JUSTICIA
Las verdades de Mancuso: lo que podría contar desde Italia
El exjefe paramilitar participará este viernes en un encuentro en la Comisión de la Verdad para entregar su relato sobre la guerra en Colombia. Podría ser el inicio de una serie de revelaciones. Estas son cinco claves.
El ventilador de Mancuso es quizás uno de los movimientos más esperados de la justicia en Colombia. El extraditado jefe paramilitar guarda los secretos no solo de buena parte de la guerra en el país, sino de como el poder se enquistó en ella para beneficiarse y protegerse. Los frustrados intentos de extradición del gobierno de Iván Duque generaron polémica, pero también hicieron pensar que esas verdades podrían esfumarse. El para había enviado un mensaje desde la cárcel en Estados Unidos diciendo que estaba presto a colaborar con las víctimas y a relatar lo que sabía, pero su viaje relámpago a Italia había desvanecido esa posibilidad. Sin embargo, desde el viejo continente, Mancuso aceptó participar en algo que pocos esperaban: el ejercicio de la Comisión de la Verdad.
Francisco de Roux, el presidente de ese organismo, vital para la implementación del proceso de paz en Colombia, había dejado claro que las puertas para él estaban abiertas. En una entrevista con SEMANA, el padre sostuvo que estaban dispuestos a recibir esos testimonios. “En la JEP hay restricciones ya que ellos están juzgando a los crímenes de lesa humanidad en el conflicto que hubo entre las guerrillas y el Estado. Entonces hay restricciones sobre quiénes pueden ir ante la JEP. Nosotros no tenemos restricciones, nosotros recibimos a todo el que quiera colaborar a la verdad de lo que pasó en el conflicto y, por supuesto, de manera particular, recibimos a todos lo que se consideran responsables y tienen verdad que entregar. Así que personas como Mancuso y Jorge 40 tienen lugar en la comisión”.
El extraditado paramilitar estará en un encuentro muy simbólico de la Comisión de la Verdad que se realizará este viernes a partir de las 10:00 de la mañana, y que lleva como título “Encuentro por la Verdad ‘pueblos indígenas en situación y riesgo de exterminio físico y cultural: su dignidad, resistencia y aportes a la paz”. Se plantea que sea un “espacio de escucha y diálogo que permite reflexionar sobre lo ocurrido en el conflicto armado interno e iniciar la búsqueda de los mecanismos sociales, institucionales, políticos, culturales y humanos que contribuyan a reparar lo sucedido”. En el marco de ese encuentro, hablará no solo Salvatore Mancuso, sino también el Partido FARC, como colectivo, y su líder Rodrigo Londoño.
Según cuenta la misma comisión, de acuerdo a la Unidad de Víctimas, de 1.905.617 indígenas censados por el Dane en 2018 (4,4 % de la población colombiana), al menos 384.886 indígenas han sufrido afectaciones por las confrontaciones armadas y por la violencia perpetrada contra ellos, directa o indirectamente, por parte de grupos armados.
Adicional a esto, la Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz, ha reportado que entre noviembre de 2016 y julio de 2017, posterior a la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC, ocurrieron 4.508 casos de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en territorios indígenas. Incluso antes, durante los diálogos, fueron asesinados 58 indígenas.
Las cinco verdades que podría contar Mancuso sobre la guerra en Colombia
La declaración de Salvatore Mancuso a la Comisión de la Verdad apenas podría ser el comienzo se una serie de participaciones del extraditado líder paramilitar en los escenarios judiciales y de verdad en el país. Desde la masacre de El Aro hasta el caso de alias Tasmania y la conformación del bloque Norte de las AUC, son varias las cuentas pendientes de Mancuso en Colombia y los relatos que podría aportar a la justicia.
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En las declaraciones secretas que el exjefe paramilitar ha rendido a las autoridades, hay detalles sobre la presunta participación de paramilitares en campañas electorales, colaboración de generales del Ejército para la conformación de un “Grupo de Operaciones Especiales” para cazar guerrilleros y la reunión para conformar el bloque norte de las AUC, entre otros.
Todas estas versiones forman parte de la colaboración de Mancuso en Colombia y se conocieron a través de varios apartes de la publicación del Tribunal Superior de Justicia y Paz extraídos de 41 versiones libres tomadas entre el 19 de diciembre de 2006 y el 15 de mayo de 2012.
Algunas de ellas sirvieron para condenarlo por miles de víctimas, pero otras no habían salido a la luz pública. Esto hasta que el pasado fin de semana tres magistrados del Tribunal Superior de Justicia y Paz, Alexandra Valencia, Oher Hadith Hernández y Álvaro Fernando Moncayo, le pidieron a la Fiscalía revelar todas las versiones libres que han entregado los paramilitares durante su comparecencia en Justicia y Paz.
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A lo largo de 155 páginas, el tribunal acreditó la colaboración de Mancuso en Colombia, destacando seis hechos clave de la historia reciente del conflicto armado.
