POLÍTICA

Las nuevas reglas de juego para las elecciones en Colombia

Tras meses de discusiones, por fin se aprobó la polémica reformadel Código Electoral. ¿Qué contempla?

19 de diciembre de 2020
Los colombianos estrenarán el voto mixto: en una máquina y tendrán un certificado físico del sufragio.

Luego de una fuerte controversia, esta semana quedó aprobada la reforma al Código Electoral, la norma que define las reglas de juego para las elecciones en el país. Se trata de una modificación necesaria, teniendo en cuenta que la legislación actual viene de 1986 y había que ponerla a tono con los avances tecnológicos.

El proyecto desató todo tipo de debates por las dudas sobre la independencia de la autoridad electoral, y la posibilidad de que se fomentara el clientelismo al incrementar la nómina de la Registraduría en todo el país. A lo largo de las discusiones en el Congreso, hubo artículos eliminados de la propuesta inicial.

Al final quedó establecido el voto mixto, es decir que los colombianos podrán sufragar en una máquina, pero igualmente recibirán un respaldo físico de su votación. Esto regirá a partir de 2023, en elecciones atípicas o de juventudes, y en un 10 por ciento de la totalidad de las mesas para garantizar la progresividad. También habrá un análisis de una comisión asesora. Estos tiempos serán los mismos para el sistema de huella digital.

En el caso de los colombianos en el exterior, se aprobó el voto anticipado. De esa forma, podrán votar días antes de la fecha habitual, aunque los resultados solo se conocerán hasta el final de la elección. Inicialmente, el Senado había propuesto que esta modalidad entrara en vigencia después de las elecciones de 2022 y de forma gradual. Pero se acogió una propuesta de la Cámara que no establece fechas, por lo que se abrieron las puertas para su aplicación en las próximas elecciones.

Las auditorías serán un punto clave. Los partidos podrán asignar a un delegado para que, en tiempo real y en una sala especial, conozca los resultados a medida que se vayan contando y antes de que sean públicos. Los jurados de votación serán escogidos por la Registraduría mediante sorteo entre todos los colombianos habilitados para votar. Se busca acabar con registros de empresas que ya no existen.

A las compañías encuestadoras las pondrán en cintura. Se estableció que deben haber sido creadas con tres años de antelación y habrá reglas para que dichos estudios tengan rigor y transparencia. En este punto se tuvo en cuenta la legislación francesa y se busca restringir a las encuestadoras instauradas meses antes de las elecciones con fines políticos.

Adicionalmente, la jornada electoral se amplió una hora. De hoy en adelante, el derecho al voto se ejercerá entre las ocho de la mañana y las cinco de la tarde. Asimismo, se buscará acabar con la trashumancia, ya que la Registraduría asignará un puesto de votación cercano al domicilio y no por inscripción de cédulas como se hacía anteriormente. Uno de los mayores logros fue en el tema de la paridad. Se estableció que las listas a corporaciones tendrán que conformarse por mujeres en un 50 por ciento. Si bien esto no garantiza que ellas queden electas, sí busca incrementar el porcentaje de mujeres que llegan a los cargos de elección popular en el país.

Sin embargo, uno de los temas que sigue generando cuestionamientos y que quedó establecido fue la creación de un nuevo cargo en las Registradurías departamentales. Para municipios de más de 65.000 habitantes, se conformará una Registraduría seccional con tres registradores: uno a la cabeza como registrador departamental y dos delegados seccionales, uno para temas electorales y otro de registro civil. Esto significa 32 nuevos cargos, uno por departamento, escogidos por el registrador nacional.

El nuevo Código Electoral, con 276 artículos, tuvo miles de proposiciones en medio de unas 30 jornadas de debates. Por último, se acordó habilitar un software propio que tendrá veeduría de todos los partidos con el fin de modernizar el sistema electoral. Lo más importante será la confianza que generen todos estos cambios en los colombianos a la hora de votar, y las garantías que sientan los partidos y líderes políticos.