POLÍTICA

Las otras cinco pistas que apuntan a las FARC en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado

Además de la confesión de Carlos Antonio Lozada, hay otros indicios y revelaciones que señalan a la guerrilla como las autoras del crimen del líder conservador.

12 de octubre de 2020
Álvaro Gómez Hurtado y Carlos Antonio Lozada
Álvaro Gómez Hurtado y Carlos Antonio Lozada | Foto: Fotomontaje SEMANA

La confesión personal de Carlos Antonio Lozada sobre el magnicidio del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado abrió muchas dudas en la opinión sobre si las FARC fueron realmente o no las autoridades del crimen.

Sin embargo, a medida que han pasado los días, se han ido conociendo nuevos detalles que apuntan efectivamente a que esa organización ordenó este asesinato, uno de los más dolorosos en la historia reciente del país.

Aún hay algunas dudas sobre si las FARC actuaron solas o fueron subcontratadas para cometer el crimen. Los exjefes de las FARC han dicho que se adjudican la responsabilidad exclusivamente.

Pero aparte de la confesión de Lozada, hay otras cinco pistas que de tiempo atrás apuntaban a las FARC como las autoras del magnicidio. Estas hipótesis, sin embargo, nunca fueron las que orientaron las investigaciones de la Fiscalía en años anteriores.

1. El libro de las FARC

En 2012, el exconsejero presidencial José Obdulio Gaviria dio a conocer un libro de cartas de Manuel Marulanda alias ‘Tirofijo’. En esas comunicaciones dirigidas a los miembros del Secretariado, el entonces jefe de las FARC relataba por qué mataron a Gómez Hurtado y cuáles eran las razones para evitar reconocer el hecho públicamente en el momento en que ocurrió.

“Lo del señor Gómez debemos mantenerlo en secreto, para ver cómo vamos ayudando a profundizar las contradicciones, mientras bajamos a otros”, dice una comunicación de Tirofijo al Secretariado un mes después del crimen. Y agrega: “Entre otras cosas, los estados mayores de bloques y comandos conjuntos no deben olvidar la creación de comandos conjuntos para dar de baja a jefes políticos reaccionarios y así ayudar a profundizar las contradicciones en el régimen político”.

Carlos Antonio Lozada dirigía las milicias urbanas de las FARC en Bogotá, y, según su confesión, recibió la orden de asesinar a Gómez Hurtado por parte del Mono Jojoy.

2. La masacre de Mondoñedo

En una entrevista con El Espectador, Lozada dice que una de las razones por las que cree que la verdad no se había conocido fue la masacre de Mondoñedo. Seis jóvenes milicianos de la Red Urbana Antonio Nariño (RUAN) fueron capturados, torturados y asesinados por la Policía diez meses después del magnicidio. Este era el núcleo terrorista de las FARC, comandado por Lozada en esa época, que habría perpetrado el operativo. De esto se enteró la fuerza pública, pero lo ocultó porque también habría tenido que reconocer la ejecución extrajudicial de los jóvenes.

Los ocho policías que participaron en la masacre fueron condenados a penas de entre 35 y 40 años de cárcel por la justicia ordinaria. En ese proceso nunca aceptaron la responsabilidad, pero los vencieron en juicio. La Fiscalía planteó que asesinaron a los jóvenes en venganza porque la RUAN había cometido un atentado terrorista contra un CAI. Ahora, esos expolicías son comparecientes ante la JEP y recobraron la libertad anticipada. Tienen el compromiso de resarcir a las víctimas y de confesar los detalles y motivos de lo ocurrido. A esa diligencia asistió Lozada, quien estuvo en silencio entre el público sin que nadie entendiera por qué se encontraba allí.

3. Los inocentes

Hasta ahora, el testimonio más impactante ha sido el de Ómar Berrío, un suboficial del Ejército que perteneció a la Brigada XX y que fue entrevistado en La W. Él participó en la investigación del asesinato del líder conservador y rápidamente encontró pistas que apuntaban a las FARC. Contó que había pruebas de que los sicarios que dispararon eran del JEGA (Jorge Eliécer Gaitán), un grupo urbano que en esos años cometió múltiples actos terroristas. Según Berrío, después de matar a Gómez, esos pistoleros se refugiaron en el frente 22 de las FARC, en el que los recibieron como héroes, y allí se quedaron.

En cartas de Tirofijo a miembros del Secretariado, como Timochenko, el jefe de las FARC cuenta por qué habrían matado a Gómez Hurtado y las consideraciones estratégicas para no reconocerlo.

4. El libro de Fidel Castro

En un libro del comandante cubano Fidel Castro publicado en 2008, La paz en Colombia, se habla del JEGA. José Antonio Arbesú, mano derecha de Castro, le escribe: “El JEGA, bajo la cobertura de la llamada organización Dignidad por Colombia, ha realizado distintas operaciones: una bomba en Medellín en agosto pasado que causó 28 muertos; el asesinato un mes después de Álvaro Gómez y, finalmente, el secuestro en marzo de este año de Juan Carlos Gaviria”. Y también hubo revelaciones adicionales que daban fuerza a la versión de las FARC.

5. El odio de las FARC

El senador y precandidato de los verdes Iván Marulanda, en entrevista con María Jimena Duzán, contó que, cuando era constituyente en 1991, tuvo que reunirse con Alfonso Cano, Iván Márquez y Catatumbo en las selvas de Colombia. Manifestó que le impresionó el odio que expresaron los jefes guerrilleros por el entonces consejero de paz, Jesús Antonio Bejarano, a quien las FARC también confesaron matar. Agregó que lo veían como un antiguo compañero de la izquierda radical que había traicionado la causa. Le impactó tanto lo que oyó, que pidió una cita al presidente César Gaviria y le recomendó relevarlo como negociador del Gobierno en los diálogos de paz de Tlaxcala. Marulanda dice que, al unir lo que oyó en ese momento con lo que las FARC afirman ahora, le parece muy posible que hayan sido los asesinos.