U y Cambio Radical.
Entre cálculos y movidas
Hoy Petro es el candidato que más opciones tiene de crecer en 2022 frente a los resultados que tuvo en la primera vuelta de 2018. Esa vez se quedó con el 25 por ciento de la votación (4.851.254 votos). El líder de la Colombia Humana tratará de recoger ese voto de rechazo al continuismo en medio de la grave crisis económica y social que ha dejado la pandemia.
Petro aprovechará el haber sido la cabeza más visible de la oposición durante cuatro años, así como el uribismo lo hizo con Santos en 2018. Mientras tanto, en su finca de El Ubérrimo, el expresidente Uribe viene recibiendo a todo tipo de figuras que podrían participar en la consulta de esta corriente.
Una de ellas es la exgobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, presidenta de La U. Si la apuesta de la centroderecha sale adelante, tendría a su favor las bases fieles de Uribe, la maquinaria del Centro Democrático y del Gobierno, a los dos grandes caciques electorales del Pacífico y el Caribe, más los votos de Antioquia y de opinión que recoge Federico Gutiérrez.
A esas cuentas hay que sumar a los conservadores, que solo en las pasadas elecciones al Senado sacaron casi dos millones de votos y que tienen precandidatos en la mira como los exministros Juan Carlos Pinzón, Mauricio Cárdenas y David Barguil. Otro nombre que suena es el del expresidente del BID Luis Alberto Moreno, a quien Uribe y Andrés Pastrana siempre han tenido en el radar.
La centroderecha obtuvo el 39 por ciento de la votación con Iván Duque, en la primera vuelta de 2018 (7.569.693 votos). Si Vargas Lleras no se lanza, habría un caudal de 1.407.840 votos en disputa, la mayoría de los cuales podría terminar en este bloque. Eso quiere decir que la centroderecha puede llegar a sacar entre 35 y 46 por ciento de apoyos en la primera vuelta. Asumiendo que hay desgaste del Gobierno, la cifra podría estar más cercana del rango bajo, aunque seguiría siendo suficiente para pasar a la segunda vuelta.
Por los lados de la centroizquierda, el gran reto de Sergio Fajardo será pasar a la segunda vuelta en 2022. En 2018, Petro le ganó ese tiquete por apenas 261.558 votos. Si Petro crece en intención de voto por la coyuntura actual y la centroderecha mantiene los indicadores de 2018, para Fajardo sería una tarea más compleja pasar a la segunda vuelta. Pero en política nada está escrito.
De hecho, en el más reciente estudio de Invamer, los encuestadores hicieron un ejercicio y midieron a Fajardo contra otras figuras. En todos esos escenarios, el exgobernador les gana, lo cual muestra una gran fortaleza de su candidatura en una segunda vuelta.
Fajardo cierra 2020 golpeado por la imputación de cargos de la Contraloría por el escándalo de Hidroituango. Pese a eso, su nombre sigue siendo la carta más sólida de esta corriente de centroizquierda. Ahí confluyen líderes como Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo, Roy Barreras, Humberto de la Calle, Angélica Lozano, Juanita Goebertus y los precandidatos de la Alianza Verde Antonio Sanguino, Iván Marulanda, Camilo Romero y Sandra Ortiz.
En los primeros meses de 2021 se sabrá finalmente si Fajardo se lanza por firmas o si el Partido Verde lo recibe en sus toldas. Pero esta vez le tocaría someterse a una consulta porque no le regalarán el aval, ya que en ese movimiento hay un sector que tiene reparos frente al exgobernador. El otro camino de Fajardo tampoco es sencillo, pues implica rodearse de políticos tradicionales, como Juan Fernando Cristo y Roy Barreras, que le podrían desdibujar su imagen de independiente y encasillar como el candidato de Santos, aunque él siempre lo ha negado.
La otra decisión que se conocerá será la de Ángela María Robledo, quien fue la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro en 2018 y que está a punto de regresar a los verdes, de donde se fue para la campaña del líder de la Colombia Humana. Ella, incluso, podría participar en la consulta interna de ese movimiento.
