VALLE DEL CAUCA
Hay muchos vacíos en las versiones sobre la masacre de Llano Verde, ¿qué se oculta?
Los testimonios de dos de los tres capturados dejan vacíos para construir una hipótesis clara del crimen. Familiares creen que hay más personas involucradas. Así avanza la investigación.
A cinco meses de la masacre de cinco jóvenes en un cañaduzal del barrio Llano Verde, suroriente de Cali, aún no hay una hipótesis clara y contundente por parte de la Fiscalía para tratar de esclarecer las motivaciones detrás de este crimen. O si a parte de los tres capturados hay más personas involucradas.
El ente investigador no ha logrado determinar cuál fue el verdadero motivo del ataque a Juan Manuel Montaño, Leyder Cárdenas, Jean Paul Perlaza, Jair Andrés Cortés y Álvaro José Caicedo, todos afrodescendientes entre los 14 y los 15 años, la tarde del 11 de agosto en ese cañaduzal.
Y pese a que se han presentado las capturas de Jefferson Marcial Angulo, Juan Carlos Lozada y Alejandro Bejarano, este último con antecedentes penales y posiblemente la persona que disparó contra los cinco menores, aún quedan muchas cabos sueltos, de acuerdo al testimonio brindado por los Angulo y Lozada.
En su momento ambos señalaron que se encontraban trabajando como personal de vigilancia de una obra aledaña y quisieron emboscar a los menores creyendo que se trataba de una banda de asaltantes. Loaiza le contó a la justicia que fue Alejandro quien decidió matar -sin ninguna justificación- a los adolescentes. Este es un aparte de su testimonio:
Lo más leído
“Alejandro nos dice a Jefferson y a mí, háganse ustedes por la parte de atrás. Yo me fui por la izquierda y Jefferson por la derecha, Alejandro se mete por la parte de atrás de la caña, entonces Jefferson les dice: “muchachos, qué hacen”. Yo me quedo más atrás y le digo a los muchachos que suelten los cuchillos (con los que estaban comiendo caña); Jefferson se los quita y los tira por el cañaduzal, yo le dije Alejandro (por radio) aquí tenemos a los pelados.
En ese momento me acerco más y les digo que mucho cuidado porque por acá estaban robando mucho, que si se pueden ir, luego le pregunté a uno de ellos cuántos años tenía, y en ese momento salió Alejandro con la cara tapada con una pañoleta y les dice: “todos al suelo, que miraran al suelo, que no le miraran la cara”, los menores no opusieron ninguna resistencia para entregar los cuchillos. Cuando les quitan los cuchillos, los muchachos dijeron que iban a coger caña y luego a bañar a un lago, yo me iba arrimar donde Alejandro cuando él detonó la primera bala en la cabeza, yo me cogí mi cabeza y dije Díos mío, salí asustado porque de pronto Alejandro atentaba contra mi vida, yo salí de una, y cuando prendo la moto escuchó dos impactos más y Jefferson también dijo: Dios mío, qué hizo ese man. Jefferson se fue conmigo, llegamos a las máquinas. A los 15 minutos llegó Alejandro preocupado, quitándose la ropa para irse. Él mencionó “por allá pasó algo, como que estaban robando”, lo dijo todo nervioso, entonces sale en su bicicleta y yo me voy detrás de él y le preguntó qué había hecho, y él me levanta la voz y me dice “después hablamos, después hablamos”.
Sin embargo, uno de los vacíos de esa hipótesis es que varios de los menores tenían heridas con arma blanca en cuello y cara, así como golpes con objetos contundentes, lo que hace pensar a familiares que antes de ser asesinados fueron torturados.
“Nosotros creemos que detrás de esto hay más personas. Ellos tres no actuaron solos, ni mataron a los muchachos por las razones que dicen. Ahí hay algo más”, denuncia un familiar de los cinco jóvenes, que prefiere omitir su identidad, porque tras el crimen a varias madres les han llegado panfletos amenazantes para que “dejen de averiguar lo que no se les ha perdido”.
Formulan acusación
Ante el Juez 17 Penal del Circuito Especializado de Cali (Valle del Cauca), la Fiscalía formuló acusación en contra de Angulo y Loiza (primeros capturados). Los dos hombres son procesados como presuntos coautores de los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo, en concurso heterogéneo con fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, accesorios, partes, y municiones.
Ambos permanecen detenidos desde el 28 de agosto de 2020, cuando servidores del CTI, con apoyo de agentes de la Sijín y el grupo Goes de la Policía Metropolitana (Mecal), hicieron efectivas sus capturas en dos barrios del oriente de la ciudad.
Cabe anotar que, por estos hechos, el pasado 15 de enero en una finca ubicada en zona rural de Bolívar (Valle del Cauca), las autoridades capturaron a Gabriel Alejandro Bejarano, alias el Mono, el tercer presunto implicado en el múltiple homicidio.