1. Presión en elecciones
Según dijo Mancuso, los paramilitares indujeron a muchas poblaciones a que votaran por X o Y candidato, incidiendo en “elecciones de alcaldes, concejales, diputados, gobernadores, congresistas, presidente”.
"Pusimos plata y no poquita. A mí me pasaban una orden general: gastamos 100 o 1.000 millones, aquí los tiene, inviértalos en la parte logística para que las poblaciones salgan a votar (…) Cuando Serpa estaba aspirando a la Presidencia en 1998, Carlos Castaño dijo que había venido a una reunión en Cali con Serpa y que había que votar en primera vuelta por él, porque habían llegado a unos acuerdos para unas negociaciones futuras de las AUC. Indujimos directamente a las poblaciones, dijimos: tienen que votar por Serpa; incluso a punto de trompetilla de fusil, nos fuimos y nos paramos en las mesas de votaciones. En segunda vuelta, Carlos Castaño nos dijo: he hecho unos pactos con unos líderes que han venido donde el señor Pastrana y que él nos va a dar un mejor tratamiento que el de Serpa para que avancemos una negociación. En segunda vuelta obligamos a las poblaciones a votar por el señor Pastrana. Esta fue la única vez que presionamos directamente por un candidato. Cuando las elecciones del presidente Uribe, pues él tenía un discurso muy parecido al nuestro, de luchar contra la guerrilla, contra la corrupción, y fue fácil decirlo: hombre, voten por el presidente que le conviene al país.
"Cuando Carlos Castaño dio la primera orden, de votar por el señor Horacio Serpa, dijo que era más fácil negociar con alguien que tuviese algunos nexos en el pasado con situaciones que él tuvo que haber manejado. A mí don Adolfo Paz, Don Berna, me dijo que en 1994 Carlos recibió una plata de los Rodríguez Orejuela para la campaña del señor Samper. Se lo volví a preguntar ahora hace dos o tres días; me dijo: ‘sí, eso fue así’, y le dije: ‘yo voy a contar esas situaciones que he conocido’, y me dijo: ‘haga lo que usted piense conveniente’.
“Tuvimos algunas reuniones previas con algún representante del presidente Uribe, incluidos entre ellos a Germán Moreno; les pedía el favor que detuvieran unas acciones violentas, por eso se dio una conferencia en que la autodefensa se comprometió a ejecutar (sic) objetivos múltiples superiores a tres, porque eso está causando un enorme daño al presidente Uribe”.
2. El Grupo de Operaciones Especiales
El excomandante de las AUC contó a Justicia y Paz detalles de la conformación de un llamado “Grupo de Operaciones Especiales” con el que miembros del Ejército, al parecer, cazaban guerrilleros cuando no podían judicializarlos.
Según Mancuso, fue desarrollado en 1990 "por el coronel Iván Ramírez cuando era el coronel del Batallón Junín y por el general Hugo Tovar (fallecido) cuando la brigada móvil. Así me reclutó a mí el Ejército, cuando fui a pedirle protección porque estaba siendo extorsionado por la guerrilla. El Ejército no me brindó la protección, yo mandé una carta al ministro de Defensa Fernando Botero Zea, nunca me la contestaron. Cuando fui al Ejército me encontré con un mayor Fratini (Walter Fratini, fallecido), me dijo: ‘Salvatore, necesitamos que tú nos colabores, nos cuentes qué conoces de la guerrilla, dónde está, que nos colabores con dineros porque los fondos que tenemos no nos alcanzan’.
"Le dije que no hay inconvenientes, la guerrilla está en este momento en mi finca, yo le puedo servir de guía. El mayor me dice: primero tienes que recibir una instrucción militar, él me entrenó en el Batallón Coyará. Estuvimos en la brigada en una reunión; luego estuve en una reunión en un restaurante que se llama Los Ranchos, que queda en el kilómetro 5 al lado del Club de Tiro; ahí citó a varios ganaderos, les dijo que necesitaba que le colaboraran. Si mal no recuerdo, eran 2.000 pesos por hectárea. (...) Se creó el Grupo Especial del Ejército y era para desarrollar acciones militares especiales; es decir, hacer inteligencia, localizar el enemigo y combatirlo. Si el mayor Fratini no podía judicializar a un guerrillero, entonces lo mandaba a fusilar con ese grupo.
“Los que tuvieron conocimiento exacto de que yo pertenecí a las AUC fueron el general Iván Ramírez, el general Rito Alejo del Río, el coronel Lino Sánchez, el general Manosalva, que yo recuerde. Ellos prestaron un apoyo. Nos daban información sobre los territorios en los que ellos no tenían el control y el dominio, información técnica, de inteligencia”.
3. Bloque Norte de las AUC
En otro de los apartes de las declaraciones de Mancuso ante Justicia y Paz, el exparamilitar cuenta que "el general Iván Ramírez se reunió con el comandante Carlos Castaño para hablar del tema de la consolidación de los territorios por parte de la Autodefensa, la creación de todas las estructuras que estaban del bloque Norte y de la actuación de la Autodefensa en Urabá. Estábamos reunidos con la máxima autoridad política del departamento y con la máxima autoridad política de la primera división, que comandaba todo lo que es la zona norte del país.