“Tenemos que definir las reglas de juego de una consulta que permita presentar un liderazgo colectivo”, asegura el exsenador Juan Manuel Galán. “La idea es que quienes participen de dicha consulta tengan la opción de estar en el Gobierno. Por ejemplo, que el segundo en la votación pueda ser la fórmula vicepresidencial, y que los demás tengan la certeza de que tendrán representación”, agregó. En la centroizquierda están a la expectativa del rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, quien sigue reacio a confirmar si se meterá de lleno en la batalla por la Presidencia en 2022.
Todos tratan de convencerlo, incluso desde el Partido Liberal, pero su principal temor es arriesgar su prestigio intelectual de años al ingresar al complejo mundo de la política electoral. Además, todos son conscientes de que Alejandro Gaviria es muy popular entre los intelectuales bogotanos, pero su nombre no es conocido en el ámbito nacional. Eso, no obstante, podría ser una oportunidad, como ocurrió con Duque en 2018.
En la consulta de la centroizquierda cuentan con la participación del senador Jorge Enrique Robledo, con su movimiento Dignidad, que tiene pendiente que le reconozcan su personería jurídica en el Consejo Nacional Electoral. Robledo jugaría en la llamada “consulta de la esperanza”.
En el caso de Petro, fue el primero en resolver el aval de su candidatura, pues ya tiene el de la Unión Patriótica. Debido a que algunos líderes de la centroizquierda han vetado su nombre, Petro busca aliados en el liberalismo y en otras corrientes. El líder de la Colombia Humana quiere desmarcarse de ser visto como el candidato de la izquierda radical y trata de restarle importancia al debate sobre el centro con sus matices y los extremos. Una jugada audaz sería seleccionar a un vicepresidente moderado y arrebatarle votos a la centroizquierda.
La otra tarea en la que está metido de cabeza es en la conformación de las listas al Congreso. Fuentes cercanas sostienen que, además de Iván Cepeda, habría nuevos liderazgos y más de una sorpresa, entre ellas la posibilidad de que la actriz Margarita Rosa de Francisco sea candidata al Senado.
Las mismas fuentes mencionan que Petro está pensando en vincular a youtubers y tuiteros activistas antiuribistas, como Beto Coral, Alejo Vergel, Levy Rincón, Wally o Lalis. Aunque pueda parecer exótico, esta estrategia le funcionó, por ejemplo, al Polo con el hoy concejal Carlos Carrillo. A punta de redes sociales se hizo elegir concejal de Bogotá con 32.000 votos. Una decisión tomada es que la representante María José Pizarro irá por una curul del Senado en 2022. La meta del petrismo y el Polo es elegir al menos a 15 senadores, casi doblando los ocho que eligieron en 2018.
Esto le daría una fuerza enorme a Petro para la primera vuelta presidencial. Junto con la Alianza Verde, a juicio de algunos analistas, son los movimientos que más chance tienen de crecer en las próximas elecciones al Congreso. Los verdes tienen nueve senadores y podrían llegar a 12.
En el caso de Margarita Rosa de Francisco, cada vez viene siendo más radical en sus redes sociales, apoyando la candidatura de Petro, pero le dijo a SEMANA que descarta una candidatura. “Me interesa la política como un escenario más de lo humano; para mirar cómo se establecen las relaciones de poder y cómo se organizan las sociedades. No para hacer parte de ningún organismo del Estado. Conozco mis limitaciones y sé que no tengo el talento ni el conocimiento para asumir una responsabilidad que requiere de una capacidad de ver mucho más amplia que la que yo creo tener”.
Hollman Morris, excandidato a la Alcaldía de Bogotá por el petrismo, afirmó que iniciarán recorridos por el país. La estrategia, según dijo, será “enamorar a la clase media”, buscando alejar los temores que genera Petro en un sector de la población que lo vincula con la izquierda radical. En esto Morris tiene razón, ya que los votos de la clase media urbana serán definitivos.
El 2021 será clave para los partidos y precandidatos. Desde el primero de enero correrá el calendario para definir alianzas y nombres con miras a la pelea por la Presidencia y el Congreso de 2022.