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Las pruebas de la infiltración de Iván Márquez y la Segunda Marquetalia en el paro
SEMANA revela audios, seguimientos, fotografías y la entrega de más de 160.000 dólares de Iván Márquez, que envió desde Venezuela para financiar actividades terroristas en Cali y ciudades aledañas.
Las protestas en Colombia completan un mes, y ha sido el Valle del Cauca el epicentro de las manifestaciones, que empezaron pacíficas, pero en algunas zonas de Cali y municipios cercanos se han transformado en campos de batalla: vandalismo puro y actos de terrorismo. Con los bloqueos, no solo ha sido afectada la movilidad, sino que también ha habido millonarias pérdidas en la infraestructura, además de muertos y heridos. Cali está en medio de un bloqueo económico que ha originado la quiebra de pequeñas y medianas empresas, y casi la parálisis de su aparato productivo. Las autoridades han sido claras: detrás hay organizaciones criminales, narcotraficantes, disidencias de las Farc y la guerrilla del ELN.
SEMANA revela en exclusiva las pruebas de la presencia y actuación directa de la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, alias el Paisa, Henry Castellanos (alias Romaña) y el abatido Jesús Santrich en las acciones criminales. Rastreos, horas de grabaciones de comunicaciones de la red urbana de las disidencias, archivos de computadores, seguimientos con drones, infiltraciones de agentes encubiertos y reuniones clandestinas en las que se articulan para lanzar los ataques forman parte del grueso expediente con el que se logró la captura del emisario de Iván Márquez, su hombre de confianza, a quien le asignaron la misión de hacer el plan criminal en Cali. Se trata, presuntamente, de Leonardo Díaz, alias Richard.
Las pruebas son contundentes. Los hombres de inteligencia tenían identificado a alias Richard y le seguían los pasos. Las alertas se encendieron al descubrir que este disidente, días antes del 28 de abril (cuando iniciaron las protestas), viajó vía terrestre desde el Valle hasta Arauca para cruzar la frontera hacia el estado de Apure, en donde se habría reunido con la cúpula de esta organización, a la que el Gobierno ha calificado como la “Narcotalia”. Alias Alejandro, otro disidente miembro de la red, también estuvo en Venezuela.
Se reunieron con Iván Márquez para recibir directrices y precisar la manera en que iban a financiar y ejecutar los hechos de vandalismo. De hecho, se comprometió con la entrega de dinero en efectivo. Las autoridades establecieron que, mediante correos humanos, Márquez proporcionó la plata las últimas semanas, cerca de 160.000 dólares. Como ha descubierto SEMANA, la región de Apure se ha convertido en un santuario para la Segunda Marquetalia, que actúa con la complicidad del régimen de Nicolás Maduro.
En ese encuentro, alias Richard no solo recibió las indicaciones para infiltrar la protesta de manera violenta, sino que se convirtió en el emisario de un mensaje que envió la comandancia de la Segunda Marquetalia a sus redes urbanas. La carta, en papel, le fue incautada a Richard el día de su captura, y alienta la violencia en medio de las protestas. “Camaradas de Cali y demás ciudades donde hoy se pelea por la Nueva Colombia, va un saludo y abrazo de rebeldía de parte de toda la comandancia, y de todos y todas las guerrilleras de las Farc EP Segunda Marquetalia” (ver foto).
La misiva deja en evidencia la participación de esta organización: “De una u otra forma, la Segunda Marquetalia, como ejército del pueblo, está poniendo su aporte en el avance de estas jornadas tremendas de edificación de la Nueva Colombia (...)”.
La estructura
¿Quién es este personaje que, según las autoridades, articula la actuación criminal de la Segunda Marquetalia en el Valle del Cauca? Se trata de un curtido exintegrante de las Farc, que formaba parte de la columna móvil Jacobo Arenas y fue capturado en 2014. Aprovechó el acuerdo de paz para desmovilizarse. Tuvo una corta estadía en el espacio territorial de capacitación y reincorporación (ETCR), ubicado en Mesetas (Meta), pero volvió a sus andanzas.