“Estábamos reunidos con quien les da las instrucciones a todos los militares de la Costa para que no molesten, para que sepan que estamos aliados; éramos un poder más. Asistieron el gobernador Carlos Buelvas Aldana, con el general Iván Ramírez, Carlos Castaño y mi persona. También asistió un muchacho que le dicen Huevo de Pisca. El sitio fue una finca que queda cogiendo de la vía de Montería que va hacia Arboletes, a 3 kilómetros de Montería, una finca por la vía del Vidrial. Si nosotros no tenemos el apoyo de la Fuerza Pública por acción o por omisión, no hubiésemos podido crecer como crecimos. No solamente fue el general Iván Ramírez; el general Iván Ramírez nos presentó, recuerdo, al general Manosalva. Yo tuve relación con todos los coroneles y generales que llegaron a Montería y comandantes de Policía y de Ejército”.
4. Caso Tasmania y Corte ‘ad hoc’
Mancuso contó a Justicia y Paz que, mientras se encontraba recluido en una cárcel de Itagüí y colaboraba con la justicia, “representantes del señor Mario Uribe y de algunos representantes del Gobierno” lo presionaron para cambiar su versión de los hechos.
Según dijo, al negarse a hacerlo lo “colocaron de objetivo del Gobierno nacional” y fue “objeto de sus múltiples ataques”.
“La situación fue desafortunada en la medida en que más adelante me dijeron: Salvatore, consíguenos una prueba de la vinculación que hayan tenido algunos miembros de la Corte, como (Yesid) Ramírez; nosotros necesitamos estas pruebas para poder atacar a la Corte Suprema de Justicia. La empresa criminal del Gobierno era para silenciar la verdad y para tumbar la Corte. Le dije que yo no participaba en los hechos y que la Corte al final de cuentas era quien me juzgaría en la última instancia. Me dijeron que no me preocupara por ello porque ellos colocarían una Corte ‘ad hoc’ y que esas pruebas las necesitaban justamente para instalar esa empresa criminal contra la justicia colombiana, para silenciarla, para poder tapar las vinculaciones del Gobierno, de sus miembros, de sus personas afectas, a las posibles investigaciones que surgirían de las declaraciones que estábamos dando. El Gobierno nos hizo ese tipo de propuestas a las que yo no accedí”.
Cuando el fiscal pregunta si las personas que lo abordaron fueron los abogados Llorente y Sergio González, Mancuso responde:
“Así es, ellos iban como mensajeros del gobierno de Uribe, como mensajeros de Mario Uribe, del señor Santiago Uribe, de José Obdulio Gaviria, para que se montara una empresa criminal para que se tumbara la Corte Suprema de Justicia a estas pruebas que consiguieron y colocara una Corte ‘ad hoc’”.
Mancuso también afirmó en su momento que no existía “ningún complot en contra del expresidente Uribe ni de sus funcionarios; no existe ninguna empresa criminal”, y afirmó que, en realidad, “el complot existe de parte de ellos” para callarlo y “silenciar la verdad”.
El exparamilitar afirmó entonces que tenía “pruebas documentales que corroboran que durante el transcurso de las negociaciones fui claro al decirle al Gobierno que estas verdades vinculaban a funcionarios del gobierno de Uribe, que vinculaban a miembros de la fuerza pública, de las Fuerzas Militares y multinacionales. El complot ha sido del gobierno anterior del presidente Uribe para que no se conozcan las verdades. Cuando el tema del reclutamiento de menores, por ejemplo, nos reunimos con el comisionado y él fue quien nos recomendó que no se desmovilizaran esos menores de edad y que los mandáramos para las casas y les diéramos alguna bonificación y eso se hizo por recomendación del comisionado”.
5. Masacre de El Aro
Desde que fue extraditado a Estados Unidos en 2008, Salvatore Mancuso ha sido uno de los pocos exjefes paramilitares que ha contado su versión de varios hechos criminales a la justicia colombiana.
En varias de sus declaraciones se ha referido a la masacre de El Aro, perpetrada por miembros de las AUC el 22 de octubre de 1997 en el norte de Antioquia.
En su versión de los hechos ante Justicia y Paz, Mancuso dice que el crimen fue preparado con un año de anticipación.
Como cuenta María Jimena Duzán en su más reciente columna, “El Aro, Mancuso y Uribe”, el exparamilitar dice que en 1996 se encontró con el entonces comandante de la IV Brigada del Ejército, el general Alfonso Manosalva, por petición de Carlos Castaño, en el batallón. Allí, el oficial le habría entregado mapas con los sitios donde se encontraban los campamentos de las Farc, liderados por Iván Márquez en la zona de El Aro y de Ituango.
Con esa información en la mano, las AUC habrían planeado la masacre con un año de antelación. En su declaración, Mancuso también habla de Pedro Juan Moreno, quien fuera secretario de la Gobernación de Antioquia durante el mandato de Álvaro Uribe, y afirmó que él sabía de la “incursión” pues semanas antes Moreno se reunió con Castaño y con él en una finca cercana.