Junto con Richard cayeron en una operación conjunta de la Policía y la Fiscalía otros siete miembros de la red urbana, algunos también disidentes del proceso de paz, encargados de la “coordinación de masas”, aprovisionamiento de armas, manejo de explosivos y estructuras delincuenciales, entrega de dinero en efectivo, logística y transporte.
Se trata de David Bernal, alias Alejandro; Yidwar Mondragón, alias el Negro; Yovani Jojoa, alias Chepe; Nivel Vallejo, alias Nene; Anyi Vallejo, alias Anyi, y Edwar Ramírez, alias Edwar. Varios de ellos se escuchan en las interceptaciones que realizaron las autoridades.
El director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, explicó la importancia de la captura de alias Richard y los miembros de esta estructura: “Era el encargado de la reactivación urbana de la Segunda Marquetalia en Cali y en las ciudades principales del Valle del Cauca. De igual manera, recibía plata a través de varias corporaciones directamente desde Arauca y Venezuela. Con esto estaba comprando, presuntamente, armas y explosivos”.
Agregó que “estos actos de vandalismo y destrucción en Cali y otras ciudades no tienen nada que ver con manifestaciones ni protesta social. Al igual que lo ocurrido con el secuestro de nuestros policías, son acciones criminales que el país no puede tolerar. Garantizamos la movilización pacífica, pero el delito tenemos que enfrentarlo”.
La Fiscalía, por su parte, explicó que “los indicios dan cuenta de que, además de cabecilla, supuestamente coordinaba la entrega de dinero, explosivos, armas y material logístico para obstruir vías y atacar a la fuerza pública. Al parecer, dirigía los actos violentos desde un inmueble ubicado en el sector de Cristo Rey”.
Las interceptaciones
SEMANA tiene en su poder el grueso de las interceptaciones que le hicieron en las últimas semanas a alias Richard, en las que queda al descubierto la manera en que se organizaron, planearon y ejecutaron el vandalismo en el Valle del Cauca, especialmente en Cali.
Uno de los audios deja en evidencia que buena parte de los infiltrados son disidentes que ahora están en la Segunda Marquetalia, como es el caso de Richard, quien llega a una protesta, pero debido al anonimato que manejan en la red urbana, es acorralado por la turba. Se comunica con un miembro de su banda, alias Giovanni, a quien le señala: “Hermano, vea llegue, porque aquí los muchachos me rodearon y me quitaron la pistola, entonces para que la reciba, socio, que a usted lo conoce aquí más la gente, para que suba y la reciba. ¡Llegue rápido!, yo no soy tombo, soy excombatiente, yo soy fariano”.
Son tan comprometedores los audios que hablan de acciones vandálicas que efectivamente se realizaron en Popayán, en donde fue destruida la URI y la sede de Medicina Legal. También mencionan el ataque a un peaje en el sector de Tunía, en el tramo entre Piendamó y Santander de Quilichao. Richard habla con un hombre, quien lo reconoce como jefe y le da reporte de las acciones:
Hombre desconocido (HD): qué hubo, jefe, ¿cómo ha estado? Richard (R): bien, en la lucha. ¿Hoy está en Tacueyó (Cauca) o qué? ¿Qué dice la gente, ni modos para pelear? HD: no, como que nos vamos a meter a Popayán; eso allá está duro. Ayer estábamos para el Pital. R: yo sí sabía que usted era de los bandidos que dañaron el peaje de Tunía.
En otro audio queda en evidencia el uso de armas de fuego y bombas molotov durante las protestas.
HD: tienen puro Galil, les dieron fusil allá abajo. Richard: ¿los muchachos tienen con qué responder? HD: es con puro fusil. R: ¿usted dónde está? HD: aquí en la nave, aquí esperando. Toca con incendiarias, porque no hay nada más. R: consígase una moto y yo acá le paso lo otro.
En las conversaciones de alias Richard también se evidencia el malestar contra uno de los miembros de la organización, alias Eduard, que está en los bloqueos.
R: ese filtro que tiene usted le ha fallado en todo; no tiene nada usted. Eduard: Tengo tres herramientas: la pica, la pala y el machete… porque ahí toca amoldarlas y lijarlas para ver cómo va el filo.
En los audios queda registrado el diálogo de uno de los lugartenientes de alias Richard, alias el Gordo, que es enviado a Jamundí a recoger, según el criterio de las autoridades, armas y explosivos.
El Gordo: Buenas, es que me enviaron por un domicilio de Cali. Estoy aquí en Jamundí, avenida Sachamate, en un ‘round point’. HD: ¿usted va a recoger un motorcito, cierto? EG: sí, unas cositas allí, un encargo. HD: ¿un tru, tru? EG: sí, efectivamente eso.
Es tan delicada la información encontrada en estas interceptaciones que las autoridades tratan de establecer si la Segunda Marquetalia está involucrada en homicidios. En el audio se escucha a tres personas que serían alias el Negro, alias Lucho y una mujer.
Mujer: ¿qué necesita que haga? Negro: ¿ya los muchachos saben quién es? M: pues sí, igualmente desde temprano les dije a ellos. N: sí, era el mismo. ¿Está allí en el barrio? M: ¡sí! N: ah, bueno, dígale que revienten a ese man pero ya, ¡dígale!. Lucho: ¿señor? N: mijo, haga eso de una vez. Haga eso de una vez, Lucho, ¡ya!
En otra conversación, alias el Negro también se refiere a un homicidio.
HD: Viejo, ¿pero todos van bien? Negro: No, no, va mal, mano. HD: Viejo, no se azare, que ya sabemos quién es. A ese man lo matamos hoy. N: ¿ya saben quién es? HD: sí, no se azare.
Entre los hombres de la Segunda Marquetalia, alias el Negro estaría encargado del tráfico y distribución de armas, como queda claro en el audio, en el que incluso advierte temor por posibles interceptaciones
HD: qué hubo, jefe, cómo está. ¿De casualidad a usted le queda fácil conseguir una pistola para vender original? N: Uy, mijo, pero no me hable esas cosas así, guevón. Escríbame y me habla en clave, pero así no. Pues mijo, toca averiguar; eso está carísimo ahora, ¿oyó? HD: Viejo, necesito un fusil. N: deja de decir esas cosas por aquí, omee… HD: necesito una puca ahí. ¿Me puede conseguir eso para mañana? N: Sí, pero no le digas a nadie. Mañana resolvemos.
En otro audio, alias Richard habla con alias Eduard y le ordena atacar un carro en el que viajan policías.
R: aquí en la nave. E: yo aquí apenas en Meléndez. R: por aquí acabó de pasar un carro, ¡una van blanca llena de tombos! Bueno, donde la vea, dígale a la gente que queme esa hijueputa, que está llena de tombos.
Uno de los hechos que llamó la atención del país fue el incendio de un hotel al que llegaron a alojarse miembros del Esmad en Cali. Ese hecho está claro en las grabaciones.
HD: acá en una casa resguardados, acá en la Luna. ¡Acabaron de quemar el hotel!
R: ¿la Luna? Ah, rebien, rebien.
Los miembros de inteligencia no solo tienen claro los encuentros de alias Richard y alias Alejandro en Venezuela, y las comprometedoras grabaciones en las que se escucha cómo se articulan para cometer actos delictivos en medio del paro. También han hecho seguimiento de los movimientos de la Segunda Marquetalia en Cali y sus alrededores.
Decenas de fotos y videos en los diferentes puntos de las protestas, encuentros en los que se aprovisionan de material para las manifestaciones y hasta el presunto tráfico de armas por parte de alias el Negro en el centro de la ciudad son pruebas que ya están en poder la Justicia. Este es el rastro de la Segunda Marquetalia en Cali.